Según dictaminó este sábado un tribunal de El Cairo: El ex presidente egipcio Hosni Mubarak fue condenado a cadena perpetua por después de encontrarlo culpable de ser cómplice por los asesinatos de manifestantes durante la insurrección que puso fin a sus 30 años de gobierno.
Es la primera vez que un líder árabe depuesto se había enfrentado a un tribunal ordinario, en persona, ya que una ola de levantamientos sacudió al mundo árabe el año pasado, llevándose cuatro gobernantes atrincherados.
El fallo se produjo en un momento de mucha carga política para Egipto, dos semanas antes de una segunda vuelta en sus primeras elecciones presidenciales libres que enfrentará a la Hermandad Musulmana, que fue prohibida por Mubarak, contra el último primer ministro depuesto del autócrata.
Mubarak, en una camilla de hospital y con anteojos oscuros, escuchó el veredicto con una expresión pétrea. Él había estado dentro de una ‘jaula’ utilizada en los tribunales egipcios.
En los últimos meses, Mubarak estuvo en una suite presidencial en un hospital en las afueras de El Cairo. Los médicos que lo tratan informaron que su estado es débil y perdió peso porque se niega a comer, y también sufre de una depresión severa.
El diario The Times reportó hoy que Mubarak le pidió a sus médicos, que pueda tomar una sobredosis de los medicamentos recetados.
Muchos de los manifestantes habían estado exigiendo la pena de muerte para Mubarak, pero festejaron el veredicto con fuegos artificiales y gritos ‘Allahu akbar’ Dios es grande.
Soha Saeed, la esposa de uno de los 850 que murieron en la revuelta que derrocó a Mubarak el 11 de febrero de 2011, gritó: “¡Estoy tan feliz. Estoy muy feliz”.
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