EUSKAL HERRIA / PAIS VASCO
El permanente y evidente seguimiento policial que sufre el independentismo vasco está afectando directamente a la actividad política de la izquierda abertzale y a candidatos de EH Bildu.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
La asistencia de efectivos policiales a los locales donde la izquierda abertzale ofrece ruedas de prensa ya no pasa desapercibida ni a los empleados de esos hoteles. Maribi Ugarteburu, número dos de la candidatura de EH Bildu por Bizkaia, y Pernando Barrena comprobaron el pasado viernes como dos agentes de paisano se encontraban en la cafetería del Hotel San Sebastián, donde comparecieron para hacer un llamamiento a PNV, PSE-PSN y Geroa Bai a alcanzar un acuerdo de mínimos sobre el derecho a decidir.
«Nos controlan en la carretera y delante de nuestras casas, frente a nuestros lugares de trabajo y junto a los lugares de reunión. Estamos controladas en directo y por teléfono. Tenemos que decir que ya basta», denunció recientemente la propia Ugarteburu en rueda de prensa.
En declaraciones a GARA, la candidata de EH Bildu destaca que desde que ejerce funciones de portavoz de la izquierda abertzale su teléfono móvil tiene un comportamiento que no había observado con anterioridad y eso que mantiene el mismo número y el mismo aparato.
Comenta que en los encuentros que mantienen en sedes de la izquierda abertzale se puede observar siempre la presencia de algún vehículo con dos personas dentro y que siempre son los mismos coches y las mismas personas. Hay dirigentes que sufren los mismos seguimientos también en sus viviendas.
Controles y documentos
Llama la atención que, a pesar de que ETA dejó de cometer acciones armadas hace más de dos años y pronto se conmemorará el primer aniversario de que decretara el fin de su campaña armada, en las carreteras de Euskal Herria continúa siendo constante la presencia de controles de la Guardia Civil. Muchos de esos controles están siendo utilizados para que las FSE se hagan con documentación interna de la izquierda abertzale y de EH Bildu.
La madrugada del 30 de agosto, el parlamentario de Aralar Dani Maeztu y su responsable de prensa fueron interceptados en uno de esos controles en la salida de la autopista en Ermua. A Maeztu le pidieron que pusiera sobre el asiento todo lo que llevara en los bolsillos: una cartera con la acreditación de parlamentario y un papel con el acuerdo sobre la distribución de las candidaturas de EH Bildu.
Tras ser apartado del vehículo para su registro, al volver el parlamentario detectó que faltaba el papel. Al hacérselo saber al efectivo de la Guardia Civil, este le pidió que buscara bien, fijándose en un pequeño departamento de la guantera. Allí estaba el documento y era evidente que no había ido por sí mismo del asiento a la guantera. El agente se despidió con un comentario irónico.
Poco después trascendieron dos informaciones relevantes en los medios. Una, que la Guardia Civil vigilaba la composición de las listas de EH Bildu para saber si introducían personas con imputaciones que pudieran dar lugar a ilegalizaciones; la otra, el acuerdo entre los integrantes de la coalición que figuraba en el papel que llevaba Maeztu en su vehículo.
Maribi Ugarteburu, que figura junto a Dani Maeztu en la candidatura de EH Bildu por Bizkaia, destaca que una de las características que se está dando en estos controles es que las personas interceptadas son obligadas a situarse muy lejos de sus vehículos, de forma que no puedan ver qué hacen los agentes policiales en ellos.
Móviles y GPS
La izquierda abertzale denuncia que en esos controles las FSE se están incautando de abundante documentación sobre las actividades políticas del independentismo vasco. Y subraya que se están aprovechando para manipular móviles de las personas retenidas e instalarles buscadores de GPS.
Junto a esto, cabe recordar que el pasado mes de julio se hizo pública la aparición de aparatos de GPS en los parachoques de los vehículos de dos familiares de presos políticos vascos.
En los últimos años se han detectado diversos aparatos de este tipo en vehículos de militantes independentistas sin que, a pesar de las denuncias judiciales presentadas, haya trascendido ningún avance en las investigaciones.
Pueblos cercados
A lo largo del último año, la Guardia Civil ha organizado al menos cuatro operaciones especiales para controlar localidades en las que se celebraban reuniones de la izquierda abertzale con el fin de identificar y controlar a los asistentes.
Según datos a los que ha tenido acceso GARA, esas reuniones tuvieron lugar en Gasteiz, Agurain, Altsasu y Etxarri Aranatz. En el caso de estas tres últimas localidades, los controles de la Guardia Civil se mantuvieron durante muchas horas y afectaron a todos los accesos y salidas de esos municipios, lo que hizo que nadie saliera o entrara por carretera sin ser identificado.
Las FSE también han instalado controles en puntos donde Bildu ha organizado seminarios de formación para sus cargos institucionales, con el fin de identificar a los asistentes y, probablemente, tener acceso a los materiales distribuidos.
El interés policial por todo lo que hace la izquierda abertzale es tal que al menos una pareja de agentes acude a los locales en los que celebran sus ruedas de prensa. No asisten a las mismas porque su contenido es luego publicado; se quedan en la cafetería observando quién es quién y quién hace qué.
De la criminalización a la agresión
El pasado jueves se produjo un hecho muy grave en la Universidad de Zaragoza. Un grupo de fascistas agredió a los asistentes a una charla que, bajo el título «El nuevo tiempo político en Euskal Herria», iban a ofrecer Juan Kruz Aldasoro, de la izquierda abertzale, y Oskar Matute, de Alternatiba. El rector, en lugar de garantizar la libertad de expresión, procedió a suspender el acto. La conferencia estuvo precedida de la petición de suspensión cursada por la AVT, PP y UPyD, quienes aducían que la Universidad « no puede dar voz ni a los terroristas ni a aquellos que les apoyan y defienden». En la web http://vimeo.com/50334435 se puede ver un vídeo con parte de lo ocurrido.
El portavoz de Alternatiba y candidato de EH Bildu, Oskar Matute, relató a GARA que, pese a que llegaron a la UZ con más de una hora de anticipación, sus pasos fueron seguidos por al menos cuatro agentes de paisano. I.I.
fuente: Gara
El permanente y evidente seguimiento policial que sufre el independentismo vasco está afectando directamente a la actividad política de la izquierda abertzale y a candidatos de EH Bildu.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
La asistencia de efectivos policiales a los locales donde la izquierda abertzale ofrece ruedas de prensa ya no pasa desapercibida ni a los empleados de esos hoteles. Maribi Ugarteburu, número dos de la candidatura de EH Bildu por Bizkaia, y Pernando Barrena comprobaron el pasado viernes como dos agentes de paisano se encontraban en la cafetería del Hotel San Sebastián, donde comparecieron para hacer un llamamiento a PNV, PSE-PSN y Geroa Bai a alcanzar un acuerdo de mínimos sobre el derecho a decidir.
«Nos controlan en la carretera y delante de nuestras casas, frente a nuestros lugares de trabajo y junto a los lugares de reunión. Estamos controladas en directo y por teléfono. Tenemos que decir que ya basta», denunció recientemente la propia Ugarteburu en rueda de prensa.
En declaraciones a GARA, la candidata de EH Bildu destaca que desde que ejerce funciones de portavoz de la izquierda abertzale su teléfono móvil tiene un comportamiento que no había observado con anterioridad y eso que mantiene el mismo número y el mismo aparato.
Comenta que en los encuentros que mantienen en sedes de la izquierda abertzale se puede observar siempre la presencia de algún vehículo con dos personas dentro y que siempre son los mismos coches y las mismas personas. Hay dirigentes que sufren los mismos seguimientos también en sus viviendas.
Controles y documentos
Llama la atención que, a pesar de que ETA dejó de cometer acciones armadas hace más de dos años y pronto se conmemorará el primer aniversario de que decretara el fin de su campaña armada, en las carreteras de Euskal Herria continúa siendo constante la presencia de controles de la Guardia Civil. Muchos de esos controles están siendo utilizados para que las FSE se hagan con documentación interna de la izquierda abertzale y de EH Bildu.
La madrugada del 30 de agosto, el parlamentario de Aralar Dani Maeztu y su responsable de prensa fueron interceptados en uno de esos controles en la salida de la autopista en Ermua. A Maeztu le pidieron que pusiera sobre el asiento todo lo que llevara en los bolsillos: una cartera con la acreditación de parlamentario y un papel con el acuerdo sobre la distribución de las candidaturas de EH Bildu.
Tras ser apartado del vehículo para su registro, al volver el parlamentario detectó que faltaba el papel. Al hacérselo saber al efectivo de la Guardia Civil, este le pidió que buscara bien, fijándose en un pequeño departamento de la guantera. Allí estaba el documento y era evidente que no había ido por sí mismo del asiento a la guantera. El agente se despidió con un comentario irónico.
Poco después trascendieron dos informaciones relevantes en los medios. Una, que la Guardia Civil vigilaba la composición de las listas de EH Bildu para saber si introducían personas con imputaciones que pudieran dar lugar a ilegalizaciones; la otra, el acuerdo entre los integrantes de la coalición que figuraba en el papel que llevaba Maeztu en su vehículo.
Maribi Ugarteburu, que figura junto a Dani Maeztu en la candidatura de EH Bildu por Bizkaia, destaca que una de las características que se está dando en estos controles es que las personas interceptadas son obligadas a situarse muy lejos de sus vehículos, de forma que no puedan ver qué hacen los agentes policiales en ellos.
Móviles y GPS
La izquierda abertzale denuncia que en esos controles las FSE se están incautando de abundante documentación sobre las actividades políticas del independentismo vasco. Y subraya que se están aprovechando para manipular móviles de las personas retenidas e instalarles buscadores de GPS.
Junto a esto, cabe recordar que el pasado mes de julio se hizo pública la aparición de aparatos de GPS en los parachoques de los vehículos de dos familiares de presos políticos vascos.
En los últimos años se han detectado diversos aparatos de este tipo en vehículos de militantes independentistas sin que, a pesar de las denuncias judiciales presentadas, haya trascendido ningún avance en las investigaciones.
Pueblos cercados
A lo largo del último año, la Guardia Civil ha organizado al menos cuatro operaciones especiales para controlar localidades en las que se celebraban reuniones de la izquierda abertzale con el fin de identificar y controlar a los asistentes.
Según datos a los que ha tenido acceso GARA, esas reuniones tuvieron lugar en Gasteiz, Agurain, Altsasu y Etxarri Aranatz. En el caso de estas tres últimas localidades, los controles de la Guardia Civil se mantuvieron durante muchas horas y afectaron a todos los accesos y salidas de esos municipios, lo que hizo que nadie saliera o entrara por carretera sin ser identificado.
Las FSE también han instalado controles en puntos donde Bildu ha organizado seminarios de formación para sus cargos institucionales, con el fin de identificar a los asistentes y, probablemente, tener acceso a los materiales distribuidos.
El interés policial por todo lo que hace la izquierda abertzale es tal que al menos una pareja de agentes acude a los locales en los que celebran sus ruedas de prensa. No asisten a las mismas porque su contenido es luego publicado; se quedan en la cafetería observando quién es quién y quién hace qué.
De la criminalización a la agresión
El pasado jueves se produjo un hecho muy grave en la Universidad de Zaragoza. Un grupo de fascistas agredió a los asistentes a una charla que, bajo el título «El nuevo tiempo político en Euskal Herria», iban a ofrecer Juan Kruz Aldasoro, de la izquierda abertzale, y Oskar Matute, de Alternatiba. El rector, en lugar de garantizar la libertad de expresión, procedió a suspender el acto. La conferencia estuvo precedida de la petición de suspensión cursada por la AVT, PP y UPyD, quienes aducían que la Universidad « no puede dar voz ni a los terroristas ni a aquellos que les apoyan y defienden». En la web http://vimeo.com/50334435 se puede ver un vídeo con parte de lo ocurrido.
El portavoz de Alternatiba y candidato de EH Bildu, Oskar Matute, relató a GARA que, pese a que llegaron a la UZ con más de una hora de anticipación, sus pasos fueron seguidos por al menos cuatro agentes de paisano. I.I.
fuente: Gara
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