DERECHO A RÉPLICA |
(AW) Tal como solicitó Leonardo Del Grosso, ex integrante de la Agencia Walsh, le otorgamos derecho a réplica a la nota enviada a la AW por la Agrupación por el Esclarecimiento Impune de la AMIA (Apemia), luego que esta organización se sintiera atacada por un artículo de LDG. Las opiniones manifestadas por Del Grosso no son respaldadas por la AW. Precisamente la polémica que desató su nota, motivó luego su alejamiento de nuestro colectivo. Aún así, consideramos importante el debate sostenido ya que sirvió para reafirmar que la AW defiende a seres humanos, grupos de resistencia y a los pueblos de las políticas represivas de los Estados y no al revés. A su vez, ratificamos que el antiimperialismo nos constituye desde nuestro surgimiento, sólo basta un repaso de archivo para comprobarlo. Por otra parte, el vínculo con Apemia y con su referente Laura Ginsberg, que data de muchos años, se vio fortalecido. Existe coincidencia de que el Memorándum kirchnerismo-Irán es una de las tantas maniobras que evaden lo esencial: abrir los archivos para que cese la impunidad de la conexión local que participó y posibilitó la masacre de 85 seres humanos. De este modo, damos cierre al intercambio, considerando que quienes quisieron fijar posiciones lo han hecho con entera libertad. A continuación la nota:
título: Sobre el veneno y sus peones
" Yo digo que no hay quien crezca
más allá de lo que vale y el tonto que no lo sabe es el que en zancos se arresta y digo que el que se apresta para peón del veneno es doble tonto y no quieroser bailarín de su fiesta".
Silvio Rodríguez
Por Leonardo del Grosso
La verdad es que estoy algo sorprendido del grado de fervor que ha cobrado la polémica desatada a raíz de mi nota "si una manera de encubrir es acusar a un falso culpable, una manera de esclarecer es limpiar su nombre", referida al Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán, y de las consecuencias que finalmente provocó mi opinión, que me llevaron a la ruptura con la Agencia Walsh, que está identificada con la postura contraria a la mia.
Haciendo un recuento, tal como han ido apareciendo los artículos en la Agencia Walsh: hay tres opiniones en contra de mi postura, y una a favor. Las tres en contra son las de Oscar Castelnovo, integrante de la misma Agencia, la de la Comisión Argentina por los Derechos del Hombre de Rosario, que según la clasificación que hace Gitter supongo que es "amiga" de la Agencia Walsh y la de Pablo Gitter; y hay una opinión, la única de un lector, de Roberto Muñoz, que opina a favor de mi posición respecto del Memorándum. En esta nota me voy a enfocar en responder el artículo de Pablo Gitter, porque de lo contrario se haría excesivamente extensa la respuesta y abordando una relativa diversidad de asuntos. Por otra parte, tomo la nota de Pablo Gitter a título personal y no en representación de APEMIA, porque no está expresado así. Él no habla como vocero sino como "integrante de APEMIA", porque así es como firma su artículo.
El que empieza mintiendo se muerde la cola
Comencemos: Gitter dice que "la importancia del debate puede medirse en el rechazo que una nota de Del Grosso generó entre los lectores de la AW y en los correos de amigos que la cuestionaron". Como vimos recién en el recuento de opiniones publicadas en la Agencia Walsh (cosa que cualquiera puede tomarse el trabajo de hacer para verificar lo que digo) el único lector que opina lo hace defendiendo mi posición. Suponiendo que, siendo generosos, la opinión de la CADH la catalogamos como "lector", entonces tenemos una opinión a favor y una en contra, lo que no puede, objetivamente, caracterizarse como "rechazo", y menos que ese "rechazo" sea la base para definir la importancia del debate. O sea, ya de entrada empieza planteando las cosas de manera deshonesta, con la grandilocuencia del debate impostado propia del cobarde político. Más adelante refiere a las opiniones de Oscar Castelnovo sobre lo que debe ser una agencia alternativa de informaciones, asunto que no abordaré ahora. Luego prosigue Gitter diciendo que "Del Grosso falsea hechos y dichos" para atacar la posición política de APEMIA y de otros sectores políticos de izquierda, afirmando además que llego "al extremo de atribuirle un giro antimperialista al gobierno, a quien le reconoce la intención de esclarecer el atentado, terminar con la impunidad sobre este crimen" (por el atentado a la AMIA). Quien falsea hechos y dichos es Gitter, porque en ningún lugar afirmo lo que dice. Ni en el artículo publicado el 3 de marzo pasado, contra el cual Gitter polemiza directamente, ni en el artículo publicado el 11 de octubre de 2012, titulado "Diálogo Argentina-Irán ¿Una ventana a la verdad sobre los atentados de bandera falsa?" (aquí van los enlaces de las dos notas para que el lector pueda verificar que lo que digo es cierto: http://www.agenciawalsh.org/aw/index.php?option=com_content&view=article&id=9391:dialogo-argentina-iran&catid=47:m-o&Itemid=77;http://www.agenciawalsh.org/aw/index.php?option=com_content&view=article&id=10203:debate-sobre-memorandum-argentina-iran&catid=42:j-y-c&Itemid=70). En uno de mis artículos hablo de "viraje positivo" del gobierno (el mismo Gitter cita textual, en su artículo, esta caracterización), pero jamás dije "giro antimperialista". Y es cierto que es un viraje, porque de prestarse la Argentina a participar de las payasadas de los países de la OTAN retirándose cuando habla en la ONU el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, a tener un diálogo bilateral, y llegar a un acuerdo bilateral, indudablemente esto representa un viraje positivo. Tampoco hablé de las intenciones del gobierno nacional ni di fe de que el gobierno nacional quiere terminar con la impunidad en este tema.
Víctimas "culpables", victimarios inocentes
Cuando la lógica es coherente explica todo. Cuando es incoherente, por más que esté embellecida con retórica pseudopolítica, termina confundiendo en vez de esclarecer. Si, es cierto que APEMIA es, dentro del universo de las organizaciones de afectados por el atentado a la AMIA, la que más claramente afirma que la incriminación de Irán es un montaje, una falsedad. Eso es cierto. Entonces, lo que no se entiende es porqué se opone APEMIA a un diálogo que puede servir para dejar en claro eso, nacional e internacionalmente, y porqué APEMIA se opone al Memorándum desde argumentos como los que da Laura Ginsberg, pocos días antes del acto del 27 de febrero, en sus declaraciones a Alfredo Grande. Parece que la suerte de la investigación sobre la AMIA dependiera de Irán, y que si Irán no entrega sus "sospechosos", "sospechosos" que lo son falsamente, injustamente, agraviantemente, sospechados, entonces es Irán el cómplice de la impunidad. Eso me parece una injusticia total, una barbaridad. Irán tiene sus intereses nacionales, y afortunadamente está del lado de los buenos, y coincide con todos los Estados que quieren la paz en el mundo y enfrentan a los imperialistas que generan las guerras. El problema de la impunidad en la causa AMIA, además de los argentinos, también es de Irán, porque es una de las fundamentales víctimas políticas de la maniobra de la que los atentados fueron medios. Es ilógico que Irán no pretenda defenderse, y es bueno porque la verdad está de su lado, tal como las denuncias de la propia APEMIA lo demuestran. E Irán se defiende con la firma del Memorándum, ya que éste es la consumación de su reconocimiento como interlocutor legítimo para intervernir en la resolución de este contencioso. Si me desentiendo de las maniobras que hacen los que pretenden la impunidad: ¿no estoy siendo cómplice de la impunidad? ¿Si incriminar a Irán, Siria, Hezbolá, es parte de las maniobras de la impunidad, cómo puedo ser indiferente de luchar contra esas maniobras? ¿Pero qué hace APEMIA? Se queda a menos que a mitad de camino: admite que Irán no es culpable pero se desentiende de desincriminarlo, y no sólo ello, sino que aporta más a la confusión al hacerlo pretendido cómplice de la impunidad que el Estado Argentino pretende. Esto constituye una posición totalmente inconsecuente, y por lo tanto consecuente con el contubernio antinacional que se opone al Memorándum. Dejemos de lado las poderosas razones geopolíticas que también nos llevan a apoyar el Memorándum. Sólo por las preguntas que acabo de formular se justifica el apoyo al mismo. Si a eso le agregamos las razones geopolíticas, donde está la posibilidad de una guerra de enormes dimensiones, no hay que dudar mucho sobre cuál debe ser la postura política. El ataque del régimen racista de Israel contra Irán, además de la tremenda guerra que desencadenará, puede ser la escalada para una Tercera Guerra Mundial donde la segunda será un juego de niños en comparación. Pero a mis preguntas Gitter no puede dar respuestas decorosas, sino sólo balbuceos retóricos. No sólo hay que denunciar que la pista iraní es falsa desde siempre, sino que hay que luchar por limpiar el nombre de Irán, de Siria y Hezbolá, porque una cosa es consecuencia lógica y necesaria de la otra. Incriminar a un inocente, aquí y en el fin del mundo, es el paroxismo de la impunidad. Eso, defender a Irán, a Siria y a Hezbolá, debería hacer APEMIA si tuviera la valentía política que nos exige la Historia y las víctimas del atentado. Y no ponerle un (sic) como hace Gitter cuando uno habla de limpiar el nombre de un país inocente, y sobre el que pesa la amenaza de una guerra en gran escala. ¡Qué va! ¿Qué me importa a mi que ensucien el nombre de Irán? ¿Qué me importa esa injusticia? ¿Qué me importa a mi que pueda haber millones de muertos provocados por el fanático Netanyahu, con el que, por otra parte, comparto el rechazo al Memorándum? ¿Qué me importa limpiar el nombre de un inocente y acercarme así a la verdad? Eso no me importa. Así parece que razonan quienes se oponen al Memorándum. Eso si: rechazo al Memorándum "desde una posición independiente". O sea, siendo prácticos: que continúe la campaña de criminalización a Irán, así resulta más fácil para el Régimen Racista de Israel atacarlo. Comparemos el poder de APEMIA con el poder del Régimen Racista de Israel y nos daremos cuenta quien está haciendo la cosecha del rechazo al Memorándum. No hay tal independencia, porque no se puede pensar la política en abstracto, al margen de las relaciones de fuerza y de los componentes de esas relaciones.
Sobre el oportunismo del gobierno nacional y las necesidades de las grandes potencias
Gitter en su nota habla del oportunismo del gobierno nacional y afirma que "para lo único que sirve el Memorando firmado es para limpiar la mesa de las negociaciones mundiales con Irán, que acaban de iniciarse en Kazakhstán". Indudablemente que el gobierno argentino históricamente ha dado muestras reiteradas de oportunismo. Sin ir más lejos está la postura argentina frente a la agresión de la OTAN contra Siria, a mediados de 2012, que personalmente he criticado en términos muy severos en mi nota"deberemos pedir perdón" (http://www.lahaine.org/index.php?p=31002), publicada en La Haine en setiembre del año pasado. Como otra prueba de oportunismo está la postura que tuvo la Argentina hasta hace dos años en la ONU respecto de Irán, donde se prestó para las fantochadas de los Estados de la OTAN. Y hoy resulta oportunista el debate en torno de las tarjetas rojas de Interpol y de si Irán entregará o no a sus "sospechosos", que es un debate intoxicado en torno de asegurarse la colaboración de un falso culpable para que reafirme su culpa frente a sus acusadores de mala fe, algo totalmente absurdo. De este debate no sólo participa el gobierno argentino dándole explicaciones a las organizaciones que se presentan como representantes de la comunidad judía en la Argentina, y dándole explicaciones a los políticos opositores al acuerdo, sino también algunas organizaciones como Memoria Activa, que apoya el Memorándum pero tomando recaudos contra Irán, lo que demuestra su estulticia política. Pero realmente no me preocupan las motivaciones del gobierno nacional sino los resultados de este hecho que es la firma del Memorándum. Así como, aún estando seguros que el gobierno de Colombia participa de los diálogos de paz con las FARC no con las mismas buenas y patrióticas intenciones de la guerrilla sino con otras intenciones muy diferentes, y sin embargo podemos apoyar esos diálogos que se están desarrollando, de la misma forma, más allá de buenas o malas intenciones, entiendo que hay que apoyar el Memorándum con Irán. Indudablemente que también hay un giro, por lo menos en algunas de las potencias de la OTAN, en función de neutralizar o suspender, por ahora, la opción militar contra Irán. Entonces digo que me parece un giro positivo, y no por eso soy simpatizante de los estados de la OTAN. ¿O es preferible la postura de los sectores que representa Netanyahu, que pretende la guerra? Pero digo lo mismo que con el oportunismo del gobierno nacional: no me importa realmente si tiene o no la bendición de tal o cual poder imperialista, sino la resultante del Memorándum, que es contribuir a desaislar internacionalmente a Irán, a alejar la posibilidad de una guerra contra Irán y a desincriminarlo en la causa AMIA. Todo ello constituye un resultado positivo en mi criterio, y no soy indiferente de conquistar esos resultados. Indudablemente que esa mesa de negociación que se abre en Kazakhstán es el resultado de la variación de la correlación de fuerzas; o sea, es mérito de la resistencia antiimperialista a nivel mundial y no concesión graciosa de los poderosos. Con más razón entonces tenemos que apoyar lo que va en dirección de alejar la posibilidad de una guerra contra Irán y, repito, lo que va en dirección de desincriminar a Irán, lo que constituye un acto de justicia.
"Tonto" contra Irán y vivo a favor del sionismo
Ya sobre el final de su artículo, Pablo Gitter se extiende in extenso en su ataque hacia mi, y en este punto, aún a riesgo de que mi nota se haga muy larga, deberé ir citando textualmente porque cada párrafo de Gitter encierra una incoherencia. "A Del Grosso no le interesa -dice Gitter- esclarecer nada ni la lucha contra la impunidad. Es difícil explicar cuál es el proceso de razonamiento de un tipo que, pretendiendo hacer una crítica, termina por ajustar la realidad a sus propios prejuicios ideológicos. Algunos ejemplos. 1º) 'Hay que luchar por el esclarecimiento del atentado de la AMIA -nos dice- porque sólo a través de esta lucha es como quedará demostrado que el culpable del atentado a la AMIA no es ni Irán ni Siria, sino el Estado Racista de Israel' (resaltado en el original). Entonces convierte la lucha por la apertura de los archivos secretos y por el esclarecimiento en superficial y maniquea. Ya tiene un final cantado y ajeno a cualquier responsabilidad del Estado nacional, aún antes de esa apertura". Gitter no demuestra nada. No fundamenta sus afirmaciones. Me queda claro, si, su maniqueísmo, a favor del régimen racista de Israel. Su razonamiento es que por el sólo hecho de que yo de por descontado que es el Estado Racista de Israel el autor del atentado, la lucha por su esclarecimiento pasa a ser "superficial y maniquea", y además, porque culpo al sionismo, el final de ese esclarecimiento exculpo al Estado argentino de cualquier responsabilidad. Pero, oh casualidad, en mi nota digo: "comparto que deben ser abiertos los archivos del Estado argentino. En eso todos estamos de acuerdo, para que quede demostrada no sólo la conexión local, sino desde ella encontrar los actores internacionales con quienes esa conexión local se conectó". Esto parece que Gitter no lo leyó. Planteo un camino metodológico que es ir desde la conexión local hacia la internacional, y no a la inversa. Esa es la única línea válida, porque, como se sabe, en toda investigación criminalística seria se parte desde el hecho (que sucedió en Argentina). La actitud de Gitter es hacerse bien el tonto para no defender a Irán, y hacerse el vivo para forzar mi razonamiento diciendo que si culpo a Israel entonces exculpo al Estado Argentino, cosa que yo no afirmo ni razono. Más aún, en mi artículo de marras manifiesto: "¿el encubrimiento es para proteger a Irán o Siria (pretendidos culpables) o para incriminarlos falsamente? Si no abre los archivos, el gobierno argentino no encubrirá a Irán, sino al Estado de Israel". De aquí se deduce que si el gobierno argentino no abre los archivos encubrirá, o sea, no exculpo al gobierno, sino afirmo, indubitablemente, taxativamente, que si no abre los archivos encubre. El problema aquí es qué es lo que encubre el Estado argentino. Adivinaron, queridos lectores: encubrirá al Estado que Gitter defiende: el Estado Racista de Israel. Más claro, agua. Pero si alguien duda de como se desarrolló la investigación del atentado a la AMIA, y de la implicación del sionismo en su realización y posterior encubrimiento, le recomiendo que lea el interesante artículo, publicado en Contrainfo este 15 de febrero pasado, titulado "¿Quiénes atacaron a la AMIA en Argentina?" (http://www.contrainfo.com/8446/quienes-atacaron-a-la-amia-en-argentina/) de uno de los mejores investigadores sobre este hecho, el ingeniero electrónico e investigador industrial José Petrosino. Sigamos con Gitter: "2º) Al referirse a luchar contra la impunidad (artículo del 11/10/12), nos asegura que 'es relativamente fácil describir los pasos metodológicos del encubrimiento y de la garantización de la impunidad'... pero él no lo hace. Para él no se trata de un proceso político y jurídico de vasto alcance social, que involucra al conjunto del aparato del Estado y a sus tres poderes para asegurar la criminalidad y los secretos en que se funda. Para él se trataría apenas de 'la intervención directa en el proceso investigativo y la infiltración de agentes propios (de los sionistas) en los lugares clave'. No sería necesaria entonces una lucha contra la impunidad. Por eso, increíblemente, ni la menciona en su último artículo aquí en debate! Por eso ni puede asociar el Memorando con un Punto Final". Lo misma lógica de defensa del régimen racista de Israel, expresada en nuevas ocasiones: si Del Grosso describe las maniobras de encubrimiento de las facciones sionistas, entonces Del Grosso en realidad no lo hace, porque se olvida de que existe un "proceso político y jurídico de vasto alcance social". O sea: o culpo a todo el Estado argentino, o no puedo culpar a nadie. El "vasto alcance social" de Gitter viene en rescate del sionismo como expresión singular infiltrada o inserta en el aparato del Estado argentino. Gitter no sabe que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y la diputada nacional Elisa Carrió están insertas en la estructura del Estado argentino pero no son lo mismo. No lo sabe porque hay "un proceso político y jurídico de vasto alcance social". No sabe que, por decir alguien, la senadora Norma Morandini, del FAP; y la senadora kirchnerista Nanci Parrilli, forman parte de la estructura del Estado argentino pero no son lo mismo. Ya se: hay "un proceso político y jurídico de vasto alcance social". Entonces, el sionismo no existe, porque hay "un proceso político y jurídico de vasto alcance social". Está claro que el Estado argentino es un estado burgués, que tiene secretos que garantizan la impunidad. Está claro que hay que luchar contra la impunidad. La verdad que no encuentro dónde yo afirmo lo contrario, o se puede deducir lo contrario de las artículos que he escrito. Sigue Gitter, injuriándome: "3º) El autor sostiene que las fuerzas populares y antimperialistas, tienen una oportunidad... Pero no para luchar por desenmascarar el papel del Estado argentino y sus socios internacionales en la comisión misma del crimen, ni para luchar contra la impunidad, sino para esclarecer una supuesta doctrina que él llama de 'atentados de bandera falsa'. Ya dijimos que en su artículo anterior (11/10/12) fatiga al lector hasta reconocer que esta supuesta teoría no es tal ni se puede demostrar. Su llamamiento es, entonces, para aclarar sus propios prejuicios". Gitter desvincula el esclarecimiento del atentado a la AMIA, para mi una operación encubierta de falsa bandera, con la lucha contra la impunidad, como si avanzar hacia la verdad fuera en contra de luchar contra la impunidad. Y además niega la realidad mundial que es la existencia de operaciones encubiertas. En el artículo mío del que Gitter habla digo, sobre las operaciones encubiertas (dentro de ellas se encuentran los atentados de bandera falsa): "esta parte de la doctrina no se encontrará registrada expresamente en ningún paper, en ningún manual de formación de cuadros, en ningún material instructivo u operacional, en ninguna teorización sistemática de la doctrina militar y de acción psicológica del imperialismo usionista, quien es el que la practica habitualmente. Y no puede estarlo justamente por la naturaleza de esta línea de acción, que se encuentra implícita dentro del gran título 'operaciones especiales'". En ningún lado digo que tal doctrina no es tal ni no se puede demostrar. O sea, para Gitter que no esté registrada formalmente es sinónimo de que no se puede demostrar. La demostración de esta doctrina son las propias masacres que Estados Unidos, Inglaterra y el Estado Racista de Israel, entre otros estados de la OTAN, realizan constantemente en todo el mundo, son los asesinatos como el de Chávez, o el de Yasser Arafat. Gitter pretende que esté registrada. Si estuviera registrada esto debería decir esa doctrina en alguna de sus formulaciones: "constituir grupos operativos que coloquen bombas en lugares donde haya población civil, preferiblemente niños y ancianos, para posteriormente atribuir semejantes masacres macabras a nuestros enemigos políticos". Esto es lo que hoy el imperialismo está haciendo sistemática y cotidianamente en Siria, Afganistán e Irak, entre otros tantos escenarios de guerras desatadas por la OTAN.¿Se imaginan un manual que diga eso? Eso no puede estar registrado y sistematizado de ese manera, porque quien haga semejantes fechorías, matando aún a gente de su propia comunidad, no lo dejaría expresado como prueba. Ahí está el sionista Claudio Borger, presidente de la AMIA (entidad que, como lo afirma meridianamente APEMIA y su integrante, Pablo Gitter, históricamente encubrieron junto al Estado argentino), amenazando como lo haría un mafioso, con un "tercer atentado". A estos demonios defiende Gitter con sus argumentos retorcidos, negando la realidad que el mismo Borger, en sus propias narices, pone en evidencia. Gitter termina su artículo diciendo de mi: "Todo su razonamiento se funda en prejuicios". Para mi queda más que claro quién es el que se funda en prejuicios y tiene razonamientos traicioneros. Pero será Usted, lector, el que en definitiva entenderá a quien la cabe ese sayo, y quien es el que se apresta para peón del veneno. |
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