jueves, 31 de octubre de 2013

Tras cinco días de espera, un agricultor fallece en la puerta de un hospital en el norte de MéxicoNo le atendieron por no tener seguro.

MEXICO
Este campesino murió por ser pobreJuan 
Diego Quesada El País es México 

José Sánchez Carrasco. 
Envuelto en una manta de cuadros, un agricultor
mexicano pasó cinco días agonizando en la puerta de un hospital. El personal
del centro se negó a atenderlo por no tener dinero ni seguro médico. El cadáver
permanece en la parte trasera de una funeraria a la espera de que las
autoridades encuentren a algún familiar. De lo contrario será enterrado en un
nicho común dentro de una semana.José Sánchez Carrasco, un nombre pronunciado por él
mismo con las pocas fuerzas que le quedaban, se presentó con un caso severo de
deshidratación en el hospital de Guaymas, una ciudad portuaria de Sonora, al
noroeste de México. Era miércoles, 16 de octubre. Como reconoció después el
propio director del hospital, se negaron a atenderle. El jornalero se instaló
entonces con las pocas pertenencias que llevaba en la entrada del centro. Se
valió durante varios días de la caridad de la gente que pasaba y lo veía ahí
arrumbado. En el hospital dicen que llamaron a los servicios sociales pero que
estos nunca llegaron. Lo encontraron muerto el pasado lunes.El asunto ha alarmado a las autoridades del país.
La secretaria de Salud, Mercedes Juan, ha pedido que no vuelva a pasar algo
semejante "Lo delicado es que haya ocurrido a las afueras del hospital y
por ello debe investigarse a fondo lo ocurrido", señaló este viernes a
través de un comunicado. La ministra ha programado una reunión con los
directores estatales para abordar la crisis. El director del hospital ya ha
sido cesado.El caso de Sánchez Carrasco no hubiera pasado de
ser una muerte anónima más si no fuera por la entrevista que le hicieron los
reporteros de El Chacoteo, un canal local que emite por Internet. Ahí aparece
debilitado, casi sin energías para hablar, pero de repente tiene momentos de
lucidez en los que aporta datos que pueden ser útiles para armar el
rompecabezas de su misteriosa vida.El moribundo cuenta que se crió en Casas Grandes,
un pueblo de Chihuahua donde vive su madre, "muy acabadita", y una
hermana. Su padre ya falleció. Dice tener 38 años. Llegó a esta zona de Sonora
para trabajar como jornalero. Estuvo empleado en la recogida de sandias y da a
entender que faenando resultó dañado de la espalda. Llegó en ambulancia al
hospital, aunque ese dato no queda del todo claro, y más tarde fue rechazado.
"No puedo caminar, camino como viejito, me canso? El doctor no me dijo
nada. No me atendió. Ni siquiera habló conmigo. Quítate la ropa para que se te
refresque?".En México el seguro social está vigente desde los
años 40 del siglo pasado, pero sólo incorpora a aquellos que cotizan mediante
un trabajo formal. Y aunque en el gobierno anterior se quiso incorporar a más
personas, sin importar el estatus laboral, a los servicios de salud mediante
una financiación llamada Seguro Popular, es apenas ahora -en 2013- que México
discute la posibilidad de crear una cobertura médica universal. En el año 2000
se calculaba que unos 50 millones de personas no tenían ningún tipo de
cobertura.En las últimas semanas, las redes sociales han
difundido varios vídeos que denunciaban el mal funcionamiento del sistema de
salud mexicano. Dos casos de mujeres que tuvieron que dar a luz sin
ser atendidas por los servicios médicos en Oaxaca y Puebla han despertado
especialmente la polémica.La policía de la localidad donde vivía Sánchez
Carrasco está tratando de localizar a sus familiares pero por el momento la
búsqueda no ha dado resultado. El jueves le pidieron a una mujer llamada Bertha
Alicia Sánchez Carrasco que se presentara en comisaría. Coincidían los dos
apellidos y daba la casualidad que la mujer tenía a un hermano desaparecido.
¿Sería él? La mujer vio una foto y negó con la cabeza. Después se enteró de que
su verdadero hermano está preso en una cárcel de Estados Unidos, según las
autoridades locales.El cadáver del jornalero permanece a la espera en
un frigorífico de la funeraria Getsemaní, en el propio Guaymas. Si algún
familiar reclama el cuerpo le pedirán lo que cuesta el permiso municipal para
enterrarlo y el costo de un ataúd "presentable". En caso de que
quieran trasladarlo a su pueblo la factura se dispararía hasta los 16.000 pesos
(1.200 dólares). "En todo caso no se está cobrando ni la preparación
básica del cuerpo ni su levantamiento. No siempre buscamos que todo nos dé
ganancia. En este caso deseamos ayudar a la familia", cuenta por teléfono
un responsable del negocio con nombre bíblico. ¿Cuando dice presentable, a qué
tipo de ataúd se refiere? "Uno rústico, de madera". Más de lo que
recibió en vida.

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