En medio de la brutalidad de la guerra incesante en Siria y una ola de calor, hay pruebas que sugieren que las partes enfrentadas en el conflicto están usando el agua para conseguir objetivos militares y políticos, alertó el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El director regional del organismo para Medio Oriente y el Norte de África, Peter Salama, señaló en un comunicado de prensa que negarles a los civiles el acceso al agua constituye una flagrante violación de las leyes de la guerra.
En los últimos meses, hasta cinco millones de personas en Siria han sufrido las consecuencias de prolongadas y, a veces, deliberadas interrupciones del suministro de agua. En la ciudad de Aleppo, en el norte del país, la guerra ha dañado la principal estación de bombeo de agua, dejándola inutilizada durante períodos de hasta varios meses. UNICEF registró al menos 18 cortes de agua deliberados en lo que va de año.
Sin agua en casa, a menudo los niños salen a la calle a buscarla, a veces teniendo que hacer horas de cola en los puntos de distribución. Además, la imprevisibilidad del conflicto, hace que la búsqueda sea peligrosa e incluso letal, advirtió UNICEF. En las últimas semanas, al menos tres niños murieron en Aleppo cuando salieron por agua. Además, otra consecuencia es que muchas familias acaban utilizando agua sucia y no potable, lo que aumenta la vulnerabilidad de los niños a contraer diarrea, fiebre tifoidea, hepatitis y otras enfermedades. Últimamente, los precios del agua se dispararon 3000% en Aleppo.
La crisis del agua en Siria ha ido empeorando conforme el conflicto se recrudecía. La disponibilidad de agua es ahora la mitad que antes de que estallara la crisis en 2011. La continua violencia y los enfrentamientos han causado severos daños a la infraestructura de agua y los trabajadores municipales no pueden hacer las reparaciones necesarias. ONU
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