Honduras
Por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
Manuel Zelaya en el Encuentro. Vista parcial de los concurrentes
Con el objetivo de denunciar y visibilizar la grave situación de violencia y violación a los derechos humanos e impunidad en el país y en el Bajo Aguán, solidarizarse con las víctimas de la represión e intercambiar experiencias para buscar estrategias comunes de lucha, del 16 al 20 de febrero la ciudad de Tocoa, Colón, fue anfitriona del Encuentro Internacional de derechos humanos en solidaridad con Honduras.
La actividad fue convocada por el Observatorio permanente de derechos humanos en el Aguán y un nutrido grupo de organizaciones nacionales e internacionales.
Durante cuatro días, los más de 1,200 delegados y delegadas provenientes de todo el territorio hondureño y de diferentes países del mundo, pudieron conocer, analizar e intercambiar sobre la crisis de derechos humanos que vive el país, de manera particular el Bajo Aguán.
También compartieron los desgarradores testimonios de las víctimas del hostigamiento y la represión, así como las diferentes formas de luchas implementadas por las organizaciones campesinas, que exigen el acceso a la tierra y el derecho a la seguridad alimentaria, ante un modelo monocultivista depredador y explotador, financiado por los organismos financieros internacionales.
?La solidaridad internacional respondió masivamente al llamado. Ahora nos queda el desafío de seguir tejiendo esta articulación solidaria y avanzar hasta plantearnos un movimiento internacional en contra del golpismo, la violación de los derechos humanos y la impunidad?, dijo a Sirel, Bertha Cáceres, coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).
Durante el Encuentro, en diferentes asentamientos campesinos se realizaron talleres temáticos con enfoques de género, niñez y pueblos indígenas y afrodescendientes.
?El resultado ha sobrepasado cualquier expectativa. La presencia de un centenar de delegados y delegadas internacionales y más de treinta periodistas extranjeros nos anima y nos da mucha esperanza para el futuro?, aseguró Cáceres.
También hubo momentos muy conmovedores, como por ejemplo el homenaje que se les rindió a las víctimas y mártires del Bajo Aguán y los testimonios de los y las sobrevivientes. En poco más de dos años suman 45 los campesinos organizados que perdieron la vida en el marco del conflicto agrario en esta región.
?Fue un momento desgarrador. En los rostros de los familiares de las víctimas se percibía la necesidad de justicia y el sentido de impotencia. El reto es ahora canalizar y convertir este dolor en lucha y articulación?, afirmó la dirigente indígena.
Para Esly Banegas, dirigente de la Coordinadora de Organizaciones Populares del Aguán (COPA), el Encuentro permitió desenmascarar la hipocresía del régimen.
?Quieren dar a creer a nivel internacional que, por haber firmado acuerdos con algunos grupos campesinos, el conflicto en el Bajo Aguán está resuelto. Sabemos que no es así y que el régimen va a continuar su política de violencia y terror.
Debemos seguir visibilizando lo que está ocurriendo en la región, multiplicando la solidaridad, combatiendo la impunidad, promoviendo la unidad?, dijo la también presidenta de la seccional de Tocoa del SITRAINA, quien agradeció la presencia de la Rel-UITA en el Encuentro y la cobertura sistemática que se dio al conflicto en el Bajo Aguán.
Declaración final
Finalizando la actividad, el comité organizador dio a conocer la Declaración Final del Encuentro, en la que se pidió, entre otros, una solución definitiva del conflicto agrario en el Bajo Aguán ?sin negociaciones indignas de compra y venta de tierra?.
También se exigió la libertad inmediata para el detenido político del Movimiento Campesino del Aguán (MCA), José Isabel Morales, el sobreseimiento de los más de 500 campesinos demandados en los tribunales, así como la desmilitarización del territorio, el fin de la impunidad y el fortalecimiento del Observatorio permanente internacional de derechos humanos en el Aguán.
Finalmente, los delegados y delegadas nacionales e internacionales acordaron impulsar varias acciones, cuyo cumplimiento será monitoreado por una Comisión Ad Hoc.
Por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
Con el objetivo de denunciar y visibilizar la grave situación de violencia y violación a los derechos humanos e impunidad en el país y en el Bajo Aguán, solidarizarse con las víctimas de la represión e intercambiar experiencias para buscar estrategias comunes de lucha, del 16 al 20 de febrero la ciudad de Tocoa, Colón, fue anfitriona del Encuentro Internacional de derechos humanos en solidaridad con Honduras.
La actividad fue convocada por el Observatorio permanente de derechos humanos en el Aguán y un nutrido grupo de organizaciones nacionales e internacionales.
Durante cuatro días, los más de 1,200 delegados y delegadas provenientes de todo el territorio hondureño y de diferentes países del mundo, pudieron conocer, analizar e intercambiar sobre la crisis de derechos humanos que vive el país, de manera particular el Bajo Aguán.
También compartieron los desgarradores testimonios de las víctimas del hostigamiento y la represión, así como las diferentes formas de luchas implementadas por las organizaciones campesinas, que exigen el acceso a la tierra y el derecho a la seguridad alimentaria, ante un modelo monocultivista depredador y explotador, financiado por los organismos financieros internacionales.
?La solidaridad internacional respondió masivamente al llamado. Ahora nos queda el desafío de seguir tejiendo esta articulación solidaria y avanzar hasta plantearnos un movimiento internacional en contra del golpismo, la violación de los derechos humanos y la impunidad?, dijo a Sirel, Bertha Cáceres, coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).
Durante el Encuentro, en diferentes asentamientos campesinos se realizaron talleres temáticos con enfoques de género, niñez y pueblos indígenas y afrodescendientes.
?El resultado ha sobrepasado cualquier expectativa. La presencia de un centenar de delegados y delegadas internacionales y más de treinta periodistas extranjeros nos anima y nos da mucha esperanza para el futuro?, aseguró Cáceres.
También hubo momentos muy conmovedores, como por ejemplo el homenaje que se les rindió a las víctimas y mártires del Bajo Aguán y los testimonios de los y las sobrevivientes. En poco más de dos años suman 45 los campesinos organizados que perdieron la vida en el marco del conflicto agrario en esta región.
?Fue un momento desgarrador. En los rostros de los familiares de las víctimas se percibía la necesidad de justicia y el sentido de impotencia. El reto es ahora canalizar y convertir este dolor en lucha y articulación?, afirmó la dirigente indígena.
Para Esly Banegas, dirigente de la Coordinadora de Organizaciones Populares del Aguán (COPA), el Encuentro permitió desenmascarar la hipocresía del régimen.
?Quieren dar a creer a nivel internacional que, por haber firmado acuerdos con algunos grupos campesinos, el conflicto en el Bajo Aguán está resuelto. Sabemos que no es así y que el régimen va a continuar su política de violencia y terror.
Debemos seguir visibilizando lo que está ocurriendo en la región, multiplicando la solidaridad, combatiendo la impunidad, promoviendo la unidad?, dijo la también presidenta de la seccional de Tocoa del SITRAINA, quien agradeció la presencia de la Rel-UITA en el Encuentro y la cobertura sistemática que se dio al conflicto en el Bajo Aguán.
Declaración final
Finalizando la actividad, el comité organizador dio a conocer la Declaración Final del Encuentro, en la que se pidió, entre otros, una solución definitiva del conflicto agrario en el Bajo Aguán ?sin negociaciones indignas de compra y venta de tierra?.
También se exigió la libertad inmediata para el detenido político del Movimiento Campesino del Aguán (MCA), José Isabel Morales, el sobreseimiento de los más de 500 campesinos demandados en los tribunales, así como la desmilitarización del territorio, el fin de la impunidad y el fortalecimiento del Observatorio permanente internacional de derechos humanos en el Aguán.
Finalmente, los delegados y delegadas nacionales e internacionales acordaron impulsar varias acciones, cuyo cumplimiento será monitoreado por una Comisión Ad Hoc.
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