La falta de respuestas de Kirchner-
Cuando la presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner visitó Harvard el jueves pasado, tenía que hacer algo que rara vez hace: Abiertamente responder a las preguntas del público y los medios. Un estudiante incluso le agradeció la “única” oportunidad. Pero Kirchner apenas esquivó las preguntas difíciles acerca de su liderazgo fracasado.
Cuando la presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner visitó Harvard el jueves pasado, tenía que hacer algo que rara vez hace: Abiertamente responder a las preguntas del público y los medios. Un estudiante incluso le agradeció la “única” oportunidad. Pero Kirchner apenas esquivó las preguntas difíciles acerca de su liderazgo fracasado.
Recientemente, decenas de miles de manifestantes se congregaron en Buenos Aires y otras ciudades en las tradicionales cacerolazos protestas para denunciar creciente autoritarismo de la administración Kirchner. En la mayor manifestación desde que Kirchner asumió el poder en 2007, los manifestantes dijeron: “No vamos a permitir que este gobierno siga avanzando, marchamos por la libertad y por la defensa de la Constitución Nacional”.
La presidente Kirchner ha puesto en marcha una campaña de acoso contra los medios de comunicación y periodistas, la ejecución de una estrategia de control de la información que creemos está diseñada para perpetuar su poder. Esta tendencia es muy preocupante, no sólo para los periodistas que se encuentran bajo amenaza, pero también por los derechos de una democracia que sabe lo que su gobierno está haciendo.
El gobierno de Kirchner cuenta con numerosas herramientas para restringir y presionar a la prensa, incluyendo la distribución de la publicidad oficial a los medios de comunicación amigos y control de las redes de distribución de papel prensa en nombre de la “seguridad nacional”. Agresiones físicas contra periodistas van en aumento. El gobierno ha impulsado una serie de leyes que restringen los derechos de los medios de comunicación, incluida la creación de un órgano regulador de los medios designados políticamente, y dos leyes de 2011 que incrementan drásticamente el control gubernamental de la prensa. Uno dio el control gubernamental efectivo sobre Papel Prensa, fabricante del país, papel de periódico sólo, al declarar que la producción, venta y distribución de papel para periódicos eran de “interés público”. La otra ley amplió la definición de terrorismo para incluir cualquier noticia o comentario vistos como una amenaza para el gobierno.
Dirigentes argentinos de oposición critican también la utilización de la “cadena nacional” y la Ley de Medios para inundar la radio y la televisión con sus discursos políticos. Por ejemplo, un video recientemente lanzado por el Ministerio de Industria promueve abiertamente el presidente Kirchner como una genia. Kirchner ha invocado una norma federal para salir en cadenas presidenciales 16 veces en el año 2012 solamente, hablando en más de 15 horas en total, y un total de 50 veces desde que la ley fue aprobada en octubre de 2009. Principal editorial de La Nación el 5 de septiembre criticó la práctica, diciendo que el gobierno se ha convertido “en un instrumento excepcional de la comunicación en un canal para la propaganda, burlándose de los derechos y envilecimiento de los que piensan de manera diferente.”
Kirchner esta efectivamente en guerra con los dos principales medios de comunicación, Clarín y La Nación. Sus continuos intentos de desmantelar el Grupo Clarín, el más grande conglomerado de medios en el país, comenzó después de la cobertura negativa de su gobierno se inició en 2008. En el marco de la Ley de Medios aprobada en 2009, Clarín perderá su red de cable de 7 de diciembre. El año pasado, un grupo de 50 policías armados asaltaron la sede Buenos Aires de Cablevisión, que pertenece al Grupo Clarín.
Estas tácticas remontan a la época de las dictaduras argentinas y no la democracia que se dice ser en la Argentina. Cuando se le preguntó en Harvard sobre la censura invasora, la presidente Kirchner hizo la afirmación extraordinaria que “nunca ha habido tanta libertad de expresión como ahora”. Luego trató de desviar el tema de la educación de la Administración Bush por el encarcelamiento de un periodista de Nueva York Times por negarse a revelar sus fuentes. Pero no se puede negar los hechos acerca de su represión. Libertad anual de Freedom House en sus notas de prensa, da como índice que durante las sucesivas administraciones Kirchner, Argentina ha experimentado un deterioro significativo de las condiciones de la libertad de prensa, uno de los descensos más sostenidos en todo el mundo.
Su actitud y las políticas relativas a los medios de comunicación son parte de un patrón más amplio de las políticas irresponsables. El Gobierno argentino ha negado sistemáticamente a cumplir las resoluciones judiciales en todo el mundo con respecto a esta deuda, incluyendo 114 en Nueva York solamente. También se negó a permitir que el Fondo Monetario Internacional para llevar a cabo una auditoría estándar, el único país del mundo en hacerlo, al informar las cifras de inflación descaradamente falsas. Y el Grupo de Acción Financiera sobre el Blanqueo de Dinero está investigando Argentina por no cumplir con sus obligaciones bajo los acuerdos internacionales contra el lavado de dinero.
La presidente Kirchner puede pensar que ella puede ocultar estas políticas al pueblo argentino en su intento por mantenerse en el poder. Como aprendió en Boston, tiene que responder a sus acciones de una manera honesta y directa … y sin los medios de comunicación estatales detrás de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario