MALI
POR Gian Paolo Calchi Novati,
Rebelión/La Pluma
18 DE ENERO 2013
En vista de que los preparativos para intervenir colectivamente en Mali se estaban dilatando y que con el paso del tiempo aumentaban las reservas de los EE.UU. a uno y otro lado de Argelia, Francia decidió terminar con las esperas.
El hecho concreto significa anteponer la guerra a la búsqueda de una solución política y cambiar al mismo tiempo las modalidades operativas. Parecía darse por descontado que Francia y los EE.UU. se limitarían a tareas de entrenamiento. apoyo logístico y comunicaciones en una operación llevada a cabo por lo demás con soldados africanos junto al desdibujado ejército maliense, o en su lugar.
Hollande lo había excluido siempre pero ha terminado, o a empezado, a conversar con las tropas en el terreno. Se creía que el presidente socialista, que siempre repitió que los tiempos del ?fracafricanismo? habían terminado para siempre, quería mostrarse más enérgico que Sarkozy y hacer sin embargo ?algo de derecha?. Ya se había orientado bastante en ese sentido con Siria (y no precisamente por motivos humanitarios).
No es el caso de llamar a la usurpación porque Mali sea de hecho un Estado fallido. Dos tercios del territorio se hallan ocupados por rebeldes y en la capital Bakamo se mantiene un precario condominio entre una junta militar y un gobierno civil provisional asediado por un ejército empeñado en una carrera por saber quién es más irresponsable e impotente. El beau geste de París constituye por lo tanto un gesto aún más hipócrita e insensato porque a nadie le será fácil restablecer la soberanía en lo que queda de Mali. Por su parte el capitán Sanogo, autor del golpe de Estado de marzo de 2012 contra el presidente a cargo y de un segundo golpe en diciembre para quitar del medio un jefe de gobierno que se había vuelto indigesto, no ha dejado de llamar fuerzas ?neocoloniales? a todas aquellas que ofrecen a ?ayudar? a Mali sin diferenciar a los países vecinos ni a las grandes potencias.
Por otra parte llegado el momento de las decisiones, Francia pensaba probablemente que le asistían el derecho y el deber por su calidad de expotencia colonial. Mali se estaba acercando demasiado a los EE.UU., al punto de haberse constituido en una sede oficiosa del Africom, el comando militar unificado para Africa creado en 2007 por Bush y consolidado por Obama. Resulta lógico preguntarse cómo una gran potencia se puede dejar sorprender por un golpe del ejército que ella misma arma, entrena y realmente controla.
Precisamente cuando parecía que se había conseguido una Unión Africana dispuesta a mantener el principio ?soluciones africanas para las crisis africanas? las crisis como la de Mali o la de Somalia ya no son crisis africanas, sino que se promueven de oficio al rango de asuntos globales y se tratan en consecuencia. Según la lógica de la guerra al terrorismo todos los gatos son pardos. Poco importa que Mali, como todos los países de la franja sahel-sudanesa de paso entre el África árabe y el África negra se halle comprometida en delicadísimos problemas del state building. La obsesión por la ?seguridad? complica irreparablemente los procesos internos en un clima de por sí vulnerable debido a las condiciones climáticas y a la fragilidad de sus sistemas económicos.
Al Qaeda es algo más que un pretexto pero la exagerada defensa montada por los EE.UU. y sus aliados en un medio que es ante todo un espacio en movimiento que reproduce y perpetúa, en todo o en parte, los fenómenos que querría conjurar. El fundamentalismo árabe está presente en el Sahel desde hace sesenta años pero solo recientemente ha adquirido una actitud antioccidental. El Sahara es el reino de los tuaregs, y más específicamente de la población bereber dedicada al comercio lícito e ilícito por las antiguas rutas de las caravanas. Los Estados que se han conformado con ciudades y agricultura como signos distintivos no soportan la forma de vida de los nómades... Las fronteras son una garantía para los unos y un impedimento para los otros. La guerra genera el riesgo de compactar todas las rebeldías más allá de los propios planes. Las negociaciones contrapropuestas a los bombardeos tenían el objetivo de separar a los movimientos independentistas que proclamaron el Estado de Azawad de las formaciones islámicas directa o indirectamente vinculadas a Al Qaeda.
De un solo golpe Francia ha superado a la Ecowas (The Economic Community Of West African States, N. de T. ), a la Unión Africana y a la propia ONU, de la que se esperaba una resolución que diese vía libre. Europa ha considerado correcta la versión de París. Veremos ahora cuál es la reacción del gobierno italiano. Tal vez el ministro Riccardi que ha dicho muchas veces que Mali limita con Italia y apoyó la designación de Prodi como representante especial del secretario general de las Naciones Unidas para el Sahel, tenga tiempo de expresar lo suyo. El mismo Prodi ha sido bien recibido por los africanos, pese al fracaso de sus candidatos porque lo consideran ?un hombre de paz?. Quién sabe si Hollande le informó antes o después de su ataque. Por otra parte se dice que los comandos militares italianos están ansiosos de encontrar otro lugar al que enviar sus tropas cuando se retiren de Afganistán.
Intervención francesa en Malí complica situación interna y regional
Por Antonio Paneque Brizuela (PL)
15 de enero 2013
Insurgentes de Mali que resisten invasión francesa
La intervención francesa iniciada el viernes 11 último en Malí internacionaliza el conflicto, complica la situación interna y regional y conduce a un inminente debate en el Consejo de Seguridad (CS) con la toma de posición de sus estados miembros.
El gobierno de París, miembro permanente del CS junto a Estados Unidos, Reino Unido, Rusia y China, convocó de hecho este lunes a ese máximo órgano al anunciar que informará a sus integrantes sobre su acción en el estado africano.
La presencia francesa, cuyo gobierno dice basar su decisión en resoluciones de la ONU y en una solicitud de ayuda de Bamako, fue cuestionada por medios diplomáticos y de prensa y comparada con la intención expansionista de la invasión a Libia el pasado año.
Esas fuentes coincidieron en que París pretende aplicar en países como Malí, estado rico en minerales valiosos como oro, uranio y piedras preciosas, una suerte de "recolonización" de sus antiguas posesiones africanas.
El gobierno francés se abstuvo de precisar si para asumir esa determinación contó con países occidentales como Estados Unidos, consulta que siempre se ha efectuado durante anteriores participaciones de sus tropas en otros países.
China también adelantó hoy su posición, en su caso para condenar las operaciones de grupos ultra ortodoxos islámicos en Malí y pedir una resolución para la restauración de la estabilidad en ese país africano.
El CS había advertido el 10 de enero sobre el deterioro de la situación maliense en detrimento de la estabilidad e integridad del país y por constituir una amenaza para la paz y la seguridad internacionales.
Egipto, por su parte, se pronunció este domingo contra cualquier presencia militar foránea, mediante una declaración de su Presidente, Mohamed Morsi, al líder del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
El Cairo asumió con esas declaraciones una posición similar a la anunciada desde el pasado año y reiterada ahora por Argelia contra el envío de fuerzas extranjeras al vecino país, al menos mientras no sean agotados otros recursos negociadores.
Los bombardeos galos contra puntos estratégicos norteños como Kidal y Gao, controlados desde mayo último por radicales islámicos, despiertan reacciones diversas de organismos como la ONU y la OTAN y de gobiernos como los de China y Egipto.
El control rebelde hace nueve meses, la inconstitucionalidad e imposición por milicias islámicas de la Ley Charía causaron la condena de estados africanos y occidentales, que coincidieron desde entonces en proponer una intervención armada.
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) asumió el protagonismo inicial para la creación de una fuerza interventora regional africana, estimada en tres mil 300 efectivos, que fue refrendada por el CS el 20 de diciembre último.
El contingente de tropas africanas, que no debía operar hasta septiembre próximo, tras aprobarlo una cumbre del organismo regional en octubre pasado, fue integrado ahora con urgencia y sus tropas llegarán a Malí en las próximas horas.
Soldados apoyados por Francia combatieron días atrás en la región de Mopti a los opositores, estos últimos replegados hacia localidades del centro sur como Kona, y recuperaron estratégicas demarcaciones.
Los combates ratificaron afirmaciones insurgentes sobre una presunta unidad entre rebeldes de los tres movimientos islámicos: Al Qaeda en el Magreb Islámico, Ansar Dine y el Movimiento para la Unidad y la Yihad en el oeste de África.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por su parte, expresó este lunes su apoyo a la intervención militar francesa, decidida de manera imprevista por el presidente Francois Hollande.
Francia aludió en varias declaraciones el pasado año a sus intenciones de adelantarse a los acontecimientos en Malí y proceder a una intervención con recursos propios, pero siempre negó el envío de sus tropas al estado norafricano.
Militantes islámicos advirtieron entonces sobre posibles "consecuencias" dentro de territorio francés si se producía una intervención en Malí, amenaza que reiteró este lunes el Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental.
La presente crisis maliense resultó de la combinación entre una ofensiva a principios de 2012 del tuareg Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad, desplazado luego por los grupos islámicos, y un golpe de estado el 22 de marzo pasado.
Johnnie Carson, secretario de Estado adjunto de Estados Unidos para asuntos africanos, llamó entonces al líder de la asonada, capitán Amadou Sanogo, a deponer su actitud junto a los amotinados por la incapacidad oficial ante la situación en el norte.
El actual presidente interino, Dioncounda Traoré, exlíder del Parlamento, ha encabezado sucesivos gobiernos interinos que perdieron el control del norte y fracasaron en el intento de resolver el contencioso maliense.
POR Gian Paolo Calchi Novati,
Rebelión/La Pluma
18 DE ENERO 2013
En vista de que los preparativos para intervenir colectivamente en Mali se estaban dilatando y que con el paso del tiempo aumentaban las reservas de los EE.UU. a uno y otro lado de Argelia, Francia decidió terminar con las esperas.
El hecho concreto significa anteponer la guerra a la búsqueda de una solución política y cambiar al mismo tiempo las modalidades operativas. Parecía darse por descontado que Francia y los EE.UU. se limitarían a tareas de entrenamiento. apoyo logístico y comunicaciones en una operación llevada a cabo por lo demás con soldados africanos junto al desdibujado ejército maliense, o en su lugar.
Hollande lo había excluido siempre pero ha terminado, o a empezado, a conversar con las tropas en el terreno. Se creía que el presidente socialista, que siempre repitió que los tiempos del ?fracafricanismo? habían terminado para siempre, quería mostrarse más enérgico que Sarkozy y hacer sin embargo ?algo de derecha?. Ya se había orientado bastante en ese sentido con Siria (y no precisamente por motivos humanitarios).
No es el caso de llamar a la usurpación porque Mali sea de hecho un Estado fallido. Dos tercios del territorio se hallan ocupados por rebeldes y en la capital Bakamo se mantiene un precario condominio entre una junta militar y un gobierno civil provisional asediado por un ejército empeñado en una carrera por saber quién es más irresponsable e impotente. El beau geste de París constituye por lo tanto un gesto aún más hipócrita e insensato porque a nadie le será fácil restablecer la soberanía en lo que queda de Mali. Por su parte el capitán Sanogo, autor del golpe de Estado de marzo de 2012 contra el presidente a cargo y de un segundo golpe en diciembre para quitar del medio un jefe de gobierno que se había vuelto indigesto, no ha dejado de llamar fuerzas ?neocoloniales? a todas aquellas que ofrecen a ?ayudar? a Mali sin diferenciar a los países vecinos ni a las grandes potencias.
Por otra parte llegado el momento de las decisiones, Francia pensaba probablemente que le asistían el derecho y el deber por su calidad de expotencia colonial. Mali se estaba acercando demasiado a los EE.UU., al punto de haberse constituido en una sede oficiosa del Africom, el comando militar unificado para Africa creado en 2007 por Bush y consolidado por Obama. Resulta lógico preguntarse cómo una gran potencia se puede dejar sorprender por un golpe del ejército que ella misma arma, entrena y realmente controla.
Precisamente cuando parecía que se había conseguido una Unión Africana dispuesta a mantener el principio ?soluciones africanas para las crisis africanas? las crisis como la de Mali o la de Somalia ya no son crisis africanas, sino que se promueven de oficio al rango de asuntos globales y se tratan en consecuencia. Según la lógica de la guerra al terrorismo todos los gatos son pardos. Poco importa que Mali, como todos los países de la franja sahel-sudanesa de paso entre el África árabe y el África negra se halle comprometida en delicadísimos problemas del state building. La obsesión por la ?seguridad? complica irreparablemente los procesos internos en un clima de por sí vulnerable debido a las condiciones climáticas y a la fragilidad de sus sistemas económicos.
Al Qaeda es algo más que un pretexto pero la exagerada defensa montada por los EE.UU. y sus aliados en un medio que es ante todo un espacio en movimiento que reproduce y perpetúa, en todo o en parte, los fenómenos que querría conjurar. El fundamentalismo árabe está presente en el Sahel desde hace sesenta años pero solo recientemente ha adquirido una actitud antioccidental. El Sahara es el reino de los tuaregs, y más específicamente de la población bereber dedicada al comercio lícito e ilícito por las antiguas rutas de las caravanas. Los Estados que se han conformado con ciudades y agricultura como signos distintivos no soportan la forma de vida de los nómades... Las fronteras son una garantía para los unos y un impedimento para los otros. La guerra genera el riesgo de compactar todas las rebeldías más allá de los propios planes. Las negociaciones contrapropuestas a los bombardeos tenían el objetivo de separar a los movimientos independentistas que proclamaron el Estado de Azawad de las formaciones islámicas directa o indirectamente vinculadas a Al Qaeda.
De un solo golpe Francia ha superado a la Ecowas (The Economic Community Of West African States, N. de T. ), a la Unión Africana y a la propia ONU, de la que se esperaba una resolución que diese vía libre. Europa ha considerado correcta la versión de París. Veremos ahora cuál es la reacción del gobierno italiano. Tal vez el ministro Riccardi que ha dicho muchas veces que Mali limita con Italia y apoyó la designación de Prodi como representante especial del secretario general de las Naciones Unidas para el Sahel, tenga tiempo de expresar lo suyo. El mismo Prodi ha sido bien recibido por los africanos, pese al fracaso de sus candidatos porque lo consideran ?un hombre de paz?. Quién sabe si Hollande le informó antes o después de su ataque. Por otra parte se dice que los comandos militares italianos están ansiosos de encontrar otro lugar al que enviar sus tropas cuando se retiren de Afganistán.
Intervención francesa en Malí complica situación interna y regional
Por Antonio Paneque Brizuela (PL)
15 de enero 2013
Insurgentes de Mali que resisten invasión francesa
La intervención francesa iniciada el viernes 11 último en Malí internacionaliza el conflicto, complica la situación interna y regional y conduce a un inminente debate en el Consejo de Seguridad (CS) con la toma de posición de sus estados miembros.
El gobierno de París, miembro permanente del CS junto a Estados Unidos, Reino Unido, Rusia y China, convocó de hecho este lunes a ese máximo órgano al anunciar que informará a sus integrantes sobre su acción en el estado africano.
La presencia francesa, cuyo gobierno dice basar su decisión en resoluciones de la ONU y en una solicitud de ayuda de Bamako, fue cuestionada por medios diplomáticos y de prensa y comparada con la intención expansionista de la invasión a Libia el pasado año.
Esas fuentes coincidieron en que París pretende aplicar en países como Malí, estado rico en minerales valiosos como oro, uranio y piedras preciosas, una suerte de "recolonización" de sus antiguas posesiones africanas.
El gobierno francés se abstuvo de precisar si para asumir esa determinación contó con países occidentales como Estados Unidos, consulta que siempre se ha efectuado durante anteriores participaciones de sus tropas en otros países.
China también adelantó hoy su posición, en su caso para condenar las operaciones de grupos ultra ortodoxos islámicos en Malí y pedir una resolución para la restauración de la estabilidad en ese país africano.
El CS había advertido el 10 de enero sobre el deterioro de la situación maliense en detrimento de la estabilidad e integridad del país y por constituir una amenaza para la paz y la seguridad internacionales.
Egipto, por su parte, se pronunció este domingo contra cualquier presencia militar foránea, mediante una declaración de su Presidente, Mohamed Morsi, al líder del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
El Cairo asumió con esas declaraciones una posición similar a la anunciada desde el pasado año y reiterada ahora por Argelia contra el envío de fuerzas extranjeras al vecino país, al menos mientras no sean agotados otros recursos negociadores.
Los bombardeos galos contra puntos estratégicos norteños como Kidal y Gao, controlados desde mayo último por radicales islámicos, despiertan reacciones diversas de organismos como la ONU y la OTAN y de gobiernos como los de China y Egipto.
El control rebelde hace nueve meses, la inconstitucionalidad e imposición por milicias islámicas de la Ley Charía causaron la condena de estados africanos y occidentales, que coincidieron desde entonces en proponer una intervención armada.
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) asumió el protagonismo inicial para la creación de una fuerza interventora regional africana, estimada en tres mil 300 efectivos, que fue refrendada por el CS el 20 de diciembre último.
El contingente de tropas africanas, que no debía operar hasta septiembre próximo, tras aprobarlo una cumbre del organismo regional en octubre pasado, fue integrado ahora con urgencia y sus tropas llegarán a Malí en las próximas horas.
Soldados apoyados por Francia combatieron días atrás en la región de Mopti a los opositores, estos últimos replegados hacia localidades del centro sur como Kona, y recuperaron estratégicas demarcaciones.
Los combates ratificaron afirmaciones insurgentes sobre una presunta unidad entre rebeldes de los tres movimientos islámicos: Al Qaeda en el Magreb Islámico, Ansar Dine y el Movimiento para la Unidad y la Yihad en el oeste de África.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por su parte, expresó este lunes su apoyo a la intervención militar francesa, decidida de manera imprevista por el presidente Francois Hollande.
Francia aludió en varias declaraciones el pasado año a sus intenciones de adelantarse a los acontecimientos en Malí y proceder a una intervención con recursos propios, pero siempre negó el envío de sus tropas al estado norafricano.
Militantes islámicos advirtieron entonces sobre posibles "consecuencias" dentro de territorio francés si se producía una intervención en Malí, amenaza que reiteró este lunes el Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental.
La presente crisis maliense resultó de la combinación entre una ofensiva a principios de 2012 del tuareg Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad, desplazado luego por los grupos islámicos, y un golpe de estado el 22 de marzo pasado.
Johnnie Carson, secretario de Estado adjunto de Estados Unidos para asuntos africanos, llamó entonces al líder de la asonada, capitán Amadou Sanogo, a deponer su actitud junto a los amotinados por la incapacidad oficial ante la situación en el norte.
El actual presidente interino, Dioncounda Traoré, exlíder del Parlamento, ha encabezado sucesivos gobiernos interinos que perdieron el control del norte y fracasaron en el intento de resolver el contencioso maliense.
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