El presidente ruso visitó la isla de Valaam para asistir a una ceremonia en el Monasterio de la Transfiguración de Valaam. Allí fue recibido por un séquito de funcionarios y unos monjes ortodoxos.
Uno de ellos se inclinó y besó la mano de Putin a lo que el presidente reaccionó de mala manera. Su cara de desagrado y su mano moviéndose nerviosamente, no lo dejaron bien parado.
Las cámaras tomaron el momento y el video se dispersó rápidamente por internet, cosechando malos comentarios sobre todo en las redes sociales.
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