SIRIA
Es muy dudoso que hoy se aplique el plan de Kofi Annan, que establece ante todo el cese del fuego entre el ejército sirio y los insurrectos. La petición de última hora de Bashar el Asad advirtiendo que sólo retirará sus soldados si la oposición garantiza por escrito que no utilizará sus armas -cuando antes se había convenido que previamente se llevaría a cabo la evacuación militar de las localidades conflictivas donde continúa la insurrección- fue rechazada por el jefe del Ejército Libre Sirio (ELS), el grupo rebelde más activo en el interior de la república. El coronel Riad el Asad declaró en una entrevista en el canal Al Yazira que no aceptará ningún acuerdo "sin garantías internacionales, porque el Gobierno que dirige Siria es una banda de criminales en la que no confiamos".
La intensificación en estos días de las acciones del ejército sirio contra los mercenarios armados del ELS en diversas localidades de la nación, y especialmente en la zona fronteriza con Turquía, ha sido criticada por Kofi Annan, el ex-secretario general de la ONU, que fue encargado también por la Liga Árabe de esta difícil misión de paz.
Lo que es evidente es que, en la vigilia de la incierta aplicación del plan de Kofi Annan para establecer un cese de hostilidades y despejar el camino hacia un diálogo entre el Gobierno y la oposición, se agravaron las relaciones entre Turquía y Siria. Hay alrededor de 24.000 refugiados en los campos de acogida organizados por las autoridades de Ankara.
El aumento de la escalada militar en la zona fronteriza de la provincia de Idlib, de población suní, ha provocado un mayor éxodo hacia Turquía. Activistas sirios hablaban de un centenar de muertos en Idlib en los últimos días. Kofi Annan, antes de viajar a Irán -cuya alianza y ayuda al régimen de Bashar el Asad es vital para la supervivencia de éste-, visitará hoy estos campamentos.
El famoso tema de establecer una zona tampón en el norte de Siria para ayudar las actividades de la oposición armada no es aceptada por los dirigentes de Ankara por miedo a sus consecuencias militares y a la posible reacción del régimen baasista, que podría ayudar a los kurdos en contra del Estado turco.
Es difícil que ambas partes enfrentadas cumplan el tan laboriosamente redactado plan de Kofi Annan, pese a que ya ha llegado a Damasco el general noruego que debe mandar la fuerza de observadores de la ONU, responsable de supervisar un alto el fuego. La anterior presencia de observadores de la Liga Árabe fue un estrepitoso fracaso.
El Gobierno de Damasco no quiere que los rebeldes puedan explotar su evacuación militar para reforzarse y armarse. En su petición de ultima hora, Bashar el Asad quiere, además, que los gobiernos extranjeros renuncien a la financiación de los insurrectos. Unos y otros tratan de ganar tiempo con este incierto proceso diplomático emprendido en espera de circunstancias que les sean más favorables. El statu quo de Siria puede prolongarse más tiempo, mucho más tiempo.
Una portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Victoria Nuland, calificó de "otra forma de ganar tiempo" las exigencias de El Asad de un compromiso por escrito de la oposición para un alto el fuego. Para Washington, que expresó su malestar por los incidentes en el campo de refugiados turco, la situación no ha hecho sino empeorar y el Gobierno sirio muestra escaso interés en el plan de Annan.
Rusia y China quieren salvar a toda costa este plan, exhortando al Gobierno y a la oposición a "respetar su acuerdo de alto el fuego y llevar a cabo la evacuación militar". Anoche salió hacia Moscú el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Ualid al Mualem, exembajador en la ONU, para tratar con su colega ruso acerca de la ejecución de este plan, muy expuesto a fracasar. Rusia puede volver a ejercer presiones sobre su fiel y necesitado aliado árabe, con el que mantiene importantes relaciones políticas, económicas, militares -con su base naval en Tartus, la ventana rusa al Mediterráneo- desde hace más de medio siglo
Fragata rusa "Smetlivi" patrulla las costas de Siria
09-04-2012 /
La fragata rusa equipada con misiles "Smetlivi" comenzó hoy a patrullar las costas de Siria, según informó hoy una fuente castrense a la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.
El "Smetlivi" abandonó hoy el puerto sirio de Tartus, que acoge una base naval rusa, con el fin de patrullar las aguas del Mediterráneo oriental, donde permanecerá hasta principios de mayo.
"En Tartus el buque hizo acopio de agua, combustible y alimento. Ahora, durante las próximas semanas el 'Smetlivi' cumplirá una misión en la zona oriental del mar Metiderráneo, en un área cercana a las costas de Siria", señaló la fuente.
Además, recordó que desde el agravamiento de la tensión en el país árabe en febrero de 2011 aumentó la presencia de buques militares de EEUU, Francia, Reino Unido, Francia y otros países aliados.
Por esa razón y también por el hecho de que el Mediterráneo es un sector de responsabilidad de la Flota rusa del mar Negro, la Armada de Rusia envió el buque a esa zona.
En enero pasado una flotilla rusa encabezada por el portaaviones "Almirante Kuznetsov" también atracó en Tartus para después efectuar maniobras militares en el Mediterráneo.
Entonces, la prensa oficial siria se congratuló de la llegada de los buques rusos, que describió como una clara muestra de apoyo al país árabe, escenario desde hace meses de violentos enfrentamientos entre las autoridades y la oposición al régimen de Bachar al Asad.
Actualmente, la base de Tartus alberga a unos 600 militares y técnicos del Ministerio de Defensa ruso y está siendo rehabilitada para que cruceros y portaaviones rusos puedan atracar en su seno.
Por otra parte, el ministro de Exteriores de Siria, Walid al Mualem, llega hoy a Moscú para mantener consultas con los dirigentes rusos sobre el cumplimiento del plan de paz presentado por el mediador internacional, Kofi Annan.
La intensificación en estos días de las acciones del ejército sirio contra los mercenarios armados del ELS en diversas localidades de la nación, y especialmente en la zona fronteriza con Turquía, ha sido criticada por Kofi Annan, el ex-secretario general de la ONU, que fue encargado también por la Liga Árabe de esta difícil misión de paz.
Lo que es evidente es que, en la vigilia de la incierta aplicación del plan de Kofi Annan para establecer un cese de hostilidades y despejar el camino hacia un diálogo entre el Gobierno y la oposición, se agravaron las relaciones entre Turquía y Siria. Hay alrededor de 24.000 refugiados en los campos de acogida organizados por las autoridades de Ankara.
El aumento de la escalada militar en la zona fronteriza de la provincia de Idlib, de población suní, ha provocado un mayor éxodo hacia Turquía. Activistas sirios hablaban de un centenar de muertos en Idlib en los últimos días. Kofi Annan, antes de viajar a Irán -cuya alianza y ayuda al régimen de Bashar el Asad es vital para la supervivencia de éste-, visitará hoy estos campamentos.
El famoso tema de establecer una zona tampón en el norte de Siria para ayudar las actividades de la oposición armada no es aceptada por los dirigentes de Ankara por miedo a sus consecuencias militares y a la posible reacción del régimen baasista, que podría ayudar a los kurdos en contra del Estado turco.
Es difícil que ambas partes enfrentadas cumplan el tan laboriosamente redactado plan de Kofi Annan, pese a que ya ha llegado a Damasco el general noruego que debe mandar la fuerza de observadores de la ONU, responsable de supervisar un alto el fuego. La anterior presencia de observadores de la Liga Árabe fue un estrepitoso fracaso.
El Gobierno de Damasco no quiere que los rebeldes puedan explotar su evacuación militar para reforzarse y armarse. En su petición de ultima hora, Bashar el Asad quiere, además, que los gobiernos extranjeros renuncien a la financiación de los insurrectos. Unos y otros tratan de ganar tiempo con este incierto proceso diplomático emprendido en espera de circunstancias que les sean más favorables. El statu quo de Siria puede prolongarse más tiempo, mucho más tiempo.
Una portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Victoria Nuland, calificó de "otra forma de ganar tiempo" las exigencias de El Asad de un compromiso por escrito de la oposición para un alto el fuego. Para Washington, que expresó su malestar por los incidentes en el campo de refugiados turco, la situación no ha hecho sino empeorar y el Gobierno sirio muestra escaso interés en el plan de Annan.
Rusia y China quieren salvar a toda costa este plan, exhortando al Gobierno y a la oposición a "respetar su acuerdo de alto el fuego y llevar a cabo la evacuación militar". Anoche salió hacia Moscú el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Ualid al Mualem, exembajador en la ONU, para tratar con su colega ruso acerca de la ejecución de este plan, muy expuesto a fracasar. Rusia puede volver a ejercer presiones sobre su fiel y necesitado aliado árabe, con el que mantiene importantes relaciones políticas, económicas, militares -con su base naval en Tartus, la ventana rusa al Mediterráneo- desde hace más de medio siglo
Fragata rusa "Smetlivi" patrulla las costas de Siria
09-04-2012 /
La fragata rusa equipada con misiles "Smetlivi" comenzó hoy a patrullar las costas de Siria, según informó hoy una fuente castrense a la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.
El "Smetlivi" abandonó hoy el puerto sirio de Tartus, que acoge una base naval rusa, con el fin de patrullar las aguas del Mediterráneo oriental, donde permanecerá hasta principios de mayo.
"En Tartus el buque hizo acopio de agua, combustible y alimento. Ahora, durante las próximas semanas el 'Smetlivi' cumplirá una misión en la zona oriental del mar Metiderráneo, en un área cercana a las costas de Siria", señaló la fuente.
Además, recordó que desde el agravamiento de la tensión en el país árabe en febrero de 2011 aumentó la presencia de buques militares de EEUU, Francia, Reino Unido, Francia y otros países aliados.
Por esa razón y también por el hecho de que el Mediterráneo es un sector de responsabilidad de la Flota rusa del mar Negro, la Armada de Rusia envió el buque a esa zona.
En enero pasado una flotilla rusa encabezada por el portaaviones "Almirante Kuznetsov" también atracó en Tartus para después efectuar maniobras militares en el Mediterráneo.
Entonces, la prensa oficial siria se congratuló de la llegada de los buques rusos, que describió como una clara muestra de apoyo al país árabe, escenario desde hace meses de violentos enfrentamientos entre las autoridades y la oposición al régimen de Bachar al Asad.
Actualmente, la base de Tartus alberga a unos 600 militares y técnicos del Ministerio de Defensa ruso y está siendo rehabilitada para que cruceros y portaaviones rusos puedan atracar en su seno.
Por otra parte, el ministro de Exteriores de Siria, Walid al Mualem, llega hoy a Moscú para mantener consultas con los dirigentes rusos sobre el cumplimiento del plan de paz presentado por el mediador internacional, Kofi Annan.
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