viernes, 31 de agosto de 2012

Chavez encarna un gobierno explosivo.


La mentira explota


¿Es acaso competente un gobierno que obliga a sus funcionarios a aguantar las  eternas peroratas del Presidente en vez de ocuparse de resolver los problemas referentes a sus cargos? ¿Un gobierno que le importa más dar la impresión de que ganarán un simulacro electoral en vez de ocuparse de mantener la seguridad industrial?

¿Hasta cuándo tenemos que calarnos tantas mentiras, tantos show mediático, tanta irresponsabilidad?.  Lo sucedido trágicamente en Amuay es la tapa de un frasco que no saben como cerrar. Son ya tantos los percances en la industria petrolera, en las vías de comunicación, en el servicio eléctrico, en el sistema penitenciario, en las industrias básicas de Guayana, que no se puede sostener que sean meras coincidencias, sino más bien la prueba fehaciente de la incapacidad de gobernar de esta pseudo revolución bolivariana.

¿Es acaso competente un gobierno que obliga a sus funcionarios a aguantar las  eternas peroratas del Presidente en vez de ocuparse de resolver los problemas referentes a sus cargos? ¿Un gobierno que le importa más dar la impresión de que ganarán un simulacro electoral en vez de ocuparse de mantener la seguridad industrial? ¿Un gobierno que no acepta la presencia de observadores internacionales en los comicios y le da instrucciones al CNE que sólo puedan venir acompañantes limitados a ver las bondades del sistema electoral pero que no puedan opinar sobre los resultados? ¿Un gobierno que persiste en ocultar o disimular el estado de salud del presidente  para no perjudicarse electoralmente? ¿Un gobierno que no sabe o no quiere ponerle coto a una delincuencia desbordada?

Es obvio que no es competente, salvo para crear falsas matrices de opinión y presentar a nivel mundial la imagen de un país que no es, hoy en día,  sino una mala copia de las llamadas aldeas Potemkin. No solo que detrás de esas fachadas no hay nada sino peor aún un costoso engaño en el que los recursos financieros del estado se volatilizan o peor aun engrosan las cuentas externas de algunos funcionarios mas preocupados por su futuro personal que el del país.

Esto tiene que terminar el 7 0, Venezuela se merece algo mejor definitivamente hay dos caminos, uno lleva al progreso y el otro hacia el caos y el abismo.
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