Este miércoles la Santa Sede emitió un comunicado, “El Papa Francisco creó una comisión especial formada por cinco personas para que lo informe directamente sobre las actividades del controvertido banco del Vaticano, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), involucrado en varios escándalos por sospechas de blanqueo, La comisión pontificia deberá ilustrar al Papa ‘personalmente’ sobre las actividades y la situación jurídica del banco del Vaticano y fue designada en el marco de la reforma de la Curia Romana”.
Para la creación de la comisión pontificia, el Papa argentino firmó un ‘quirógrafo’, una suerte de documento jurídico escrito por el mismo pontífice, con fecha 24 de junio.
La comisión tiene como objetivo: “reunir informaciones sobre la evolución de la entidad y presentar sus conclusiones al Santo Padre”.
Los miembros de la comisión son: el cardenal italiano Raffaele Farina, ex responsable de los archivos secretos del Vaticano, el cardenal francés Jean-Louis Tauran, el español Juan Ignacio Arrieta Ochoa de Chinchetru, experto en la legislación del Vaticano (coordinador), el estadounidense Peter Bryan Wells, miembro de la Secretaría de Estado y la profesora laica estadounidense Mary Ann Glendon, especialista en derecho de Harvard.
El banco del Vaticano fundado en 1942 por Pío XII, con activos por 7.100 millones de euros, maneja miles de cuentas de curas y monjas en todo el mundo, desde simples hermanas filipinas que vienen a estudiar a Roma, pasando por obispos y cardenales, hasta poderosas congregaciones religiosas repartidas en todos los rincones del planeta.
Escándalos como la quiebra del banco Ambrosiano de 1982, que involucró a la mafia, masonería y servicios secretos estadounidenses, mancharon la credibilidad del ‘Banco del Papa’, acusado de lavar el dinero sucio de organizaciones criminales a través de cuentas anónimas.
El pontificado de Benedicto XVI quiso limpiar ese pasado turbio, de mala gestión y normalizar su gestión, sin lograrlo.
Desde que llegó el nuevo presidente del IOR, el alemán Ernst von Freyberg, nombrado pocos días antes de la elección de Francisco, un equipo de expertos de la agencia financiera Promontory verifica la situación de cada una de las 19.000 cuentas de IOR.
En su primera intervención sobre IOR, el pasado 16 de junio, Francisco designó al italiano monseñor Battista Mario Salvatore Ricca, uno de sus hombres de confianza, como nuevo ‘prelado’ de esa institución.
Se espera que el Papa, que desde su elección en marzo defiende una Iglesia pobre para los pobres tras recordar recientemente que San Pedro no tenía cuenta bancaria, reforme drásticamente la mayor entidad financiera de la Iglesia.