Posted: 20 Jun 2013 09:09 AM PDT
20 de junio de 2013 (Notifam) – Cientos de miles de personas se dieron cita en Plaza San Pedro y en la calle que lleva al Vaticano, este pasado domingo para acompañar al Papa a celebrar la Misa que conmemoraba la famosa encíclica “El Evangelio de la Vida” escrita por el Papa Juan Pablo II en 1995.
En ella el Papa Juan Pablo II escribió: “Por tanto, con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores… declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente.”
Precedida por un intenso día de actividades, incluidas una Catequesis sobre la vida, oración y adoración, un peregrinaje a la tumba de San Pedro y una vigilia a la luz de las velas el sábado anterior, la Misa del Domingo dio por concluido el día de Evangelium Vitae.
“Frecuentemente, lo sabemos por experiencia propia, la humanidad no elige la vida, no abraza el “Evangelio de la Vida”, sino que se deja guiar por ideologías y lógicas que ponen obstáculos a la vida, que no la respetan”, dijo el Papa Francisco en su homilía.
La encíclica Evangelium Vitae hablaba también de “ideologías” que trataban de “justificar y encubrir los atentados más atroces contra la persona”.
Estas ideologías, dijo el Papa Francisco, “provienen del egoísmo, de los propios intereses, de la ambición, el poder, el placer, y no provienen del amor, de buscar el bien para el otro”.
Añadió: “Es la constante ilusión de querer construir una ciudad de hombres sin Dios, sin la vida y sin el amor de Dios, una nueva Torre de Babel. Es pensar que el negar a Dios, ell Mensaje de Cristo, el mensaje del Evangelio de la Vida, lleva a la libertad y a la plena realización del hombre. El resultado es que al Dios Vivo lo sustituyen con ídolos humanos y pasajeros que ofrecen la embriaguez de un momento de libertad, pero que al final solo llevan a nuevas esclavitudes y a la muerte”.
Al concluir la Misa, el Papa Francisco agradeció a los movimientos pro-vida del mundo diciendo: “Agradezco de todo corazón a todos aquellos que vinieron de Roma y de muchas otras partes de Italia y del mundo, particularmente a las familias y todos los que trabajan más directamente en la promoción y la defensa de la vida”.