"Hoy 5 de marzo, luego de haber acudido a la reunión del Consejo de Ministros, nos
dirigimos a las instalaciones del Hospital Militar de Caracas, a seguir la salud de
nuestro comandante presidente", comenzó un conmocionado Nicolás Maduro.
"En momentos en que nos encontrábamos recibiendo el parte y acompañando a su
hija, recibimos la información más dura y trágica que podamos transmitir a
nuestro pueblo", anticipó el funcionario con un nudo en la garganta.
"A las 4:25 de la tarde de hoy ha fallecido el Comandante Presidente
Hugo Chávez Frías", anunció Maduro, quien entonces ya no pudo evitar que
se le quebrara la voz.
"Se ha previsto un despliegue especial de todas las Fuerzas Armadas bolivarianas
y de la Policía bolivariana, que en estos momentos se encuentra desplegándose
para acompañar a nuestro pueblo y garantizar la paz", advirtió el vicepresidente
de Venezuela.
"Asumimos su herencia, sus retos, su proyecto junto al acompañamiento de todo
el pueblo. Sus banderas serán levantadas con honor y con dignidad. Donde esté
usted, gracias, mil veces gracias por parte de este pueblo que usted protegió,
amo y nunca le falló", volvió a quebrarse Maduro.
Antes de finalizar su mensaje, el funcionario manifestó: "A nuestro pueblo
le pedimos canalizar nuestro dolor en paz, con tranquilidad".
La lucha de Chávez
“Tengo razones médicas, científicas, humanas, amorosas y políticas para
mantenerme al frente del Gobierno y de la candidatura con más fuerza
que antes", dijo Hugo Chávez en julio del año pasado.
Libraba por entonces una dura lucha contra el cáncer, con viajes esporádicos
a Cuba para someterse a sesiones de quimioterapia y estudiadas apariciones ante
la prensa. Mientras la gravedad de su salud era un misterio, este ex militar
proclamaba sus deseos de gobernar en Venezuela hasta 2031.
Chávez tuvo ansias de perpetuidad, y nunca las ha ocultado.
El venezolano se consideraba un continuador de la tarea emancipadora
del prócer Simón Bolívar, cuyos restos no ha dudado en sacar del mausoleo
para recomponer por computadora su “verdadero” rostro.
Su fanatismo por el Libertador le dio el mote de “bolivariano”, título que
ha defendido con una doctrina que mezclaba la bandera del antiimperialismo
con la lucha por los derechos sociales. Todo ello, arropado bajo las prácticas
del clásico caudillismo latinoamericano y referencias a Jesucristo, el
Che Guevara, Fidel Castro, Mao o Marx.
Para la oposición, ese cóctel convirtió a Chávez en representante de lo
peor de la política: un presidente despótico y populista, despectivo con
sus detractores, sordo a las críticas y, sobre todo, con unas ansias
irrefrenables de poder.
Los Estados Unidos, en tanto, lo consideraron un crítico implacable
al que debieron soportar a cambio de sus barriles de petróleo.
Pero Chávez supo del magnetismo que provoca en las masas, que siempre
lo adoraron. Entre 1999 y 2010 acumuló más de 1.300 horas de “cadenas”
de radio y televisión, según un relevamiento de la consultora AGN Nielsen.
Para la oposición, en cambio, las horas de "cháchara" presidencial sumaron
durante todo su gobierno unas 3.500 horas.
Antes del cáncer que terminó con su vida, era común que sus alocuciones
se extendieran hasta 8 horas, conformando un popurrí de definiciones
políticas, retos a sus ministros, cantos regionales, poesías y recuerdos
de su vida.
La marca registrada de su gobierno ha sido, sin duda, el programa semanal
"Aló, presidente", que mantuvo al aire mientras se lo permitió su salud.
Muchos recuerdan aún su presentación en la ONU en septiembre de 2005,
cuando se refirió a la presencia del por entonces presidente de los EEUU,
George W. Bush, con un “huele a azufre”. O el “por qué no te callas” que
le propinó el rey Juan Carlos en la Cumbre Iberoamericana de 2007.
Ese mismo Chávez obtuvo su tercera reelección el 7 de octubre, con el
54% de los votos sobre Henrique Capriles, candidato único de la oposición.
Luego vino el mensaje televisado que enmudeció a Venezuela. Tras
una maratónica campaña, Chávez comunicó la reincidencia de su mal
y una operación urgente en Cuba.
Ahora se abre un período de incertidumbre política, con el vicepresidente
Nicolás Maduro al frente de un inédito proceso electoral: el primero en
14 años que no tendrá a Hugo Chávez como candidato.
A las exequias viajarán jefes de Estado,en especial los latinoamericanos
como Cristina Kirchner de Argentina, Jose Mujica de Uruguay,en otros.
Incluso se baraja la posibilidad de que asista el lider cubano Fidel Castro.