El neofascismo se cobra otra vida en Europa
POR SERGIO ALEJANDRO GÓMEZ (GRANMA)
CLÉMENT MÉRIC
Clément Méric estudiaba Ciencias Políticas y era miembro del grupo Acción Antifascista y del sindicato Solidaries. Cuando participaba en una protesta pacífica en la céntrica estación de trenes de Saint-Lazare, el grupo fue provocado por una banda de cabezas rapadas.
Méric, calificado por sus amigos como un joven débil que se recuperaba de una leucemia, fue golpeado con una manopla de acero por uno de ellos. Cayó al suelo con muerte cerebral.
La policía francesa detuvo al menos a siete personas involucradas en el crimen, y se afirma que el principal sospechoso es un neonazi franco-español de 22 años. Las mismas fuentes señalaron que los investigadores contaron "rápidamente" con datos y fotos de los presuntos agresores y que se cree serían próximos al grupo de extrema derecha Juventudes Nacionalistas Revolucionarias (JNR).
Sin embargo, el líder de los neonazis, Serge Ayoub, negó en declaraciones a Le Figaro que su grupo estuviera involucrado: "He llamado a todos los miembros de las JNR para estar seguro y nadie tiene nada que ver. Además, los implicados parecen mucho más jóvenes que mis tropas".
El diario Le Parisien explica que las JNR son poco conocidas por el gran público, pero cuentan con una larga trayectoria. Fundada en 1987 por Ayoub, alias "piel murciélago", esta organización se mantuvo inactiva durante los últimos años, pero recuperó fuerza en el año 2010, coincidiendo con el auge de la extrema derecha en Francia y el crecimiento del antieuropeísmo.
El suceso, que ha provocado manifestaciones de rechazo a lo largo del país, ha reabierto el debate en Francia sobre la necesidad de prohibir a estos grupos radicales.
"Conviene ver si estos individuos pertenecen a un grupo, si era un grupo político organizado, estructurado. Si fuera el caso, si las conclusiones van en ese sentido, entonces habría que tomar medidas", dijo en Tokio a los periodistas el presidente francés, François Hollande.
El Partido Comunista Francés (PCF) es una de las organizaciones que han reclamado insistentemente la disolución de los grupos neonazis durante los últimos meses. Pero la medida se enfrenta al rechazo de fuerzas políticas de extrema derecha que han ido aumentado su poder en el país, como es el caso del Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen, quien obtuvo el tercer lugar en las elecciones del pasado año.
Le Pen salió al paso este viernes y calificó la muerte de Méric como un acto "espantoso" y negó cualquier vinculación de su partido con los acontecimientos.
De cualquier manera, la muerte del joven militante francés no es un acto aislado. "Esta situación se enmarca en el resurgimiento de la extrema derecha, no solo en Francia sino en todo el continente, debido, entre otras razones, a la crisis económica y la falta de respuestas adecuadas de los gobiernos", opina el profesor de La Sorbona, Salim Lamrani, entrevistado por PL.
En la muerte del joven militante ?agrega? tienen también responsabilidad algunos grandes medios de información por su campaña para dar legitimidad y limpiar la imagen del FN, un partido "fascista, xenófobo y racista".
En una reciente visita a Cuba, el Secretario Nacional del PCF, Pierre Laurent, aseguró a Granma que la crisis provoca reacciones muy contradictorias. "Como el retroceso social es muy violento, hay fuerzas que tratan de activar las divisiones entre los pueblos y los países. Así aparecen focos racistas, xenófobos e hipernacionalistas".
"Si las fuerzas de izquierda no ofrecemos una perspectiva de cambio, la situación actual puede desembocar en el aumento de la extrema derecha, como vemos en algunos países europeos", consideró Laurent, quien compartía con Méric la visión de buscar una salida alternativa a los problemas de su país, basada en la solidaridad y no en los mecanismos financieros.
Repulsa unánime por el ataque criminal neonazi a Clément Méric
La muerte de Clément Meric tras un ataque de tres skinheads neonazis ha conmocionado a Francia. Tras el suceso, las calles del país se llenaron de miles de manifestantes que quisieron mostrar su cariño y respeto por el fallecido y su rechazo a lo ocurrido
por Diego G. Murua
Clément Méric, un joven de ideología libertaria, fue atacado el miércoles en pleno centro de París por tres skinheads neonazis. Uno de ellos le pegó con un puño americano en la cara. Clément perdió el equilibrio, se golpeó en la cabeza con un pivote de metal de la acera y perdió el conocimiento. Los agresores huyeron mientras era atendido. Fue trasladado a un hospital cercano donde los médicos declararon que tenía muerte cerebral. Al día siguiente del suceso, los medios se hacieron eco de su fallecimiento.
Skinheads y antifas
Clément Méric tenía 18 años, era natural de Brest (Bretaña) donde formó parte de la CNT. Llevaba desde el pasado septiembre viviendo en París, estudiaba Ciencias Políticas y continuaba involucrado activamente en la militancia antifascista afiliado a grupos como Action Antifasciste Paris Banlieue y la hinchada del equipo de fútbol Red Star. Su muerte ha provocado una repulsa unánime por parte de la conmocionada sociedad francesa y ha reabierto el debate sobre el vertiginoso auge de la extrema derecha en Francia en los últimos años.
El incidente tuvo lugar a la salida de una venta privada de ropa Fred Perry (una marca venerada en la cultura skinhead) en una zona peatonal de la calle Caumartin. Se trata de un área comercial muy transitada del distrito 9, en pleno centro de París y próximo a la estación Saint-Lazare.
La continua afluencia de gente y las numerosas cámaras de seguridad facilitaron la detención de siete skinheads sospechosos el jueves en Saint-Ouen, una comuna del extrarradio parisino. El presunto culpable es un joven de 20 años, 1,90 metros de altura y origen español que responde al nombre de Esteban M. Según el diario Libération, estaba dispuesto a entregarse.
Según las fuentes policiales, los skinheads acusados forman parte de las JNR (Juventudes Nacionalistas Revolucionarias), un grupúsculo de extrema derecha resucitado en 2010 pero fundado en los años ochenta. De hecho, París tiene un largo historial de lucha callejera desde esa década entre grupos de neonazis y pandillas antifascistas. Estos últimos se autodenominaron 'cazadores de skins' y desempeñaron hasta mediados de los noventa lo que ellos llamaron un 'acto de saneamiento público'. No en vano, la muerte de Clément es la primera que conoce la capital en este contexto desde el fin de aquellas 'cacerías'.
CLEMENT MERIC
Primeras reacciones
Tras el suceso, París ha vivido diversas concentraciones en recuerdo del joven asesinado. Distintos representantes políticos hicieron pública su condena. Tras conocerse el fallecimiento, algunos accesos a la calle Caumartin fueron cortados, y el barrio tomado por la policía y los medios de comunicación. Incluso el ministro del Interior Manuel Valls se presentó en el lugar de los hechos. Un ramo de flores reposaba junto al poste metálico alrededor del cual todavía se podía ver el rastro de sangre.
En el Institut de Science Po, donde Clément Méric cursaba sus estudios, sus compañeros y profesores hicieron un parón y le rindieron un sentido homenaje entonando al unísono el canto de los partisanos y la Internacional ante la presencia del alcalde Bertrand Delanoë y Harlem Désir del Partido Socialista.
No pasarán
El momento más emotivo llegó con la ofrenda floral organizada por amigos y compañeros de militancia de Clément en torno al pivote donde perdió la vida. Varios centenares de personas se acercaron al lugar desde horas antes. La amalgama de gente era digna de ver. Gente de traje de los comercios adyacentes se mezclaba con skins, punks de crestas multicolores y raperos. Jóvenes y mayores de todos los estratos sociales y razas acudieron a expresar su rechazo y dar el último adiós al joven.
La calle Caumartin estaba abarrotada y era imposible moverse. Se guardaron varios minutos de silencio. Sus amigos desplegaron una pancarta en la que se podía leer ?Clément 05.06.2013. À jamais l?un des notres? (Para siempre uno de los nuestros). Muchos, ocultos tras capuchas, gorra y gafas de sol, vestían camisetas con el mismo lema. Tras un largo aplauso general, todo el mundo se sentó en el suelo. Sus camaradas pasaron en fila india y fueron dejando cada uno una rosa al pie del poste. Se abrazaban, se besaban y muchos lloraban.
Al acabar, de nuevo levantados y puño en alto, se profirieron gritos como ?¡Clément, Clément, antifa!? o ?Le fascisme c?est la gangrène! On l?élimine ou on crève!? (¡El fascismo es la gangrena, o lo eliminamos o morimos!). Pero el más coreado de todos sin lugar a dudas fue ?¡No pasarán!?, directamente en español. La frase que La Pasionaria popularizó en el Asedio de Madrid durante la Guerra Civil se ha exportado a países no hispanófonos que la utilizan igualmente como símbolo de resistencia. El eslogan fue pintado en el suelo junto a las flores y otra frase más: ?Fachos hors de nos vies? (Fachas fuera de nuestras vidas).
Saint-Michel, los nervios a flor de piel
Una vez finalizado el acto, la muchedumbre se dirigió a la plaza Saint Michel, donde estaba prevista otra concentración. Cuando la mayoría dejaba atrás la calle Caumartin, apareció la diputada del UMP Nahalie Kosciusko-Morizet, que fue abucheada por quienes quedaban allí.
En la plaza Saint-Michel se reunieron varios millares de personas que desbordaron la acera y cortaron la carretera. Los compañeros de Clément subieron a la fuente y colgaron sus pancartas. Una de ellas rezaba ?Halte à la violence et à la haine? (Alto a la violencia y el odio). La gente arrojaba rosas al agua.
Sin embargo, la cita no tardó en convertirse en una sucesión de mítines políticos por parte de representantes socialistas y de la extrema izquierda, que fueron abiertamente criticados por los amigos del fallecido. Asimismo, se produjeron pequeños enfrentamientos entre simpatizantes de los diferentes partidos. Alexis Corbière, secretario nacional del PG, fue duramente abucheado y Anne Hidalgo, candidata a la alcaldía de París por el Partido Socialista, tuvo que abandonar la plaza escoltada ante los silbidos e insultos de los allí presentes.
En total, entre las manifestaciones de París y otras ciudades como Marsella, Estrasburgo o Brest, unas 15.000 personas salieron a la calle en Francia en protesta por el asesinato del joven Clément Méric.