Mientras los líderes mundiales envían sus condolencias a Israel por la muerte del exprimer ministro, quienes sufrieron por las políticas que aplicó solo lamentan una cosa: no haberlo visto responder ante la justicia por sus crímenes.
Sharón, que desde 2006 se encontraba en estado vegetativo, falleció este sábado a la edad de 85 años. Para muchos israelíes fue un héroe nacional, pero parte de la sociedad lo considera un criminal de guerra culpable de la muerte de civiles palestinos en el Líbano, Cisjordania y Gaza.
“Murió sin hacer frente a la justicia por su papel en las masacres de cientos y quizás miles de civiles a manos de las milicias libanesas en los campamentos de refugiados de Sabra y Chatila en el Líbano en 1982″, afirmó HRW en un comunicado emitido este sábado.
Reuters