viernes, 30 de marzo de 2012

Mas de 275.000 personas se manifiestan en Barcelona.

HUELGA GENERAL EN CATALUNYA
Los recortes abonan el terreno a la huelga

Los sindicatos cifran el seguimiento del paro en el 82% y la patronal lo rebaja al 20%.
La convocatoria paraliza la industria y el transporte del área metropolitana.
30 MAR 2012 

La manifestación convocada por CC OO y UGT en Barcelona abarrotó el paseo de Gràcia. /CARLES RIBAS
La convocatoria de huelga general encontró ayer en Cataluña un terreno abonado por mil y una protestas contra los recortes sociales, el malestar de los estudiantes, unos trabajadores públicos que van ya por la tercera rebaja salarial y un sector industrial especialmente golpeado por la crisis. El paro fue masivo en la industria del área metropolitana y el transporte, y tuvo más incidencia que en otras ocasiones en el sector público, la educación y el comercio. La imagen del centro de Barcelona a media mañana era la de una ciudad a medio gas, lo cual fue un auténtico balón de oxígeno para los sindicatos, que hasta ayer no las tenían todas consigo respecto a la respuesta a la convocatoria.



Al contrario de lo sucedido en el paro del 29-S de 2010, la huelga de ayer no solo no se fue deshinchando durante el día, sino que fue creciendo, pese a los graves incidentes de pequeños grupos ajenos a los sindicatos mayoritarios. Tanto fue así que el Ejecutivo de CiU, que por la mañana minimizaba el impacto de la huelga, por la tarde rectificaba y decía entender el malestar de la calle. Aun así, el Gobierno de Mas se puso al lado de la patronal al asumir sus cifras de seguimiento, del 23% en la industria y el 10% en el comercio, cuando los sindicatos sostenían haber logrado el 95% de la participación en las fábricas. Las patronales cifraron el seguimiento en alrededor del 20%.

La de ayer fue la segunda huelga general convocada en un año y medio. Y por la misma razón: una reforma laboral. Pero muchas cosas han cambiado en Cataluña: no gobierna la izquierda, sino CiU; los servicios de empleo registran 100.000 parados más, y los ciudadanos acumulan ya el malestar de cuatro planes de austeridad que se han traducido en recortes sociales.

Los convocantes lograron ya de madrugada paralizar los polígonos industriales del área de Barcelona, en especial las grandes empresas, entre ellas Seat y Nissan, pero también factorías que atraviesan conflictos, como Yamaha, Panrico y Derbi. Y no solo por los eficientes piquetes, que bloquearon decenas de rotondas de acceso, sino sobre todo porque la mayor parte de los trabajadores secundaron activamente la huelga. Los enfrentamientos entre piquetes y fuerzas del orden provocaron 50 detenciones en Cataluña hasta el cierre de esta edición.

Al final de la jornada los sindicatos acabaron de respirar aliviados por la masiva manifestación que llenó el paseo de Gràcia de Barcelona, en la que participaron unas 275.000 personas, según los cálculos de EL PAÍS, 800.000, de acuerdo con los sindicatos, y 80.000, según datos de la Guardia Urbana.

Las cifras de la protesta

273.000 personas se manifestaron en el paseo de Gràcia (800.000, según los sindicatos). En Tarragona salieron a la calle 25.000; en Girona, 20.000, yen Lleida, 10.000, según los convocantes.
La jornada se saldó con 51 detenidos: 36 en Barcelona, 6 en Sabadell, 3 en Badalona, 2 en Sant Feliu de Llobregat, 2 en Tortosa, 1 en Mataró y 1 en Tarragona, y 44 personas resultaron heridas, 19 de ellas policías.
225 contenedores fueron incendiados en Barcelona.
De nuevo, víctimas de los recortes, funcionarios, afectados por abusos bancarios, estudiantes, jubilados y parados llenaron la céntrica vía en una marcha a la que también asistieron representantes del PSC, ERC e ICV-EUiA. La mayoría había secundado la huelga por la mañana, pero muchos otros no. Unos explicaban que no pararon por miedo a represalias en sus empresas; otros, porque con sus sueldos no se pueden permitir el descuento que una huelga supone en la nómina. En la marcha también hubo perfiles insólitos, como el de los comerciantes. ?Hoy he cerrado la tienda, pero sin clase media la tendré que cerrar mañana?, rezaba un cartel.

En sus parlamentos, los líderes sindicales se mostraron eufóricos. El secretario general de CC OO, Joan Carles Gallego, destacó el ?amplio acompañamiento social? de la jornada, que atribuyó a la ?confluencia de rechazos a la reforma y los recortes?. Su homólogo en UGT, Josep Maria Álvarez, aseguró que con la respuesta a la huelga ?el Gobierno no puede imponer la reforma ni mirar hacia otro lado, debe retirarla?; la líder de USOC, Antònia Gil, subrayó que ?la ciudadanía ha perdido el miedo?.

El seguimiento de la huelga

El 82% de los trabajadores, según los sindicatos, secundó el paro. La patronal redujo esta cifra al 20%, dato que fue dado por bueno por la Generalitat.
La industria paró en el 95%. Los sindicatos cifraron el seguimiento en educación pública en el 70%, y en sanidad, en el 60%. La Generalitat redujo la cifra al 20% y al 8,7%, respectivamente.
El consumo de energía (luz y gas) descendió el 24% respecto a la misma franja horaria del miércoles.
Los sindicatos también destacaron el seguimiento de las marchas de Tarragona, Girona y Lleida. En Tarragona, los asistentes destacaban que la asistencia a la manifestación que abarrotó la Rambla Nova (18.000 personas, según la Guardia Urbana; 25.000, según los convocantes) duplicó la de la huelga de 2010 y fue una de las más numerosas que se recuerdan. En Lleida, la marcha también se consideró multitudinaria, con 10.000 personas, que la Guardia Urbana rebajó a 6.000, y en Girona los asistentes fueron 12.000, según la policía municipal; 20.000, según los sindicatos.

Durante la jornada, el seguimiento del paro en los hospitales osciló entre el 30% y el 50%, según los sindicatos, mientras que la patronal y el Departamento de Salud aseguraron que los centros sanitarios funcionaron bien en todo el territorio. La huelga se tradujo en una actividad similar a la de un día festivo y especialmente marcada por la ausencia de pacientes, que evitaron acudir a hospitales y ambulatorios por temor a un colapso que no se produjo.

En la educación pública no universitaria, el sindicato USTEC cifró el seguimiento en el 60%; CC OO y UGT, entre el 70% y el 75%, y la Generalitat lo rebajó a un 28%. El transporte público funcionó sin incidentes en las franjas de hora punta en que se fijó un tercio del servicio, y el aeropuerto de El Prat canceló 144 vuelos de los 609 previstos.

Los sindicatos también consideraron una victoria los paros en el comercio, sobre todo al lograr el cierre de centros de El Corte Inglés. Las centrales cifraron el seguimiento en el 65%, pero Pimec lo rebajó al 10% y aseguró que el pequeño comercio abrió con normalidad

EUSKAL HERRIA / PAIS VASCO Una gran base movilizada que permite levantar una alternativa política, económica e institucional.

Objetivamente, la mayoría social movilizada ayer en las calles de Euskal Herria no tiene posibilidad de encontrar respuesta a sus demandas en el marco español, pero constituye una masa crítica suficiente para cambiar el futuro a través de levantar una alternativa política, económica e institucional que desde aquí se proponga como un contrapoder frente a quienes llevan a este pueblo a la ruina.

POR Iñaki IRIONDO

Todos los indicadores subjetivos, incluidas las valoraciones de la propia patronal, y los objetivos, como el consumo eléctrico o la visión de la realidad en la calle, indican que la convocatoria de huelga de ayer tuvo un seguimiento masivo en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, mucho mayor que en otras zonas del Estado español.

Todos los indicadores objetivos y subjetivos señalan también que la situación económica y laboral en Euskal Herria, con ser mala, es también mucho mejor que en otras zonas del Estado español.

Mejor situación económica y social; mayor participación en la huelga. No es, ni mucho menos, una contradicción, sino una lección.

Cuando se hacen análisis sobre por qué la realidad económica en Euskal Herria es mejor que la media del Estado español, se habla mucho de la estructura empresarial, del modelo industrial, de la capacidad de adaptación... Es hora también de reivindicar el papel que la conciencia de clase de las trabajadoras y trabajadores vascos y su capacidad de lucha han tenido y tienen para crear unas mejores bases económicas en el país.

El gran hito de la jornada de ayer no fue únicamente el alto nivel de paro -que hizo que incluso los enemigos de la huelga tuvieran que reconocer que había triunfado- sino la enorme movilización que se tradujo en manifestaciones masivas. Decenas de miles de trabajadoras y trabajadores se echaron a la calle para reivindicar sus derechos. Y también en esto la capacidad movilizadora de la ciudadanía vasca superó a la de otras zonas del Estado español. Y esto sí que da lugar a una contradicción.

Quienes ayer movilizaron a la mayor parte de la masa social en Euskal Herria no están representados por la negociación con el Gobierno del PP que reivindican CCOO y UGT en una mesa a la que la mayoría sindical vasca no está invitada y, si lo estuviera, su papel solo podría ser la de convidada de piedra.

En materia laboral y social, a las vascas y a los vascos nos pasa lo mismo que cuando nos dicen que el cauce para conseguir la autodeterminación es llevar una propuesta de reforma constitucional a las Cortes y ganar la votación. Ni aunque todos los vascos votáramos lo mismo podríamos conseguirlo así.

Los huelguistas que ayer tomaron las calles vascas no tienen cauce de participación en las políticas del Estado, pero sí voz, voto y movilización para generar una alternativa política, económica e institucional en Euskal Herria, para forzar que los poderes vascos tomen un camino distinto al de los españoles, tanto por insumisión a sus mandatos injustos (buen momento para recuperar el pase foral), como por construcción de un contrapoder propio.

España nos arrastra a la ruina económica y al esclavismo socio-laboral. ¿Están las instituciones y los partidos vascos dispuestos a salir de ese círculo vicioso? En manos de cuantos se manifestaron ayer está tratar de llevarlos por ese sendero.

En este contexto, la presidenta navarra, Yolanda Barcina, denunció el carácter «político» de la huelga, porque había oído gritos de «independentzia» en la manifestación. Un grito político, sin duda, pero que muchos ven también como una absoluta necesidad económica y social. Por el camino que lleva España, no sería extraño ver pronto a militantes de UPN enarbolando esa bandera.

De momento, lo que se comprobó ayer fue que cada día se hace más incomprensible que PSN y UPN puedan compartir un mismo gobierno y que quienes estuvieron apoyando la huelga estén siendo copartícipes de los recortes económicos en la comunidad.

En Nafarroa, como en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, se observa que hay base suficiente para hacer las cosas de otra forma. En manos de esta ciudadanía que se subleva contra las injusticias está el dotarse de instrumentos organizativos -políticos, sindicales e institucionales- para encauzar esa energía hacia la construcción de una alternativa propia y que no se escape como el agua entre los dedos.


Bilbao, el transporte urbano
«Bastante menos movimiento que un domingo»

EL gobierno de Lakua había fijado en el 30% los servicios mínimos en el transporte público, pero su uso estuvo muy por debajo. Personal de Bizkaibus señaló, por ejemplo, que ayer trasladaron menos del 10% del número habitual de viajeros, y en muchas estaciones equipararon el movimiento de usuarios al de un domingo «o incluso menos».


por Nerea GOTI

La huelga dejó ayer en Bilbo una estampa similar a la de un día festivo, en lo que a tráfico y actividad urbana se refiere. Solo las masivas manifestaciones de los sindicatos llenaron el centro de la ciudad, cuya actividad se redujo a mínimos en sectores como el transporte. A tenor de las impresiones recogidas entre profesionales del sector en la capital vizcaina, hubo mucho menos tráfico de viajeros. Quienes estuvieron al frente de los servicios mínimos -un 30% de lo habitual, fijado por el decreto del Gobierno de Lakua- señalaron a GARA que el uso estuvo muy por debajo.

«No hay ni un 10% de lo habitual», señalaba por la mañana un conductor de Bizkaibus sobre la incidencia de la huelga, y añadía un dato representativo del alto seguimiento que tuvo el paro: «Otras veces, la víspera de la huelga la gente no hace más que preguntar qué autobuses van a circular y cuáles se van a quitar, pero ayer casi no preguntaron, porque no pensaban coger el autobus», explicaba. «Hay mucha menos gente y los viajeros que hemos movido hoy no son gente habitual», precisaba este chófer, que se confesaba buen conocedor de los seguimientos de las huelgas, porque en las últimas convocatorias no se ha librado de cubrir los servicios mínimos.

Igual de gráficas eran las impresiones recogidas en Termibus, donde la empleada de un establecimiento que por la mañana mantenía sus puertas abiertas decía que el de ayer era «el peor día del año». «Ni en Año Nuevo», apostillaba sobre la escasa afluencia de viajeros.





En Termibus, a media mañana apenas una decena de viajeros esperaba la salida de su autobús. «La gente no está viajando», señalaban sobre la incidencia de la huelga en las pocas ventanillas que estaban abiertas con el cartel de «Servicios Mínimos». Una de las empleadas comentaba que el servicio que más había funcionado durante el día era el telefónico para la reserva de billetes en verano y agregaba que la mayor parte de los clientes del día eran turistas extranjeros, que se estaban encontrando completos los autocares que circulaban ayer.

En la estación de Abando, terminal de los trenes de cercanías  a Urduña y Muskiz y de largo recorrido de Renfe, confirmaban que los pasillos no mostraban el ritmo habitual de usuarios a horas de máxima frecuencia. «Como un domingo o menos», resumían.

Otro de los puntos de especial incidencia fue el areopuerto de Loiu, donde el comité denunció el incumplimiento de servicios mínimos. Fuentes sindicales señalaron a GARA que «desde la mañana» la dirección del aeropuerto autorizó vuelos al margen de los protegidos por los servicios mínimos, ante lo que los representantes sindicales se reunieron con la propia dirección para denuncar la vulneración de los servicios que se h- abían pactado.

«Les hemos dicho que no podían meter más vuelos porque estaban autorizando vuelos sin medios para atenderlos», explicaba José Manuel Lorenzo, quien destacó que «estamos hablando de medios que afectan a la seguridad, porque no hay bomberos, no hay señaleros, no hay gente que asigna los medios...»

De entre los vuelos protegidos, cuatro fueron cancelados por falta de pasajeros o medios para sacarlos adelante, según precisó, y en total fueron unos 74 los vuelos que resultaron cancelados por efecto de la huelga en la terminal vizcaina.


La huelga también fue masiva en Navarra

Iruñea/Pamplona se revuelve con rabia pese al castigo policial

La huelga general tomó unas dimensiones históricas en Iruñea, con una marea humana incapaz de salir en manifestación desde la plaza del castillo, que se quedó pequeña. El Corte inglés concentró los incidentes.


Aritz INTXUSTA

Todo tenía ayer un tamaño desmesurado en la capital navarra, como el bicipikete. Esta protesta, que parecía que parecía de lo más light, acabó desatando una de las operaciones represivas de mayor entidad. Unas 120 personas, con chalecos amarillos y bocinas y silbatos, empezaron a dar vueltas por las arterias principales de la ciudad a las siete de la mañana. El caos circulatorio desató una gran operación policial, que los persiguió en moto por las aceras y llegó a cruzar coches patrulla para impedirles el paso. «Parece `Loca Academia de Policía'», describió Nerea, una de las ciclistas. Al final no hubo detenidos, pero sí que se produjeron forcejeos y, finalmente, la Policía Municipal se incautó de 35 bicicletas para acabar con la protesta pacífica.

Desde los barrios y pueblos de Iruñerria comenzaron a llegar noticias de cargas policiales. Para las once de la mañana, se habían registrado cargas policiales en Barañain, en la que participaron policías forales y guardias, cargas en Arrotxapea, en Donibane y Ermitagaña. En la Txantrea, la policía también actuó con violencia para intentar disolver los piquetes. La tensión no bajaba en Alde Zaharra.

El nivel de reivindicación de los huelguistas también fue fuerte. Contenedores volcados, barricadas cortando las calles... Las sucursales de los bancos fueron objetivo prioritario. Muchas de ellas acabaron pintadas y, otras tantas, con los escaparates rotos. Llamó la atención el ataque a Caja España, puesto que la Delegación del Gobierno está al otro lado de la calle. La sede de la CAN estaba blindada.

Sin embargo, el lugar que concentró las iras de la clase trabajadora fue El Corte Inglés, donde las cargas fueron continuas. El edificio comercial contaba con uno de los despliegues de protección policial más importantes con antidisturbios de la Policía española. En una de sus cargas se produjo el incidente más grave de la mañana, cuando un joven recibió el impacto de un pelotazo en la cara. Afortunadamente, sus heridas no revistieron gravedad. A pesar de sus custodios uniformados, El Corte Inglés tuvo que cerrar cuantas veces reabrió.

Que la huelga de ayer era de naturaleza distinta a las últimas se sentía en cualquier calle. Las columnas obreras, que suelen ser recibidas entre aplausos cuando entran en la Plaza del Castillo, se quedaron sin ovación. El punto de encuentro estaba tan lleno que la llegada de otros mil ni se notaba. La picaresca del pequeño comercio, que echa la persiana solo al paso de los piquetes para abrir inmediatemente después, también desapareció. Esta vez, el comercio «esquirol» echó la llave a las persianas. El radio de las tiendas cerradas también se amplió, adentrándose ampliamente por el Ensanche.

La manifestación del medidía fue tan descomunal que terminó sin que la mayoría de la gente se hubiera enterado de que la cabecera había abandonado ya el punto de encuentro. La gente estaba tan agolpada en la Plaza del Castillo que, en el momento álgido, la marea de huelguistas cubría todas las calles adyacentes. Mitxel Lakuntza, de ELA, intentó poner orden, con el objetivo de llenar todo el recorrido. Fue inútil. La multitud era ingobernable y la salida de Carlos III se convirtió en un monumental tapón humano.

No se recuerda una movilización obrera de tales dimensiones en Iruñea desde hace décadas. Desde que se dispersó la multitud, a las 14:00 horas, las cargas policiales regresaron a Alde Zaharra. El Corte Inglés seguía en sitio permanente con centenares de obreros.

El PP llena Madrid de Policía frente a una huelga de piquetes.

ESTADO ESPAÑOL
La asfixiante presencia policial marcó la huelga general en la capital del Estado español. Los piquetes juveniles fueron las principales víctimas, aunque no las únicas. Cerca de 40 personas fueron detenidas en una jornada protagonizada también por los piquetes.


Alberto PRADILLA

«No había visto Policía a caballo desde finales de los años 70». Paco García, sindicalista de CCOO, expresaba su sorpresa ante el fuerte cordón impuesto por los agentes en las cocheras de Elipa, uno de los puntos de arranque del transporte público en Madrid. Eran las 04.00 y varias decenas de uniformados rodeaban al piquete, formado por medio millar de personas y obligado a permanecer lejos de la puerta de acceso. De ahí salen los servicios mínimos, pactados con las centrales, pero la asfixiante presencia policial no daba espacio más que para lanzar algunas consignas. Un pequeño grupo de manifestantes, todos ellos ajenos a los principales sindicatos, trataban de cerrar el paso al bus. La carretera, una línea recta en paralelo al cementerio de la Almudena, se convertía en el escenario de un juego del ratón y el gato que los uniformados cerraban a empujones y amenazas.

Escenas similares se repetían en Fuencarral, con dos personas detenidas, y Carabanchel, donde varios jóvenes eran agredidos y amenazados por los policías. El fuerte despliegue policial simbolizó ayer el pulso lanzado por el Gobierno español a las miles de personas que secundaron la protesta. Los piquetes, muy activos y que según CCOO y UGT, llegaron a sumar a 30.000 participantes, conformaron la otra cara de la moneda de una larga jornada. El mensaje estaba claro: dentro de las convocatorias sindicales no había tanto peligro. Fuera, los riesgos de sufrir una carga o ser detenido se multiplicaban.

«Nos separamos de los sindicatos mayoritarios y nos golpean», protestaba uno de los integrantes de un piquete juvenil que no quiso identificarse pero que venía de sufrir una fuerte carga policial en Lavapiés que se saldó con tres arrestados. Eran las 8 de la mañana. Aunque la jornada era larga. «Tienen orden de cargar y en muchas ocasiones es inevitable», consideraba Óscar, un miembro de UGT, interrogado ante las repetidas agresiones a jóvenes.



Aspecto que presentaba la Puerta del Sol, en Madrid

Helicóptero y patrullas

«La reforma laboral es perjudicial para la gran mayoría. No se puede perder todo sin salir a la calle». Guillermo Errejón, estudiante de Sociología, se expresaba así cuando únicamente pasaba un cuarto de hora de la medianoche. Para entonces, el piquete de la «juventud precaria», con unos 800 intengrantes, ya cortaba parte de la calle Atocha. «Mola, mola, mola, cerramos el McDonalds», coreaban mientras recordaban a quienes todavía se encontraban en el interior de la franquicia que tocaba estar en la calle. Desde ese momento, el sonido del helicóptero policial se convirtió en compañía inseparable. También decenas de patrullas dispersadas por toda la ciudad.

Aunque no todos los jóvenes secundaron las protestas. «Yo solo salgo a la calle el día que gana la selección española», señalaba ufano un postadolescente que esperaba en la cola de una discoteca ubicada en la Gran Vía. El piquete, enarbolando banderas y haciendo sonar sus bocinas, había rodeado a la quincena de clientes que aguardaban tras un cordón de seguridad privada. Un pequeño rifirrafe y, en menos de cinco segundos, un fuerte cordón de antidisturbios, apoyados por agentes municipales, forzaba al grupo a acelerar el paso hacia Cibeles. Eran las o2.00 y ya se había producido la primera carga. Aproximadamente media hora antes, en la plaza de Santa Ana (apenas a cinco minutos de la puerta del Sol), unidades antidisturbios golpeaban a un grupo de unas 300 personas que trataban de convencer a los hosteleros de que cerrar era la mejor opción. Al menos una persona fue detenida. El barrio de Lavapiés también registró cargas.

Con cámaras, menos golpes

Tras el piquete madrugador y los cierres de cocheras, los grupos se dispersaron por el centro. Allí, los ánimos de los agentes comenzaron a subir de tono. Y casi provocan una tragedia. Testigos indicaron que un vehículo policial que circulaba a gran velocidad por Lavapiés, y que perseguía a un piquete por colocar una barricada, terminó estampándose contra otro coche y arrollando a varios viandantes. El resultado: seis heridos. Eran las 8 de la mañana.

A partir de las 11.00, los piquetes iniciaron su momento mediático, concentrados en torno a Sol e inciando el camino hacia Cibeles, donde se cerraron las marchas matutinas. Para entonces, las cámaras ejercían de barrera sicológica para los desmanes policiales.

Por la tarde, miles de personas colapsaron Madrid en la marcha de CCOO y UGT, así como en otras manifestaciones llamadas por otros sindicatos.


La jornada de huelga general culmina con manifestaciones masivas en toda España
170.000 manifestantes en Madrid 
UGT y CC OO piden una negociación y el Gobierno dice que "la senda reformista es imparable"
Industria y Transportes, los sectores más afectados por los paros
176 detenidos en incidentes aislados y 116 heridos, según el Ministerio del Interior

Imagen de la manifestación en la Puerta del Sol de Madrid. / BERNARDO PÈREZ
La jornada de huelga general ha culminado con manifestaciones multitudinarias en toda España. Tras una mañana de declaraciones cruzadas y estimaciones de seguimiento, cientos de miles de personas han secundado las protestas. Las principales marchas, en Madrid y Barcelona, han congregado a 170.000 personas y 275.000 personas respectivamente, según los cálculos de EL PAÍS. Mientras, el Gobierno ha destacado que las marchas han transcurrido con "normalidad" como el resto de la jornada de huelga, que ha tenido un "impacto muy moderado", según ha valorado la directora general de Política Interior, Cristina Díaz, en una comparecencia a última hora de la tarde. La tranquilidad se ha roto, sin embargo, en Barcelona, donde se han registrando fuertes choques entre policías y manifestantes en la cola de la protesta.


En total, los principales sindicatos han convocado protestas en más de un centenar de localidades. Junto con Madrid y Barcelona, miles de personas han salido esta tarde también a las calles de ciudades como Valencia, Bilbao, Alicante o Palma. La marcha de Madrid, con origen en la plaza de Neptuno, ha podido llegar a la puerta del Sol tras una sentencia judicial favorable a la petición de los convocantes. En la cabecera iban los líderes de UGT, Cándido Méndez, y CC OO, Ignacio Fernández Toxo, quienes han hecho un llamamiento a los trabajadores a seguir movilizados hasta que el Ejecutivo acepte modificar la reforma laboral. "El Gobierno ha de pagar las consecuencias" de la nueva ley, ha proclamado Toxo.

En Andalucía, donde las manifestaciones se adelantaron a las horas centrales del día en las principales ciudades, las marchas ya presagiaban la gran afluencia de gente que luego se ha vivido en otras puntos. La principal marcha, en Sevilla, ha tenido que adelantar una hora la salida de su cabecera por el gran número de personas que congregadas en Puerta de Carmona, donde arrancaba. En Galicia, donde también se han celebrado las manifestaciones en torno al mediodía, estas han sido de nuevo masivas.






Las movilizaciones, como casi siempre, han finalizado con la habitual guerra de cifras. El Gobierno ha calculado en 800.000 los manifestantes en toda España, mientras que los sindicatos han estimado en 900.000 los manifestantes de Madrid (sin cifras oficiales al término de la misma), en 800.000 los de Barcelona (diez veces menos según la Guàrdia Urbana) y en 250.000 los de Valencia (35.000 según la policía local). EL PAÍS ha realizado sus propios cálculos en estas tres marchas, las más multitudinarias, con resultados de 170.000 asistentes en la capital, 275.000 en Barcelona y 98.000 en Valencia.
Los sindicatos piden negociación

Ante el "éxito de convocatoria" que consideran que ha tenido la huelga general contra la reforma laboral, CC OO y UGT han tendido ya esta mañana una mano al Gobierno de Mariano Rajoy para negociar una salida a la nueva ley. Sin embargo, han advertido al Ejecutivo de que tiene hasta el próximo 1 de mayo -poco más de un mes- para hacer un gesto o recrudecerán la protesta social. También han avisado de que, en el mismo sentido, examinarán con lupa los Presupuestos Generales, cuyo anteproyecto será aprobado previsiblemente mañana por el Consejo de Ministros.

Pero el Gobierno no ha tardado ni media hora en responder al envite, por boca de la ministra de Empleo, Fátima Báñez. "La senda reformista es imparable", ha afirmado la ministra, quien ha insistido varias veces en que la ley "no se va a cambiar", porque ya recibió el respaldo de cuatro fuerzas políticas (197 diputados) en el Congreso, que es "donde reside la soberanía nacional y es la casa de la palabra, el diálogo y la negociación".








Las centrales han cifrado el seguimiento del paro general en una media ponderada del 77% (el 97% de los trabajadores de la industria, los transportes y la construcción y el 57% en la Administración pública). En cifras, 10.400.000 personas, según ha dicho el líder de CC OO al término de la manifestación en la capital. Tanto Méndez como Toxo han defendido que el paro general ha tenido más incidencia que en las dos últimas convocatorias, en 2002 y 2010. También han anunciado que llevarán la reforma laboral al Defensor del Pueblo y a la Oficina Internacional del Trabajo y que se dirigirán a los grupos parlamentarios del Congreso para que agilicen la tramitación de una Iniciativa Legislativa Popular. Ambos líderes sindicales han subrayado los pocos altercados registrados y la enorme presencia policial. "La paranoia del Gobierno ha derivado en una ocupación de las calles de ciudades como Madrid", se ha quejado Toxo. "[El Ejecutivo] ha intentado, no sé si consciente o inconsciente, convertir la huelga en un conflicto de orden público. Pero no lo ha logrado".

Con todo, los incidentes más importantes se han registrado en Barcelona, donde grupos de violentos han incendiado contenedores en el centro y han lanzado vallas y piedras desde horas antes del arranque de la manifestación, a las seis de la tarde. El consejero de Interior catalán, Felip Puig, ya había advertido esta mañana de que se podrían registrar altercados por parte de "pequeños grupos muy violentos" y había pedido a los manifestantes que aislaran a esos grupos.

Más seguimiento en Industria y Transporte

Los mensajes de los sindicatos

El límite. "Sabemos que España está al límite. Pero también lo sabemos que es porque así lo provoca la política del Gobierno. Y si la política continúa así, es probable que España vaya a estar más al límite, algo que no se puede permitir en ningún caso", asegura Méndez.
La participación. ?Según el último dato disponible, la participación en la huelga oscila entre un 97% de los trabajadores en industrua y construcción, y un 57% en las administraciones públicas. El dato ponderado promedio es el 77%".
Un compromiso. Méndez: "Hay que buscar un compromiso con el Gobierno para remar unidos en la misma dirección?.
Bruselas. El líder de CC OO ha negado que sea la Unión Europea la que impone a España las políticas de recorte, sino que el Gobierno tiene margen de maniobra. ?No cabe la excusa de Bruselas?
Las consecuencias. Toxo ha avisado al Gobierno de las consecuencias de continuar con su política: "El diálogo puede convertir esta huelga en una oportunidad. Si es así, se puede reconvertir la situación. S no habrá un conflicto social creciente, que se hará bien patente el próximo 1 de mayo".
La esperanza. Toxo se ha referido del nuevo escenario que se abre tras la huelga. "El Gobierno tiene mañana una magnífica ocasión para cambiar de rumbo, en diálogo con las organizaciones sociales. El Gobierno habla mucho del diálogo social, pero no lo cumple".
Los sectores de la industria y el transporte han sido los más afectados por la octava huelga general de la democracia, la primera que sufre el Gobierno de Mariano Rajoy. Las fábricas de automoción y metalurgia han quedado prácticamente paradas y el transporte solo ha cumplido los servicios mínimos -establecidos en torno al 30%-, aunque, según los sindicatos, los 28 puertos de interés general han quedado completamente parados. Por comunidades, las de mayor actividad industrial y las más vinculadas al sector portuario han sido precisamente las que mayor incidencia de la huelga han registrado. La patronal CEOE ha considerado en un comunicado que el seguimiento era "desigual" y ha valorado la mayor incidencia del paro en la industria, en las grandes ciudades y en el norte del país.

El comercio ha sido más tímido al sumarse a la huelga, pero tanto en el centro de la capital como en Barcelona se veía tiendas con las persianas medio subidas por la mañana, aunque los grandes almacenes lograban abrir sus puertas a primera hora. Lo que sí ha faltado es la clientela, pese a que el Gobierno ha asegurado que la actividad comercial no ha registrado variaciones respecto a otros días. Una de las anécdotas es la práctica paralización del polígono Cobo Calleja, el más grande de España y situado en Fuenlabrada (Madrid), cuyos propietarios son sobre todo de origen asiático.

El día también arrancaba con pocas complicaciones en los desplazamientos por carretera de primera hora. Según indicaba el Ministerio del Interior a las ocho de la mañana, ni las entradas a Madrid ni las de Barcelona sufrían los habituales atascos. La directora general de Política Interior, que ha ejercido de portavoz durante toda la jornada,afirmaba que el metro y los autobuses de la capital y Barcelona circulaban sin problemas por encima de los servicios mínimos. En el suburbano, los trenes circulaban en hora punta con una afluencia no inferior a los 20 minutos y en el interior no viajaba la aglomeración de viajeros habitual de las primeras horas del día. Ya por la tarde, Díaz ha asegurado que el impacto de los paros ha sido "muy moderado" y ha asegurado que han secundado la huelga un 16,71% de los funcionarios de la administración general del Estado. En las administraciones autonómicas, ha añadido, el seguimiento ha sido del 19,42%, y en administraciones locales de un 15,24%.

Otro de los factores que permite valorar la incidencia de la huelga es la demanda de electricidad, que está revelando notables caídas del consumo esta madrugada, según los datos de Red Eléctrica de España.A las cinco de la mañana, la demanda era de 19.682 megavatios, una caída del 13,5% frente a los 22.746 previstos. A las 7.50, la demanda era de 23.992 megavatios, un 21% menos de lo previsto. A las dos de la tarde, el descenso se moderaba (ya no pesa tanto la industria en el total) y la bajada era del 14,15%. Por la tarde, ha señalado Interior, la caída era del 16,3% a las 18.30.

En el balance de detenidos, Cristina Díaz, ha señalado esta tarde que eran 176 en toda España, de los cuales 42 arrestos correspondían a los Mossos d?Esquadra y 4 a la Ertzaintza. Posteriores datos ofrecidos por la Generalitat han elevado a medio centenar los detenidos en Cataluña. El Ministerio de Interior también ha señalado que las protestas dejan 116 heridos, de los cuales 70 son agentes de policía y 46 son ciudadanos.




Incidentes aislados en la madrugada


Entre estos últimos se encuentra una sindicalista ha resultado herida leve con un arma blanca en la cara en Torrelavega (Cantabria). El autor de la agresión, un hostelero de la localidad, ha sido detenido. Y es que en la madrugada se han vivido algunos momentos de tensión con incidentes aislados. En Murcia, un coche patrulla de la policía ha recibido el impacto de un cóctel molotov pero no se han registrado heridos.

Pero los principales problemas de la madrugada se producían en la apertura de los mercados de abastos. Los mercados centrales de Bilbao y Santander han estado paralizados durante las primeras horas de la jornada, informa Europa Press. En Mercamadrid, el mayor centro de abastos de España, la situación ha vuelto a la normalidad sobre las tres de la madrugada tras algunos incidentes.

La policía ha facilitado la entrada de una veintena de camiones de mercancías a Mercamadrid, donde el seguimiento ha sido "masivo y sin incidentes", después de que algunos piquetes informativos impidieran el acceso. Los agentes también han permitido la apertura de Mercavalencia, un mercado en el que solo han entrado unos tres o cuatro camiones frente al medio millar que accede en una noche normal. En Mercabarna la actividad ha estado "prácticamente" parada.Algunos internautas compartían en Twitter imágenes de barricadas incendiadas con neumáticos en las inmediaciones de este gran mercado de Barcelona a primeras horas del día.


La huelga en Barcelona: «Entrenamiento para los violentos»


Beñat ZALDUA | BARCELONA

«La huelga será un campo de entrenamiento para los violentos». Así de claro lo tenía el conseller de Interior de la Generalitat de Catalunya, Felip Puig, a las ocho de la mañana de ayer. Y en efecto, las decenas de detenidos y heridos a lo largo de la jornada -una cantidad todavía incierta a la hora del cierre de esta edición- dan fe de cómo aprovecharon la jornada de entrenamiento los Mossos d'Esquadra, que pudieron realizar prácticas con todo su arsenal antidisturbios, desde las porras a los gases lacrimógenos, pasando por las ya clásicas pelotas de goma.

A las 18.00 estaba convocada la manifestación unitaria a lo largo del Paseo de Gràcia. Mientras los sindicatos mayoritarios y el arco parlamentario progresista congregaban a miles de huelguistas en lo alto del paseo -900.000 personas según los organizadores, 80.000 según la Guardia Urbana-, los Mossos se encargaron de que la manifestación convocada en la plaza Catalunya por sindicatos alternativos, asambleas de barrio y asociaciones de base no pudiese ni siquiera comenzar.

Tras varias escaramuzas, los mossos cargaron al lado del Corte Inglés de la plaza cuando apenas se había formado la cabecera de la manifestación; acto seguido, comenzó a arder la primera barricada entre manifestantes y Policía, que no dudó en hacer uso de gases lacrimógenos y pelotas de goma, disparándolas a la altura de la cabeza, como demuestra la contusión ocular sufrida por un joven debido al impacto de una pelota en un ojo. A partir de ahí comenzó el juego del gato y el ratón por las calles del centro y del Eixample, disturbios que todavía duraban bien entrada la noche.

Pero la actuación de la Policía catalana había comenzado bastante antes, sin necesidad de provocación aparente. Es el caso de Badalona, donde el portavoz de las Candidatures d'Unitat Popular (CUP), Marc Sallas, fue detenido junto a dos compañeros después de participar en un piquete informativo. Mientras tanto, en Sabadell, fueron tres periodistas de Vilaweb los que sufrieron la agresión de los Mossos, pese a enseñar constantemente su acreditación. No le será fácil a Puig hablar de normalidad después de una jornada que dejó, solo durante la mañana, una treintena de detenciones en todo el Principat.

Cifras para todos los gustos

Además de en la calle, la batalla también se dio, como viene siendo habitual, en el terreno de las cifras de seguimiento de la huelga. Para los sindicatos, el parón tuvo un seguimiento de un 82%, mientras que el Govern limitó la cifra de huelguistas a un 23% de trabajadores en la Industria y a un 15% en el sector Servicios.

Cifras para todos los gustos que no consiguieron ocultar una movilización masiva -tanto en Barcelona como en otros núcleos de los Països Catalans- que paralizó centros neurálgicos de la actividad económica como Mercabarna, la planta de Seat en Martorell, el puerto de Barcelona o el aeropuerto del Prat, en el que tan solo pudieron efectuarse un 20% de las operaciones previstas. El consumo eléctrico, otro de los termómetros manipulables para conocer el impacto de la huelga, bajó un 25% respecto al nivel de la semana anterior.

La jornada fue larga e intensa desde primera hora de la noche del miércoles. Los piquetes informativos recorrieron los barrios de la ciudad para confluir, a partir del mediodía, en el Paseo de Gràcia, donde se hizo visible que el malestar va mucho más allá de la reforma laboral actual.

Grupos de manifestantes concentraron su rabia ante la Bolsa de Barcelona y ante sucursales de Banco Santander y BBVA, que quedaron destrozadas. También se quemaron varias barricadas, con lo que Puig vio cumplidos sus augurios y dio rienda suelta, por primera vez en el día, a los Mossos d'Esquadra, que dispersaron a golpe de porra y pelota de goma a todo el que se le ocurriese asomar la cabeza por la zona, incluidos periodistas y viandantes.

Tras una tregua tácita, la actividad volvió a la calle por la tarde con la contundencia ya comentada y con unos disturbios que darán mucho qué hablar.

EUSKAL HERRIA / PAIS VASCO 29-M HUELGA GENERAL

INFORME ESPECIAL SOBRE LA HUELGA GENERAL 
EN EL PAIS VASCO Y EN EL ESTADO ESPAÑOL

«Euskal Herria rechaza la reforma laboral del PP»


Por Juanjo BASTERRA 

Los convocantes de la huelga general ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, CGT-LKN, EHNE e Hiru y 21 colectivos sociales, entendieron ayer que «Euskal Herria ya se ha pronunciado en contra de la reforma laboral del PP», por lo que pidieron al Gobierno español que «tenga en cuenta la palabra de este pueblo».

Según los datos que hicieron públicos ayer, en las cuatro capitales vascas se manifestaron al mediodía más de 100.000 personas en contra de la reforma laboral diseñada por el PP que «trata de hacernos retroceder un siglo en las condiciones laborales y sociales». En Bilbo, participaron miembros de la izquierda abertzale, de Bildu y Amaiur en la manifestación. Después de que una representante del movimiento feminista tomara la palabra para indicar que la reforma profundiza en una mayor discriminación de la mujer y las condena a la pobreza, Belén Arrondo, portavoz de STEE-EILAS, explicó que «antes fue el PSOE y ahora es el PP, junto a los gobiernos autonómicos, los que han puesto en marcha unos recortes y agresiones contra los derechos sociales y laborales alcanzados durante la lucha de años».

En cambio, a su juicio, esos gobiernos «han decidido seguir a los responsables de la crisis: los bancos, los especuladores y el poder financiero». Por lo que destacó el comportamiento de la sociedad vasca en «esta huelga espectacular, si no histórica». Por ello pidió que cobre protagonismo el marco vasco de relaciones laborales. «Aquí trabajamos, aquí decidimos. Es posible otra sociedad más justa, igualitaria frente al modelo económico y fiscal actual», remarcó ante los aplausos de quienes ocupaban cada palmo entre la plaza Sagrado Corazón y la Elíptica en Bilbo, porque «no cabía un alfiler», como expresaron algunos de los presentes.

«Avaricia desmesurada»

La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, señaló ante más de 30.000 personas que «nos han impuesto una reforma que siempre ha soñado la patronal y el capital, es decir no dejarnos ningún derecho porque es un obstáculo a su avaricia desmesurada» y, a la vez, remarcó que «decidieron hacer desaparecer el estado de bienestar, para fortalecer el capitalismo. Con las reformas no terminan las agresiones, porque mañana (por hoy) el Gobierno del PP presentará unos presupuestos recortados donde se cambia el término de democracia por `botinocracia', es decir que se favorece los intereses de los de siempre para que acumulen riqueza».

Ante los aplausos de los presentes ofreció dos datos. «En la CAV, el 1,6% de la población controla el 44% de la riqueza», precisó en el momento en el que añadió que en veinte años, según los datos del INE, la riqueza que estaba en manos de los trabajadores ha pasado de representar el 67% al 46%. Tras informar de esa concentración de riqueza en pocas manos, dijo que «la reforma laboral del PP es más salvaje. No es un problema de la crisis económica, sino de que los gobiernos la han formulado al servicio de los poderosos para que nos sigan robando».

Etxaide recordó que «hay alternativa». Lo primero sería que «se respete la voluntad popular», pero anticipó que «este modelo que no es democrático», por lo que reclamó que se deben poner las instituciones al servicio del pueblo frente a los intereses de la patronal. Es posible plantarse, porque nosotros es la cuarta vez que hemos hecho una huelga general y hemos dicho a la patronal basta ya». Por lo que terminó exigiendo dignidad. «Es la dignidad de Euskal Herria, porque nos quieren sometidos, pero no les vamos a conceder ese sueño ni a los gobiernos ni a los empresarios. No renunciamos a nuestros derechos, a un modelo social más justo».

En base a eso, Etxaide concluyó indicando que «tenemos que ganar la reforma laboral en los centros de trabajo, porque en esta `botinocracia' no existe el diálogo social». A su juicio, la sociedad vasca «ha decidido luchar». Ante lo que pidió que «ante la negación de Madrid de nuestros derechos, tendremos que luchar contra la reforma. Hoy empieza la caída de la reforma», terminó.

Desprotección y política fiscal

El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki, ha indicó que los objetivos de la huelga son «denunciar y hacer frente a la desprotección legal que impone la reforma laboral, defender el empleo y reivindicar un cambio radical de la política fiscal». Muñoz preguntó a los miles de personas que se sentaron sobre el asfalto de la Gran Vía «si la política de la derecha económica que ahora representa el PP es la política de todos los partidos» y ha pedido que «si es que no, que se note». «Si no se está de acuerdo y se piensa distinto, si tienen programas distintos, que lo digan, porque necesitamos referencias políticas distintas a la que la derecha económica va a poner en marcha, porque lo que viene es muy duro y nosotros no lo vamos a aceptar», manifestó.

«Soberanía social»

Txiki Muñoz exigió «una política de soberanía social, porque tiene una relación muy directa con los intereses de los ciudadanos de nuestro país, que la política se rebele, que proteja a los ciudadanos. Esa es la soberanía que queremos y exigimos hoy». Por lo que se preguntó «si van a aceptar los partidos y las instituciones vascas, la agenda que mañana va a poner en marcha Rajoy, el PP» Esa decisión, les guste o no les guste, la van a tener que tomar cada institución y cada partido, y nosotros vamos a señalar muy en negativo a quien haga seguidismo y vamos a aplaudir muy en positivo a quien haga políticas alternativas», resaltó.

Muñoz pidió a los políticos que «pongan los intereses sociales en vanguardia, que atiendan el clamor de la calle, que no le moleste la movilización social, que sepa dialécticamente buscar una realidad con lo que está en la calle». Así indicó que «esta movilización busca esa sintonía con la política». Llamó, por último, a continuar «el trabajo conjunto, sindicatos y movimientos sociales, sin admitir ninguna subordinación», precisó Muñoz.

También en Bilbo, Dámaso Casado (UGT) y Unai Sordo (CCOO) valoraron la jornada de huelga al inicio de la manifestación celebrada de manera independiente a la de los sindicatos abertzales. Sordo calificó la huelga de «éxito histórico» y recordó que no hay precedente de un huelga igual desde diciembre de 1988. Casado apuntó que «millones de personas se están movilizando, la inmensa mayoría ha decidido hacer huelga porque están muy cabreados con la reforma laboral». Así, se dirigió a Rajoy y afirmó que «ya no representa a la sociedad» porque lo que hace va en contra de quienes le han votado, por lo que hizo un llamamiento a que «dé un giro» en sus políticas. «Siéntate con los sindicatos», pidió el dirigente de UGT.

La ministra española de Empleo dice que «lo esencial, no cambiará»
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, dijo que los sindicatos son una parte muy importante de la sociedad y que el Ejecutivo cuenta con ellos para un diálogo «abierto y permanente», pero buenas palabras al margen, aseguró que las partes fundamentales de la reforma laboral no se van a modificar.

Báñez subrayó que la agenda del Gobierno es «imparable» y recordó que la nueva legislación ha sido ampliamente respaldada por el Congreso, donde el PP cuenta con mayoría absoluta. No obstante, precisó que espera la contribución de todos los grupos en su tramitación como proyecto de ley.

El Gobierno español trató de eludir su responsabilidad ante los recortes sociales y laborales previstos en la reforma al defender que no tiene «margen ni disponibilidad para retocar ni alterar ninguno de sus proyectos de reformas económicas, especialmente la laboral».

El texto de la reforma ha sido duramente criticado tanto por los sindicatos como por el PSOE y otros partidos, el entender que abre la puerta a los despidos más baratos, desprotege a los trabajadores y fomenta la precariedad.

Pero el Gobierno del PP, ya antes de la jornada de huelga de ayer, dejó claro que entre sus planes, e independientemente del seguimiento de la protesta, no figura el de revisar la reforma laboral, al menos en su partes sustanciales. Argumenta para ello que el Estado español «está siendo observado de cerca por la UE y no puede cambiar la letra de lo que ha firmado y de lo que ha prometido que hará. No puede, en este sentido, haber cambios en aspectos como el coste del despido, que se ha llevado a los 20 días por año trabajado y que ya se está aplicando».

Por otro lado, el lehendakari Patxi López indicó ayer que los gobiernos y los representantes electos «no hacen huelga» -aunque la realidad le desmintió-, si bien defendió el derecho que tienen «a manifestar su rechazo ante determinadas decisiones que no les gustan». Ante el incidente registrado en los exteriores de la Cámara de Gasteiz, donde varias decenas de personas arrojaron objetos contra la fachada, López apuntó que al Gobierno «le corresponde garantizar los derechos de los que quieren trabajar y de los que hacen huelga».