INFORME ESPECIAL SOBRE LA HUELGA GENERAL
EN EL PAIS VASCO Y EN EL ESTADO ESPAÑOL
«Euskal Herria rechaza la reforma laboral del PP»
Por Juanjo BASTERRA
Los convocantes de la huelga general ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, CGT-LKN, EHNE e Hiru y 21 colectivos sociales, entendieron ayer que «Euskal Herria ya se ha pronunciado en contra de la reforma laboral del PP», por lo que pidieron al Gobierno español que «tenga en cuenta la palabra de este pueblo».
Según los datos que hicieron públicos ayer, en las cuatro capitales vascas se manifestaron al mediodía más de 100.000 personas en contra de la reforma laboral diseñada por el PP que «trata de hacernos retroceder un siglo en las condiciones laborales y sociales». En Bilbo, participaron miembros de la izquierda abertzale, de Bildu y Amaiur en la manifestación. Después de que una representante del movimiento feminista tomara la palabra para indicar que la reforma profundiza en una mayor discriminación de la mujer y las condena a la pobreza, Belén Arrondo, portavoz de STEE-EILAS, explicó que «antes fue el PSOE y ahora es el PP, junto a los gobiernos autonómicos, los que han puesto en marcha unos recortes y agresiones contra los derechos sociales y laborales alcanzados durante la lucha de años».
En cambio, a su juicio, esos gobiernos «han decidido seguir a los responsables de la crisis: los bancos, los especuladores y el poder financiero». Por lo que destacó el comportamiento de la sociedad vasca en «esta huelga espectacular, si no histórica». Por ello pidió que cobre protagonismo el marco vasco de relaciones laborales. «Aquí trabajamos, aquí decidimos. Es posible otra sociedad más justa, igualitaria frente al modelo económico y fiscal actual», remarcó ante los aplausos de quienes ocupaban cada palmo entre la plaza Sagrado Corazón y la Elíptica en Bilbo, porque «no cabía un alfiler», como expresaron algunos de los presentes.
«Avaricia desmesurada»
La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, señaló ante más de 30.000 personas que «nos han impuesto una reforma que siempre ha soñado la patronal y el capital, es decir no dejarnos ningún derecho porque es un obstáculo a su avaricia desmesurada» y, a la vez, remarcó que «decidieron hacer desaparecer el estado de bienestar, para fortalecer el capitalismo. Con las reformas no terminan las agresiones, porque mañana (por hoy) el Gobierno del PP presentará unos presupuestos recortados donde se cambia el término de democracia por `botinocracia', es decir que se favorece los intereses de los de siempre para que acumulen riqueza».
Ante los aplausos de los presentes ofreció dos datos. «En la CAV, el 1,6% de la población controla el 44% de la riqueza», precisó en el momento en el que añadió que en veinte años, según los datos del INE, la riqueza que estaba en manos de los trabajadores ha pasado de representar el 67% al 46%. Tras informar de esa concentración de riqueza en pocas manos, dijo que «la reforma laboral del PP es más salvaje. No es un problema de la crisis económica, sino de que los gobiernos la han formulado al servicio de los poderosos para que nos sigan robando».
Etxaide recordó que «hay alternativa». Lo primero sería que «se respete la voluntad popular», pero anticipó que «este modelo que no es democrático», por lo que reclamó que se deben poner las instituciones al servicio del pueblo frente a los intereses de la patronal. Es posible plantarse, porque nosotros es la cuarta vez que hemos hecho una huelga general y hemos dicho a la patronal basta ya». Por lo que terminó exigiendo dignidad. «Es la dignidad de Euskal Herria, porque nos quieren sometidos, pero no les vamos a conceder ese sueño ni a los gobiernos ni a los empresarios. No renunciamos a nuestros derechos, a un modelo social más justo».
En base a eso, Etxaide concluyó indicando que «tenemos que ganar la reforma laboral en los centros de trabajo, porque en esta `botinocracia' no existe el diálogo social». A su juicio, la sociedad vasca «ha decidido luchar». Ante lo que pidió que «ante la negación de Madrid de nuestros derechos, tendremos que luchar contra la reforma. Hoy empieza la caída de la reforma», terminó.
Desprotección y política fiscal
El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki, ha indicó que los objetivos de la huelga son «denunciar y hacer frente a la desprotección legal que impone la reforma laboral, defender el empleo y reivindicar un cambio radical de la política fiscal». Muñoz preguntó a los miles de personas que se sentaron sobre el asfalto de la Gran Vía «si la política de la derecha económica que ahora representa el PP es la política de todos los partidos» y ha pedido que «si es que no, que se note». «Si no se está de acuerdo y se piensa distinto, si tienen programas distintos, que lo digan, porque necesitamos referencias políticas distintas a la que la derecha económica va a poner en marcha, porque lo que viene es muy duro y nosotros no lo vamos a aceptar», manifestó.
«Soberanía social»
Txiki Muñoz exigió «una política de soberanía social, porque tiene una relación muy directa con los intereses de los ciudadanos de nuestro país, que la política se rebele, que proteja a los ciudadanos. Esa es la soberanía que queremos y exigimos hoy». Por lo que se preguntó «si van a aceptar los partidos y las instituciones vascas, la agenda que mañana va a poner en marcha Rajoy, el PP» Esa decisión, les guste o no les guste, la van a tener que tomar cada institución y cada partido, y nosotros vamos a señalar muy en negativo a quien haga seguidismo y vamos a aplaudir muy en positivo a quien haga políticas alternativas», resaltó.
Muñoz pidió a los políticos que «pongan los intereses sociales en vanguardia, que atiendan el clamor de la calle, que no le moleste la movilización social, que sepa dialécticamente buscar una realidad con lo que está en la calle». Así indicó que «esta movilización busca esa sintonía con la política». Llamó, por último, a continuar «el trabajo conjunto, sindicatos y movimientos sociales, sin admitir ninguna subordinación», precisó Muñoz.
También en Bilbo, Dámaso Casado (UGT) y Unai Sordo (CCOO) valoraron la jornada de huelga al inicio de la manifestación celebrada de manera independiente a la de los sindicatos abertzales. Sordo calificó la huelga de «éxito histórico» y recordó que no hay precedente de un huelga igual desde diciembre de 1988. Casado apuntó que «millones de personas se están movilizando, la inmensa mayoría ha decidido hacer huelga porque están muy cabreados con la reforma laboral». Así, se dirigió a Rajoy y afirmó que «ya no representa a la sociedad» porque lo que hace va en contra de quienes le han votado, por lo que hizo un llamamiento a que «dé un giro» en sus políticas. «Siéntate con los sindicatos», pidió el dirigente de UGT.
La ministra española de Empleo dice que «lo esencial, no cambiará»
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, dijo que los sindicatos son una parte muy importante de la sociedad y que el Ejecutivo cuenta con ellos para un diálogo «abierto y permanente», pero buenas palabras al margen, aseguró que las partes fundamentales de la reforma laboral no se van a modificar.
Báñez subrayó que la agenda del Gobierno es «imparable» y recordó que la nueva legislación ha sido ampliamente respaldada por el Congreso, donde el PP cuenta con mayoría absoluta. No obstante, precisó que espera la contribución de todos los grupos en su tramitación como proyecto de ley.
El Gobierno español trató de eludir su responsabilidad ante los recortes sociales y laborales previstos en la reforma al defender que no tiene «margen ni disponibilidad para retocar ni alterar ninguno de sus proyectos de reformas económicas, especialmente la laboral».
El texto de la reforma ha sido duramente criticado tanto por los sindicatos como por el PSOE y otros partidos, el entender que abre la puerta a los despidos más baratos, desprotege a los trabajadores y fomenta la precariedad.
Pero el Gobierno del PP, ya antes de la jornada de huelga de ayer, dejó claro que entre sus planes, e independientemente del seguimiento de la protesta, no figura el de revisar la reforma laboral, al menos en su partes sustanciales. Argumenta para ello que el Estado español «está siendo observado de cerca por la UE y no puede cambiar la letra de lo que ha firmado y de lo que ha prometido que hará. No puede, en este sentido, haber cambios en aspectos como el coste del despido, que se ha llevado a los 20 días por año trabajado y que ya se está aplicando».
Por otro lado, el lehendakari Patxi López indicó ayer que los gobiernos y los representantes electos «no hacen huelga» -aunque la realidad le desmintió-, si bien defendió el derecho que tienen «a manifestar su rechazo ante determinadas decisiones que no les gustan». Ante el incidente registrado en los exteriores de la Cámara de Gasteiz, donde varias decenas de personas arrojaron objetos contra la fachada, López apuntó que al Gobierno «le corresponde garantizar los derechos de los que quieren trabajar y de los que hacen huelga».
EN EL PAIS VASCO Y EN EL ESTADO ESPAÑOL
Por Juanjo BASTERRA
Los convocantes de la huelga general ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, CGT-LKN, EHNE e Hiru y 21 colectivos sociales, entendieron ayer que «Euskal Herria ya se ha pronunciado en contra de la reforma laboral del PP», por lo que pidieron al Gobierno español que «tenga en cuenta la palabra de este pueblo».
Según los datos que hicieron públicos ayer, en las cuatro capitales vascas se manifestaron al mediodía más de 100.000 personas en contra de la reforma laboral diseñada por el PP que «trata de hacernos retroceder un siglo en las condiciones laborales y sociales». En Bilbo, participaron miembros de la izquierda abertzale, de Bildu y Amaiur en la manifestación. Después de que una representante del movimiento feminista tomara la palabra para indicar que la reforma profundiza en una mayor discriminación de la mujer y las condena a la pobreza, Belén Arrondo, portavoz de STEE-EILAS, explicó que «antes fue el PSOE y ahora es el PP, junto a los gobiernos autonómicos, los que han puesto en marcha unos recortes y agresiones contra los derechos sociales y laborales alcanzados durante la lucha de años».
En cambio, a su juicio, esos gobiernos «han decidido seguir a los responsables de la crisis: los bancos, los especuladores y el poder financiero». Por lo que destacó el comportamiento de la sociedad vasca en «esta huelga espectacular, si no histórica». Por ello pidió que cobre protagonismo el marco vasco de relaciones laborales. «Aquí trabajamos, aquí decidimos. Es posible otra sociedad más justa, igualitaria frente al modelo económico y fiscal actual», remarcó ante los aplausos de quienes ocupaban cada palmo entre la plaza Sagrado Corazón y la Elíptica en Bilbo, porque «no cabía un alfiler», como expresaron algunos de los presentes.
«Avaricia desmesurada»
La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, señaló ante más de 30.000 personas que «nos han impuesto una reforma que siempre ha soñado la patronal y el capital, es decir no dejarnos ningún derecho porque es un obstáculo a su avaricia desmesurada» y, a la vez, remarcó que «decidieron hacer desaparecer el estado de bienestar, para fortalecer el capitalismo. Con las reformas no terminan las agresiones, porque mañana (por hoy) el Gobierno del PP presentará unos presupuestos recortados donde se cambia el término de democracia por `botinocracia', es decir que se favorece los intereses de los de siempre para que acumulen riqueza».
Ante los aplausos de los presentes ofreció dos datos. «En la CAV, el 1,6% de la población controla el 44% de la riqueza», precisó en el momento en el que añadió que en veinte años, según los datos del INE, la riqueza que estaba en manos de los trabajadores ha pasado de representar el 67% al 46%. Tras informar de esa concentración de riqueza en pocas manos, dijo que «la reforma laboral del PP es más salvaje. No es un problema de la crisis económica, sino de que los gobiernos la han formulado al servicio de los poderosos para que nos sigan robando».
Etxaide recordó que «hay alternativa». Lo primero sería que «se respete la voluntad popular», pero anticipó que «este modelo que no es democrático», por lo que reclamó que se deben poner las instituciones al servicio del pueblo frente a los intereses de la patronal. Es posible plantarse, porque nosotros es la cuarta vez que hemos hecho una huelga general y hemos dicho a la patronal basta ya». Por lo que terminó exigiendo dignidad. «Es la dignidad de Euskal Herria, porque nos quieren sometidos, pero no les vamos a conceder ese sueño ni a los gobiernos ni a los empresarios. No renunciamos a nuestros derechos, a un modelo social más justo».
En base a eso, Etxaide concluyó indicando que «tenemos que ganar la reforma laboral en los centros de trabajo, porque en esta `botinocracia' no existe el diálogo social». A su juicio, la sociedad vasca «ha decidido luchar». Ante lo que pidió que «ante la negación de Madrid de nuestros derechos, tendremos que luchar contra la reforma. Hoy empieza la caída de la reforma», terminó.
Desprotección y política fiscal
El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki, ha indicó que los objetivos de la huelga son «denunciar y hacer frente a la desprotección legal que impone la reforma laboral, defender el empleo y reivindicar un cambio radical de la política fiscal». Muñoz preguntó a los miles de personas que se sentaron sobre el asfalto de la Gran Vía «si la política de la derecha económica que ahora representa el PP es la política de todos los partidos» y ha pedido que «si es que no, que se note». «Si no se está de acuerdo y se piensa distinto, si tienen programas distintos, que lo digan, porque necesitamos referencias políticas distintas a la que la derecha económica va a poner en marcha, porque lo que viene es muy duro y nosotros no lo vamos a aceptar», manifestó.
«Soberanía social»
Txiki Muñoz exigió «una política de soberanía social, porque tiene una relación muy directa con los intereses de los ciudadanos de nuestro país, que la política se rebele, que proteja a los ciudadanos. Esa es la soberanía que queremos y exigimos hoy». Por lo que se preguntó «si van a aceptar los partidos y las instituciones vascas, la agenda que mañana va a poner en marcha Rajoy, el PP» Esa decisión, les guste o no les guste, la van a tener que tomar cada institución y cada partido, y nosotros vamos a señalar muy en negativo a quien haga seguidismo y vamos a aplaudir muy en positivo a quien haga políticas alternativas», resaltó.
Muñoz pidió a los políticos que «pongan los intereses sociales en vanguardia, que atiendan el clamor de la calle, que no le moleste la movilización social, que sepa dialécticamente buscar una realidad con lo que está en la calle». Así indicó que «esta movilización busca esa sintonía con la política». Llamó, por último, a continuar «el trabajo conjunto, sindicatos y movimientos sociales, sin admitir ninguna subordinación», precisó Muñoz.
También en Bilbo, Dámaso Casado (UGT) y Unai Sordo (CCOO) valoraron la jornada de huelga al inicio de la manifestación celebrada de manera independiente a la de los sindicatos abertzales. Sordo calificó la huelga de «éxito histórico» y recordó que no hay precedente de un huelga igual desde diciembre de 1988. Casado apuntó que «millones de personas se están movilizando, la inmensa mayoría ha decidido hacer huelga porque están muy cabreados con la reforma laboral». Así, se dirigió a Rajoy y afirmó que «ya no representa a la sociedad» porque lo que hace va en contra de quienes le han votado, por lo que hizo un llamamiento a que «dé un giro» en sus políticas. «Siéntate con los sindicatos», pidió el dirigente de UGT.
La ministra española de Empleo dice que «lo esencial, no cambiará»
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, dijo que los sindicatos son una parte muy importante de la sociedad y que el Ejecutivo cuenta con ellos para un diálogo «abierto y permanente», pero buenas palabras al margen, aseguró que las partes fundamentales de la reforma laboral no se van a modificar.
Báñez subrayó que la agenda del Gobierno es «imparable» y recordó que la nueva legislación ha sido ampliamente respaldada por el Congreso, donde el PP cuenta con mayoría absoluta. No obstante, precisó que espera la contribución de todos los grupos en su tramitación como proyecto de ley.
El Gobierno español trató de eludir su responsabilidad ante los recortes sociales y laborales previstos en la reforma al defender que no tiene «margen ni disponibilidad para retocar ni alterar ninguno de sus proyectos de reformas económicas, especialmente la laboral».
El texto de la reforma ha sido duramente criticado tanto por los sindicatos como por el PSOE y otros partidos, el entender que abre la puerta a los despidos más baratos, desprotege a los trabajadores y fomenta la precariedad.
Pero el Gobierno del PP, ya antes de la jornada de huelga de ayer, dejó claro que entre sus planes, e independientemente del seguimiento de la protesta, no figura el de revisar la reforma laboral, al menos en su partes sustanciales. Argumenta para ello que el Estado español «está siendo observado de cerca por la UE y no puede cambiar la letra de lo que ha firmado y de lo que ha prometido que hará. No puede, en este sentido, haber cambios en aspectos como el coste del despido, que se ha llevado a los 20 días por año trabajado y que ya se está aplicando».
Por otro lado, el lehendakari Patxi López indicó ayer que los gobiernos y los representantes electos «no hacen huelga» -aunque la realidad le desmintió-, si bien defendió el derecho que tienen «a manifestar su rechazo ante determinadas decisiones que no les gustan». Ante el incidente registrado en los exteriores de la Cámara de Gasteiz, donde varias decenas de personas arrojaron objetos contra la fachada, López apuntó que al Gobierno «le corresponde garantizar los derechos de los que quieren trabajar y de los que hacen huelga».
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