Cristina Fernández de Kirchner afirma que el Reino Unido se robó el archipiélago del Atlántico Sur, ‘expulsando’ a los colonos argentinos hace 180 años.
Su estallido está diseñado para provocar una guerra de palabras elevando la presión sobre la soberanía en el aniversario de las islas convertido en un territorio británico el 3 de enero de 1833.
Argentina trató de apoderarse de nuevo en 1982, pero fue derrotado por Gran Bretaña en una guerra que costó la vida a 255 soldados británicos y 649 argentinos.
Los alegatos de la presidente fueron hechos en una carta abierta dirigida a David Cameron y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.
Las difamaciones sobre el futuro de las islas se producen a menos de diez semanas de que 1.500 isleños celebrarán la primera votación sobre si quieren seguir siendo británicos.
Se espera que los observadores internacionales, envíen un mensaje claro a la Argentina para mantener sus manos afuera.
Eso sería una humillación para la presidente Kirchner que ha utilizado reclamos de soberanía para desviar la atención de sus impopulares políticas sociales y económicas.
En la carta, la presidente Kirchner dijo que: “Argentina fue despojada por la fuerza de las islas como las llaman, Las Malvinas, en un descarado colonialismo del siglo 19” y que “los argentinos fueron expulsados de las islas y el Reino Unido inició un proceso de implementación similar a la aplicada a otros territorios bajo dominio colonial”.
“Desde entonces, Gran Bretaña, la potencia colonial, se ha negado a devolver los territorios a la República Argentina”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores “Negó enérgicamente las afirmaciones y acusó a Argentina de intentar escribir a los isleños otra historia de Malvinas”.
Fuentes de Whitehall indicaron que: “el gobierno podría ordenar a Sir Mark Lyall Grant, embajador británico ante la ONU, para refutar las acusaciones de locos”.
En un discurso ante la ONU el año pasado, Sir Mark criticó a la Argentina por las aspiraciones agresivas territoriales sobre las islas Malvinas y dijo que sus afirmaciones eran “sin fundamento”.
“Ninguna población civil fue expulsada el 3 de enero de 1833 y el Reino Unido nunca ha implantado una población civil”.
Las fricciones diplomáticas entre Gran Bretaña y Argentina se han intensificado desde 2010, cuando el Gobierno autorizó la exploración de petróleo en las aguas cercanas a las islas.