viernes, 8 de febrero de 2013

Propuesta de la Delegación de paz de las (FARC-EP) para el Desarrollo Rural para la Democratización y la Paz con Justicia Social de Colombia.

COLOMBIA



(AW) La Agencia Walsh pone a disposición de sus lectores las "Ocho propuestas mínimas para el ordenamiento social y ambiental, democrático y participativo del territorio, del derecho al agua y de los usos de la tierra" de las FARC-EP, documento fundamental en el marco de estos Diálogos de Paz que se están desarrollando en La Habana, Cuba.
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por Delegación de paz de las (FARC-EP)
6 de febrero de 2013

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Con el propósito de contribuir al desarrollo rural para la democratización y la paz con justicia social se formulan las siguientes ocho propuestas:
Ordenamiento social y ambiental, democrático y participativo del territorio
Reordenamiento territorial y usos de la tierra para la soberanía alimentaria y el abastecimiento nutricional y alimentario de la población
Sostenibilidad socioambiental, derecho al agua y protección de las fuentes hídricas y de los ecosistemas frágiles
Definición de territorios de producción agrícola y de alimentos
Creación de nuevos asentamientos rurales para la producción agrícola y de alimentos
Recursos naturales no renovables en función del interés nacional y del buen vivir de la población
Minería artesanal digna y pequeña y mediana minería con sostenibilidad socioambiental
Cultivos de uso lícito de marihuana, amapola y hoja de coca y sustitución de cultivos de uso ilícito
1. Ordenamiento social y ambiental, democrático y participativo del territorio
Frente a un ordenamiento autoritario del territorio, en el que éste se concibe como un mero instrumento para la obtención de jugosas ganancias mediante la extracción inmisericorde de los recursos naturales, o es inscrito dentro de estrategias militares de consolidación para proteger a los grandes capitales, o para imponer relaciones de poder basadas en el ejercicio estructural de la violencia estatal y paramilitar, se propiciará:
Un ordenamiento territorial fundamentado en la más amplia democracia y participación social, orientado a la construcción de una sociedad que supere la injusticia y la desigualdad, capaz de atender sus requerimientos alimentarios, de estabilizar sus comunidades, de realizar un manejo sostenible de su entorno, y en búsqueda del buen vivir de su población.
La convocatoria a un gran debate nacional acerca de la profunda reorganización espacial y territorial y de los impactos socioambientales que viene imponiendo la explotación minero-energética. Dicho debate debe producir un acuerdo político que permita reorientar el proceso de ordenamiento territorial con base en el uso de los recursos naturales en función de los intereses nacionales y del buen vivir de la población en general.
El reconocimiento y el respeto por toda forma democrática, comunitaria, participativa, autónoma de construcción del territorio y, en especial, de los territorios campesinos, indígenas, afrodescendientes, raizales, palenqueros, interétnicos e interculturales.
El reconocimiento y el estímulo del derecho a la consulta previa, libre e informada, extendido a las comunidades campesinas y, en general, a todo grupo poblacional cuyo modo de vida se pueda ver afectado por la implementación de proyectos minero-energéticos, infraestructurales, o de otra índole.
2. Reordenamiento territorial y usos de la tierra para la soberanía alimentaria y el abastecimiento nutricional y alimentario de la población
El nuevo ordenamiento territorial que requiere el país se debe fundamentar en usos de la tierra que consideren su vocación agroecológica, se orienten a garantizar el abastecimiento nutricional y alimentario de la población y la soberanía alimentaria en general, así como la sostenibilidad socioambiental. Los conflictos derivados del uso de la tierra siempre se deben resolver atendiendo este propósito. De manera específica se propone:
Actualización y definición precisa de las zonas de reserva forestal y de parques naturales.
Protección especial de las fuentes de agua con miras a garantizar el derecho al agua de la población y a propiciar su uso racional y controlado en la actividad económica.
Reconocimiento y formalización de sustracción de territorios de zonas de reserva forestal a favor de comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes.
Desestímulo a la ganadería extensiva y "desganaderización" del uso de la tierra en 20 millones de hectáreas, acompañada de programas de reconversión tecnológica.
Definición precisa y cierre de la frontera agrícola; aumento del área de cultivos agrícolas hasta llegar a un equilibro entre tierras aptas para la agricultura y tierras efectivamente destinadas para esa actividad, privilegiando la producción de alimentos.
Solución de conflictos de usos de la tierra, derivados de las economías de extracción minero energética, a favor de la preservación de las condiciones de sostenibilidad socioambiental o de la producción agrícola, especialmente de alimentos, según el caso. Ello implica, prohibición o regulación estricta, según el caso, de las actividades de extracción minero-energética, especialmente de la gran minería a cielo abierto. Con igual criterio, se procederá con la explotación forestal con fines comerciales.
Creación del Consejo Nacional de la Tierra y el Territorio, encargado de trazar y establecer pautas generales de ordenamiento territorial, de definir los usos de la tierra, así como de los conflictos que de ella se deriven. Además de los representantes de los poderes públicos y de los organismos de control, de los gremios sectoriales, el Consejo se conformará con representantes de las comunidades de los territorios campesinos, indígenas, afrodescendientes, raizales, palenqueros, interétnicos e interculturales, así como de las organizaciones campesinas y de trabajadores agrícolas, escogidos por ellas mismas.
3. Sostenibilidad socioambiental, derecho al agua y protección de las fuentes hídricas y de los ecosistemas frágiles
En desarrollo de este propósito se impondrán medidas para:
Protección especial o restauración, según el caso, de ecosistemas frágiles y estratégicos, de las cuencas, los páramos y humedales y, en general, de la fuentes y recursos hídricos, así como de las zonas coralinas, entre otros; ampliación de los bosques y de las áreas protegidas; promoción de programas de reforestación masiva; definición de zonas de alta biodiversidad y protección de las variedades y especies nativas.
Prohibición o regulación estricta, según el caso, de actividades económicas mineras, energéticas, forestales, agrícolas o turísticas, que afecten la sostenibilidad socioambiental.
Reconocimiento y materialización del derecho humano al agua, según la resolución 64/292 de 2010 de Naciones Unidas. En consecuencia, priorización del uso del agua para el abastecimiento de las generaciones presentes y futuras, el riego y los cultivos; suspensión definitiva de proyectos de represas e hidroeléctricas, orientados a la exportación de energía, en particular del megaproyecto de El Quimbo.
Reconocimiento y estímulo a las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes por su indiscutible función en la preservación de condiciones socioambientales dignas y sostenibles mediante la implementación de programas específicos, el cubrimiento de la deuda ambiental contraída con ellas y la protección frente a mecanismos desarrollados por el negocio financiero transnacional con los bonos de carbono, incluido el llamado mecanismo REDD+ [1].
4. Definición de territorios de producción agrícola y de alimentos
El reordenamiento territorial debe conducir a una definición precisa de los territorios de producción agrícola, en general, y de producción de alimentos en particular. Teniendo en cuenta que el propósito primordial de la producción agrícola está orientado a garantizar el abastecimiento nutricional y alimentario dela población y, en general, la soberanía alimentaria del país, se pondrán en marcha las siguientes medidas:
Aumento del área agrícola efectivamente cultivada al menos a 20 millones de hectáreas, privilegiando el aumento del área de producción de alimentos.
En atención a que la economía campesina es la principal productora y abastecedora de alimentos, y registra de manera demostrada los más altos niveles de productividad, se crearán Zonas de producción campesina de alimentos, en una extensión que sumada no será inferior a 7 millones de hectáreas.
Las Zonas de reserva campesina se comprenden como parte del proceso de reordenamiento territorial. Considerando las zonas que ya tienen vida jurídica, las que se encuentran en trámite, y los cerca de 30 procesos de hecho, la definición territorial de estos procesos demanda al menos 9 millones de hectáreas. Parte importante de la economía de estas zonas se sustenta en la producción de alimentos.
En los territorios campesinos de Zonas de reserva campesina y Zonas de producción campesina de alimentos se estimularán e impulsarán producciones orgánicas y agroecológicas de alimentos.
Los territorios indígenas y afrodescendientes también se comprenderán como territorios de producción de alimentos y deberán ser estimulados con programas específicos para ese propósito.
La producción de alimentos no excluye la agricultura para la exportación, ni la agroindustria. Los territorios para esta agricultura deberán delimitarse igualmente. Los territorios de producción cafetera merecerán especial atención y protección. En el caso de los cultivos de larga duración, orientados a la producción de agrocombustibles, su localización, sus límites territoriales o su prohibición, según el caso, se fijarán atendiendo la sostenibilidad ambiental, la afectación de fuentes de agua y los requerimientos de abastecimiento alimentario. Explotaciones agrícolas desarrolladas con tecnologías intensivas en utilización de agroquímicos serán desestimuladas.
En el caso de un ordenamiento territorial basado en encadenamientos productivos entre grandes productores y productores campesinos y/o trabajadores asalariados agrícolas deben garantizarse acuerdos equilibrados que posibiliten repartos equitativos del excedente, condiciones dignas de trabajo y de existencia, y atención a estándares laborales, incluido el aseguramiento social.
Se hace necesario impedir cambios en el uso del suelo rural por la imposición de la lógica urbana, incluyendo las reconversiones derivadas del mercado de servicios y el turismo, del cambio en las unidades de medida para la comercialización del suelo, o de la presión impuesta por los procesos de urbanización.
5. Creación de nuevos asentamientos rurales para la producción agrícola y de alimentos
El reordenamiento territorial contemplará la construcción de condiciones de trabajo y de vida adecuadas y atractivas en los medios rurales, propiciando la formación concertada de nuevos asentamientos mediante la canalización hacia ellos de inversiones y servicios.
Con los nuevos asentamientos rurales se busca fortalecer la organización de la producción de bienes agrícolas básicos en espacios aledaños a los centros de consumo, propiciando y afianzando el establecimiento y la estabilización de pequeños y medianos productores en esos espacios.
Los asentamientos podrán conformarse con la tierra distribuida gratuitamente a campesinos sin tierra, pobladores urbanos en condiciones de pobreza y miseria, trabajadores y proletarios agrícolas, mujeres sin tierra, que estén dispuestos a ello. También se conformarán con parcelas individuales y formas cooperativas o asociativas de propiedad. Estos asentamientos demandarán el impulso de proyectos de producción, transformación y provisión de bienes de origen agrícola para otros asentamientos, lo centros urbanos y la exportación.
La formación de los asentamientos, concertada con grupos poblacionales específicos, implica inducir cambios en la distribución espacial de la población, establecer las modalidades de asignación de recursos por parte del Estado, definir los rasgos de la economía rural según la vocación agroecológica de la tierra, y fijar su localización atendiendo criterios de conveniencia y de dotación de infraestructura.
6. Recursos naturales no renovables en función del interés nacional y del buen vivir de la población
Las economías de extracción de recursos naturales no renovables, en especial minero-energéticos, vienen transformando y afectando de manera significativa los derechos y la vida de las personas y de comunidades enteras, los usos del suelo, las fuentes de agua, los ecosistemas y, en general, la sostenibilidad socioambiental del país, así como las posibilidades futuras de la producción agrícola. El ordenamiento territorial que demanda el país impone ponerle freno a la expansión desordenada y anárquica de esas economías estableciendo prohibiciones, límites o regulaciones estrictas, según el caso. En desarrollo de ese propósito se deben emprender las siguientes acciones:
Declaración del carácter estratégico de los principales recursos naturales energéticos y mineros y recuperación de éstos en cabeza de la nación mediante la redefinición de las modalidades contractuales que han dado lugar a su usufructo en condiciones leoninas por inversionistas extranjeros; reformulación del régimen de regalías elevando de manera significativa el porcentaje de recursos a favor de la nación; eliminación del régimen de incentivos tributarios a inversionistas extranjeros.
Delimitación territorial precisa de las economías de extracción de recursos naturales no renovables y aprovechamiento de los recursos recuperados en función del interés nacional, del buen vivir de la población, del fortalecimiento de la base técnico-material del país y del procesamiento industrial para el mercado interno.
Destinación específica y preferencial de las rentas producidas por la extracción de recursos minero-energéticos para resolver los problemas económicos y sociales más agobiantes de la población en condiciones de pobreza y miseria.
Suspensión indefinida del otorgamiento de nuevos títulos mineros y de nuevas concesiones para la exploración y la extracción petrolera hasta tanto no se establezca, mediante estudios previos y consulta previa con las respectivas poblaciones, la viabilidad y sostenibilidad socioambiental de tales actividades; suspensión inmediata de las licencias ambientales de todos los proyectos minero-energéticos en curso que afecten los derechos económicos, sociales, ambientales y culturales de la población; endurecimiento de las condiciones de otorgamiento de nuevas licencias ambientales mediante regulaciones más estrictas que garanticen el cubrimiento integral de la deuda socioambiental producida por la ejecución de los proyectos.
Regulación estricta o prohibición, según el caso, de la gran minería a cielo abierto; prohibición de manera efectiva de la explotación minero-energética en zonas de páramos, con ecosistemas frágiles y de reserva agroecológica.
Imposición de obligaciones de reparación integral a las víctimas de la depredación socioambiental minero-energética, en cabeza de las empresas concesionarias y con responsabilidad compartida por el Estado; requerimiento de cumplimiento de condiciones de vida y de trabajo dignas, mediante a la atención de parámetros internacionales de legislación laboral, para los trabajadores que laboran en esas economías.
Derogatoria inmediata de la Resolución 0045 de junio de 2012 por medio de las cual se declaran como áreas estratégicas para la gran minería una gran parte de la región amazónica (incluyendo Caquetá y Putumayo) y un alto porcentaje de áreas de tradición y vocación agrícolas.
7. Minería artesanal digna y pequeña y mediana minería con sostenibilidad socioambiental
Con miras a garantizar el bienestar de las comunidades rurales, cuya actividad económica se concentra en la ancestral minería artesanal, así como en la pequeña y mediana minería, se llevarán a cabo las siguientes medidas:
Acompañamiento y protección especial a la minería artesanal, contribuyendo a preservar a su sostenibilidad socioambiental. Ello supone garantizar los derechos de los mineros artesanales y tradicionales, así como el respeto por su cultura.
Asistencia integral, económica, social, tecnológica, a la pequeña y mediana minería, con miras a hacer de ella una minería sostenible socioambientalmente, garante de trabajo y vida digna, o a provocar, según el caso, la reconversión de esta actividad minera hacia otro tipo de economía rural que posibilite la estabilidad socioeconómica de la comunidad.
Reconocimiento y legalización de los títulos mineros en manos de pequeños y medianos mineros; terminación de la persecución y la criminalización de esta actividad; definición de regulaciones específicas por parte del Estado.
8. Cultivos de uso lícito de marihuana, amapola y hoja de coca y sustitución de cultivos de uso ilícito
Con el propósito de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de comunidades rurales que actualmente dedican su actividad económica, por razones de subsistencia, a los llamados cultivos de uso ilícito, se implementarán las siguientes acciones:
Cesación de la política de criminalización y persecución a estas comunidades.
Suspensión inmediata y definitiva de aspersiones aéreas y de otras formas de erradicación considerando los impactos negativos socioambientales, económicos y sociales.
Legalización y definición expresa de usos de la tierra para cultivos de marihuana, amapola y hoja de coca con fines terapéuticos y medicinales, de uso industrial, o por razones culturales, según el caso. Las zonas de cultivo y la producción se regularán en función de la demanda.
Reorientación de los usos de la tierra hacia producciones agrícolas sostenibles, mediante la implementación de programas integrales de sustitución de cultivos, concertados con las respectivas comunidades rurales. (Fin).
___________________________
[1] REDD+: Programa de reducción de emisiones de carbono causadas por la deforestación y la degradación de los bosques.
Delegación de paz FARC-EP

Discursos de Raúl Castro Ruz y Hugo Chávez Frías en la I Cumbre de la CELAC.

LATINOAMÉRICA



(AW) La constitución de la Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) constituye un hecho de la mayor relevancia histórica, en la geopolítica mundial y de Nuestra América. La profecía martiana avanza en su cumplimiento, para bien de todos los pueblos del mundo. Al mismo tiempo, la presidencia por témpore de Cuba (que asumió de manos de Chile en la última cumbre realizada el lunes 28 de enero en Santiago de Chile) es una realidad política de alta significación histórica y es la culminación simbólica de la victoria internacional de la estrategia de la Revolución Cubana contra los intentos imperialistas de aislamiento de la misma. La Agencia Wlash ofrece a sus lectores los discursos íntegros de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Cuba, Rául Castro, los más eminentes representantes y protagonistas de estas rutilantes victorias.

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Mensaje del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, a la I Cumbre de la CELAC
Hermanas y hermanos:
En nombre del Pueblo de Venezuela, reciban un fervoroso saludo bolivariano junto con el vivo testimonio de hermandad hacia cada uno de los Pueblos de la Patria Grande. En realidad y en verdad, lamento no poder acudir a esta cita en Santiago de Chile. Como es del conocimiento de todas y todos ustedes, desde diciembre del año pasado estoy batallando nuevamente por mi salud en la Cuba revolucionaria y hermana. Por eso, estas líneas son la manera de hacerme presente en esta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños; son la manera de reafirmar, hoy más que nunca, el compromiso vivo y activo de Venezuela con la causa histórica de la Unión.

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Imposible no sentir a Simón Bolívar palpitando entre nosotros en esta Cumbre de la Unidad. Imposible no evocar a Pablo Neruda, a Pablo de Chile y de América, en esta tierra y en este presente de Patria Grande del que estamos hechos: Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos./ La paz, el pan, el trigo de tu sangre nacieron,/ de nuestra joven sangre venida de tu sangre/ saldrán paz, pan y trigo para el mundo que haremos.
Bolívar, siempre Bolívar. En este 2013 estamos conmemorando el Bicentenario de la Campaña Admirable: 200 años de aquella prodigiosa gesta bolivariana. El 14 de mayo de 1813 un Ejército de neogranadinos y venezolanos partió desde Cúcuta al mando del entonces Brigadier Simón Bolívar, avanzando con una prodigiosa rapidez, combatió y venció en Niquitao, Los Horcones y Taguanes para liberar el centro y el occidente de Venezuela, entrando triunfalmente el 6 de agosto de aquel año de gloria en Caracas. La victoria militar de los patriotas tuvo una trascendente consecuencia política: el nacimiento de la II República de Venezuela.
Por eso con un recuerdo vivo, quiero compartir con ustedes una certeza: gracias a la CELAC ya nos vamos pareciendo a todo lo que una vez fuimos y a todo lo que quisimos ser pero nos fue arrebatado; nos vamos pareciendo a la Pachamama, a la cintura cósmica del Sur, a la reina de las Naciones y la madre de las Repúblicas.
El espíritu de la unidad ha vuelto con toda su fuerza; es el espíritu de nuestros Libertadores y Libertadoras que ha reencarnado en los Pueblos de Nuestra América Latino Caribeña; es el espíritu en el que confluyen muchas voces para hablar con una sola voz. Fue el entrañable espíritu de la Cumbre de América Latina y del Caribe que le dio nacimiento a la CELAC en Caracas; es el entrañable espíritu de esta Cumbre en Santiago de Chile.
Desde aquel diciembre de 2011, cuando fundamos en Caracas la CELAC, los acontecimientos mundiales no han hecho más que ratificar la extraordinaria importancia del gran paso hacia adelante que dimos. Ahí está la crisis golpeando a EEUU y a Europa y arrojando a la miseria a miles de seres humanos. Miles de mujeres, hombres, niñas y niños han perdido sus casas, sus empleos, su seguridad social, sus más elementales derechos. Mientras que EEUU y Europa, parafraseo al eminente filósofo Ernesto Laclau, están cometiendo un suicidio colectivo, nosotros estamos capeando el temporal, y lo vamos a capear definitivamente. Somos, hoy por hoy, ejemplo para el mundo de unidad en la diversidad, en función de la justicia, el bienestar social y la felicidad.
A un año y casi dos meses de su constitución en Caracas, la CELAC ha sabido plantarse con un carácter y una personalidad bien definidas, lejos de cualquier dictamen o pretensión ajena a sus principios y postulados. Hoy más que nunca podemos decir que cuando afirmamos que hemos reemprendido real y verdaderamente El Camino De Nuestros Libertadores, lema que identifica a esta Comunidad, no estábamos haciendo una retórica y vana declaración. Ahora bien, tan trascendente lema exige que lo llenemos cada día de más y más contenido histórico, político, económico y social.
Por eso hoy ratificamos la denuncia y la condena del vergonzoso bloqueo imperial a la Cuba martiana y revolucionaria; la continua colonización y, ahora, la militarización progresiva de las Islas Malvinas, ambos hechos son violatorios de todas las resoluciones que ha emitido ONU para salvaguardar los derechos de los Pueblos cubano y argentino, pero sin voluntad alguna de parte de este organismo supranacional para hacerlas cumplir. La justicia está incontestablemente del lado de Cuba y de la Argentina. Si somos una Nación de Repúblicas, nuestra soberanía es la de toda la Patria Grande, y debemos hacerla respetar.
Cuando resuena el fúnebre sonido de los tambores de la guerra en el mundo, cuánto valor tiene que los Estados de América Latina y el Caribe estemos creando una zona de paz donde se respete celosamente el derecho internacional y se reivindique la solución política y negociada de los conflictos. Tenemos el deber de anteponer a la lógica de la guerra una cultura de la paz, sustentada en la justicia y en la igualdad.
La CELAC es el proyecto de unión política, económica, cultural y social más importante de nuestra historia contemporánea. Tenemos todo el derecho de sentirnos orgullosos: la Nación de Repúblicas, como la llamaba el Libertador Simón Bolívar, ha comenzado a perfilarse como una hermosa y feliz realidad.
Cómo no recordar, otra vez, la voz de Neruda cuando nos dice desde su memorable poema Alturas de Machu Picchu: Sube a nacer conmigo, hermano. Subamos, hermanas y hermanos, porque ha llegado la hora de nacer de nuevo, con toda la memoria y todo el porvenir iluminando el presente.
Los sagrados propósitos, las relaciones fraternas, y los intereses comunes que unen entre sí a las Repúblicas de Nuestra América Latino Caribeña, tienen en la CELAC una base fundamental no sólo para garantizar la estabilidad de los Gobiernos que nuestros Pueblos se han dado, sino la soberanía y, digámoslo con Jorge Luis Borges, la perpetuidad de cada una de nuestras Patrias.
Largo y difícil ha sido nuestro común transitar desde que nos enfrentamos al imperio español en el siglo XIX. Y la lucha por la Independencia, la lucha que hoy continúa, estuvo ligada indisolublemente ligada, en el pensamiento y la acción de nuestros Libertadores y Libertadoras, a la lucha por la unidad; por la construcción de la Patria Grande sobre los más sólidos cimientos. Recordemos a Bolívar: Una sola debe ser la patria de todos los americanos, ya que en todo hemos tenido una perfecta unidad. Pero las oligarquías le cerraron el paso al proyecto histórico unitario, y el costo todavía lo estamos pagando. Tiene razón el escritor argentino Norberto Galasso: Lo que pudo ser la victoria de la Patria Grande se convirtió en las veinte derrotas de las patrias chicas. Esta historia no debe repetirse. Pongo toda mi convicción al reiterar unas palabras que dije en Caracas el histórico 2 de diciembre de 2011 al nacer la CELAC: ¡O somos una Patria, o no seremos Patria! ¡O hacemos la única Patria Grande, o no habrá Patria para nadie en estas tierras!
Cómo no reconocernos en estas palabras que el Libertador Bernardo O'Higgins, el gran discípulo del inmenso Francisco de Miranda, le escribiera a Bolívar en 1818: La causa que defiende Chile es la misma en que se hallan comprometidos Buenos Aires, la Nueva Granada, México y Venezuela, o, mejor diríamos, es la de todo el continente de Colombia.
Todo cuanto hagamos por la unidad no sólo estará justificado por la historia sino que además se convertirá en el más luminoso legado que podamos dejarles a las nuevas generaciones. Igualmente, estaremos honrando activamente la memoria de nuestros Libertadores y Libertadoras. En la CELAC, como quería Bolívar, hemos vuelto a ser una sola Patria.
Quiero evocar con ustedes unas palabras del sabio Andrés Bello, tan entrañablemente chileno como venezolano, quien no sólo fue el pionero del Derecho Internacional en Nuestra América, sino, también, el primer jurista en el mundo en darle cuerpo doctrinal a los organismos multilaterales de integración y unidad. Desde el siglo XIX, este gran forjador de nuestra Independencia intelectual nos sigue marcando el camino: La tendencia del siglo que vivimos es a multiplicar los puntos de contacto entre los pueblos, a unirlos, a fraternizarlos, a hacer de todo el género humano una sola familia. Resistir esa tendencia es descender en la escala de la civilización. Mi convicción es que la tendencia del siglo XXI debe ser la misma que la enunciada, con tanta lucidez, por Bello.
La gran política tiene en la CELAC un sólido espacio para su realización. Se ha puesto elocuentemente de manifiesto que Nuestra América Latino Caribeña es capaz de verse y pensarse a sí misma y al mundo con plena autonomía, y de actuar conjuntamente.
La gran política supone un aprendizaje permanente: es aprender a convivir con nuestras diferencias, aceptarlas y procesarlas, buscando siempre la mejor manera de complementarnos. La gran política impide que la intriga nos divida. No olvidemos aquella dolorosa advertencia de Bolívar: Más hace un intrigante en un día que cien hombres de bien en un mes.
Pero estoy persuadido de que, en esta hora estelar de nuestra historia, fracasarán quienes intenten desviarnos; que prevalecerá, lo digo con Bolívar, el bien inestimable de la unión; que el monroísmo desaparecerá definitivamente como instrumento de opresión, dominación y desunión en este lado del mundo.
Estas iluminadoras palabras, en una línea claramente bolivariana, del gran pensador argentino Jorge Abelardo Ramos en su Historia de la Nación Latinoamericana (1968), deben llamarnos a la reflexión: El subdesarrollo como dicen ahora los técnicos o científicos sociales, no posee un carácter puramente económico o productivo. Reviste un sentido intensamente histórico. Es el fruto de la fragmentación latinoamericana. Lo que ocurre, en síntesis, es que existe una cuestión nacional sin resolver. América Latina no se encuentra dividida porque es "subdesarrollada" sino que es "subdesarrollada" porque está dividida. El subdesarrollo es hijo de la división, y, por eso mismo, es decisivo resolver la cuestión nacional nuestroamericana en los próximos años. Hoy contamos con todas las condiciones objetivas y subjetivas para hacerlo.
Queridos hermanos y hermanas:
Me voy a detener brevemente en algunos puntos de la agenda de la CELAC. Dejo otros por fuera para no alargar más este mensaje.
Pienso que es del todo decisivo darle el más riguroso cumplimiento a dos grandes compromisos sociales, incluidos dentro del Plan de Acción de Caracas, para que la CELAC tenga valor de existencia para nuestros Pueblos: hablo del desarrollo del Programa Latinoamericano y Caribeño de Alfabetización y del Programa Latinoamericano y Caribeño de Erradicación del Hambre.
La única respuesta a la crisis que han encontrado los países del Primer Mundo ha sido el recorte del gasto social y de la inversión pública. Desde la CELAC, nosotros podemos sostener el crecimiento económico con una fuerte inversión social, acordando una agenda común para la igualdad y para el reconocimiento al derecho universal que tiene cada uno de nuestros ciudadanos, sin exclusión, a recibir salud y educación gratuitas.
Igualmente, urge consensuar acuerdos que nos permitan crear y llevar adelante una agenda energética común. Contamos con una fortaleza, de entrada, para enfrentar el panorama extremo de un mundo donde las fuentes energéticas tienen sus días contados. Ingentes son los recursos de la región: sólo tenemos que crear políticas adecuadas que estén a la altura de los dones que la naturaleza nos ha prodigado. Allí está la experiencia exitosa de PETROCARIBE para demostrar que sí es posible construir una alianza energética con base en la reciprocidad.
Quiero parafrasear a Bolívar: lo que hemos hecho es apenas un preludio de la gran tarea a cumplir para consolidar a nuestra CELAC. Nunca antes habíamos contado con un escenario tan apropiado. Multipliquemos los efectos sensibles y los esfuerzos bien dirigidos, lo digo con Bolívar, para convertir a la CELAC en centro de irradiación del nuevo sistema de unión de los países de América Latina y el Caribe.
Queridos Jefes de Estado y de Gobierno:
Nos hemos comprometido en darle todo el apoyo a Cuba que ocupa, a partir de esta Cumbre de Santiago, la Presidencia Pro Témpore de nuestra Comunidad. Es un acto de justicia luego de más 50 años de resistencia al criminal bloqueo imperial. América Latina y el Caribe le están diciendo a Estados Unidos con una sola voz que todos los intentos por aislar a Cuba han fracasado y fracasarán.
Quiso el azar, y así quedara en la historia, que precisamente el día de hoy, en que Cuba asume la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, se conmemoren 160 años del nacimiento del apóstol de la independencia Cubana, y uno de los más grandes bolivarianos de todos los tiempos: José Martí.
Sus proféticas palabras aun resuenan: "pueblo y no pueblos, decimos de intento, por no parecernos que hay más que uno del bravo a la Patagonia. Una ha de ser, pues que lo es. América, aun cuando no quisiera serlo; y los hermanos que pelean, juntos al cabo de una colosal nación espiritual, se amarán luego."
Ha llegado el tiempo de ese amor de Martí, de ese amor de Bolívar, el amor nuestroamericano.
Por eso, desde mi corazón bolivariano, hago votos por el rotundo éxito de esta Cumbre de la CELAC. Aquí en La Habana estaré pendiente de su desarrollo. Con toda la luz de la Patria Grande que irradia hoy con más fuerza en Santiago de Chile, vaya un infinito y fraterno abrazo para todas y todos.
Hugo Chávez Frías
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela
Hasta la Victoria Siempre
Que Viva la Unión de Nuestros Pueblos
Que Viva la CELAC

Mensaje del presidente de Cuba, Raúl Castro Ruz, a la I Cumbre de la CELAC
Excelentísimo Señor Sebastián Piñera, Presidente de la República de Chile:
Estimados Presidentes, Primeros Ministros y Jefes de Delegaciones:
Pueblo hermano de Chile:
Sea mi primer pensamiento para honrar la memoria de Salvador Allende, insigne latinoamericano y patriota que entregó su vida por la independencia de su nación y la justicia social. Pensamos como él, cuando dijo: "la historia es nuestra y la hacen los pueblos".
La existencia de la CELAC nos permitió encarar los desafíos del 2012 con más conciencia de quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos, en medio de circunstancias convulsas y complejas.

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Vamos construyendo, en la dura realidad, trabajosamente, el ideal de una América Latina y Caribe diversa, pero unida en un espacio común de independencia política, de control soberano sobre nuestros enormes recursos naturales para avanzar hacia el desarrollo sostenible, la integración regional y el enriquecimiento de nuestra cultura.
Los obstáculos no han sido ni serán menores. Las amenazas a la paz son crecientes y la injerencia en los asuntos de nuestra región continúa. Las trasnacionales, fundamentalmente norteamericanas, no renunciarán al control de los recursos energéticos, hídricos y minerales estratégicos en vías de agotamiento. La concepción estratégica de la OTAN es cada vez más agresiva y se orienta claramente en ese sentido. A dos décadas del fin de la Guerra Fría, crecen los enormes arsenales nucleares y convencionales que, como ha dicho Fidel, no podrán matar el hambre ni la pobreza.
El orden económico internacional es injusto y excluyente, atrapado en una crisis global a la que, por ahora, no se vislumbra solución. El cambio climático avanza inexorablemente ante la falta de voluntad política de los gobiernos de los países desarrollados.
Sin nuestra unidad, nada sería posible y todo lo logrado se perdería. En la llamada Cumbre de las Américas de Cartagena, Nuestra América dio un paso decisivo, asentada en el sólido cimiento de Mar del Plata, donde en el 2005, fue derrotada el ALCA. Disipados los cantos de sirenas de Estados Unidos en la Cumbre del 2009, en Trinidad Tobago, América Latina y el Caribe brillaron por su solidez e independencia cuando reclamaron que las Malvinas son argentinas y que el bloqueo y la exclusión de Cuba deben cesar, acontecimiento que el pueblo cubano guardará siempre, con profunda gratitud, en su memoria.
El ejercicio de la autodeterminación y la soberanía de los pueblos y la igualdad soberana de los Estados son principios irrenunciables de la CELAC, establecidos en la Declaración de Caracas.
Sabemos que entre nosotros hay pensamientos distintos e, incluso, diferencias, pero la CELAC ha surgido sobre el acervo de doscientos años de lucha por la independencia y se basa en una profunda comunidad de objetivos. No es la CELAC, por tanto, una sucesión de meras reuniones ni coincidencias pragmáticas, sino una visión común de la Patria Grande latinoamericana y caribeña que solo se debe a sus pueblos.
Los incuestionables triunfos obtenidos por las fuerzas patrióticas en las elecciones presidenciales y regionales celebradas en Venezuela y las movilizaciones recientes demuestran el extraordinario liderazgo del presidente Hugo Chávez Frías, y el enorme respaldo popular al proceso venezolano. Junto al dolor y la preocupación por la salud del Jefe de la Revolución Bolivariana, ese hermano pueblo está dando, junto a los dirigentes chavistas un destacado ejemplo de lealtad, convicción y unidad para profundizar sus irreversibles conquistas.
El gobierno bolivariano está enfrentando una permanente campaña de intriga y descrédito por parte del imperio y de la oligarquía golpista; pero ha continuado su obra, consagrado a la defensa de los legítimos intereses de los trabajadores y de todos los venezolanos patriotas, de la Constitución y de su democracia revolucionaria.
Desde aquí le reiteramos a Chávez nuestro afecto, respeto y admiración, al igual que a su valiente pueblo que lucha por la mayor suma de estabilidad política, de seguridad social y la mayor suma de felicidad, como lo soñó el Libertador Simón Bolívar.
Compartimos y apoyamos la resolución y oportunidad con que UNASUR ha actuado frente al golpe parlamentario en Paraguay. En una región que ha sufrido décadas de dictaduras sangrientas, impuestas y sostenidas por los Estados Unidos, no puede permitirse impunidad a los sectores violentos y golpistas.
Nuestra Comunidad estará incompleta mientras falte en ella el escaño de Puerto Rico, nación hermana genuinamente latinoamericana y caribeña que padece una situación colonial.
No podemos olvidar que cerca de 170 millones de latinoamericanos y caribeños viven en la pobreza, de ellos 75 millones de niños, 66 millones de personas en la región están en pobreza extrema, de los cuales 34 millones son menores. ¿Qué puede significar para ellos la CELAC?
Es cierto que hemos avanzado en el desarrollo de programas económicos y de desarrollo social al interior de varios países, como Brasil. La experiencia del ALBA y PETROCARIBE en la cooperación solidaria y en la complementariedad entre nuestras naciones, es considerable.
La CELAC está en condiciones de trazar su propio concepto de cooperación, adaptado a nuestras realidades y a las mejores experiencias de la última década.
Pese a lo avanzado, podríamos hacer más en apoyo a Haití, cuyo gobierno necesita recursos para la reconstrucción y el desarrollo. Es posible hacerlo entre todos, bajo las decisiones del gobierno haitiano.
Estamos obligados a alcanzar progresos considerables en la educación como base del desarrollo económico y social. Nada de lo que nos proponemos, desde la disminución de la inequidad hasta la reducción de la brecha tecnológica y digital, sería posible sin ello. La eliminación del analfabetismo, como meta primaria, es totalmente alcanzable. Con políticas adecuadas y cooperación regional, para proveer un mínimo de recursos a los más necesitados, podríamos dar un salto en pocos años.
Debemos ser capaces de promover una arquitectura regional propia, adecuada a las particularidades y necesidades de la América Latina y el Caribe.
Podemos también conjugar nuestros esfuerzos contra la drogadicción, como se ha planteado en estos dos últimos días de la reunión, y el tráfico ilícito de estupefacientes.
Ayer se habló aquí de que había drogas en todos los países del continente, quiero aclarar que en Cuba no hay drogas, intentaron introducirla, existen más de 250 detenidos(*) extranjeros de diferentes países del continente por intentar introducir drogas. Solo un poquito de marihuana que se cultiva hasta en una maceta en cualquier balcón de cualquier ciudad de Cuba; pero drogas no hay ni habrá.
Solo quiero expresar -fuera de texto- sobre este tema, que se pueden tomar medidas.
Como se sabe, Cuba no es un país atractivo para la droga, para los traficantes; pero cuando empezó a incrementarse el turismo, y el propio año pasado ya nos aproximamos a los 3 millones de visitantes extranjeros, sí se convirtió en un objetivo de los traficantes. Además, empezaban a arribar por las costas, sobre todo por la costa norte, los paquetes de diferentes tamaños o peso, de kilogramos de cocaína que arrojaban los traficantes cuando eran presionados y perseguidos por los norteamericanos, se arrimaban a nuestras costas, eran perseguidos por nosotros y los arrojaban al mar, y las diferentes corrientes, sobre todo la del nordeste, los depositaban por las playas; en menor cuantía también por el sur. Empezó a adquirir fuerza el consumo y hasta hubo ciudadanos de algunos países de América Latina que empezaban a entregar gratuitamente dosis individuales, regaladas.
Personalmente, tuve una reunión con todos los organismos que tienen que ver con este problema y tomamos una decisión: "Vamos a combatir la droga, que nos está empezando a amenazar, a sangre y fuego." Se coordinaron todos los factores en estos aspectos, utilizamos nuestras organizaciones de masa, vinculadas estrechamente con el pueblo, con nuestro Partido gobernante y con el gobierno, dígase Central de Trabajadores de Cuba, Asociación Nacional de Campesinos, Federación de Mujeres Cubanas, Comités de Defensa de la Revolución, y se apeló a las familias, que hacía falta la colaboración de todo el país para ubicar y proceder legalmente contra los que empezaban a tratar de introducir en nuestra juventud desde marihuana hasta algunas dosis de cocaína, como dijimos.
Fueron arrestados. Si queremos vencer, estos son tipos de problemas que hay que enfrentarlos cuando son pequeños o, mejor, cuando son nonatos. Es el mejor momento, si dejamos que cojan fuerza -decíamos y razonábamos-, ahí tienen el ejemplo de varios países hermanos del continente, y, por lo tanto, esta batalla tiene que ser a sangre y fuego.
Nuestras leyes permiten la pena de muerte, está suspendida, pero está de reserva, porque una vez la suspendimos y lo único que hicimos con ello fue estimular las agresiones y los sabotajes contra nuestro país a lo largo de estos 50 años, como todos ustedes conocen.
Les razonaba a mis compañeros: ahí está el caso de México. A México lo amamos profundamente, decimos: México es México, su historia, su vinculación con nosotros. Allí recibimos asilo generoso durante 1955 y 1956; de allí salió nuestra expedición, cierto es que violando algunas leyes mexicanas, pero no violamos nunca la amistad con México, y ellos ejercieron su derecho y arrestaron a todos los compañeros, incluyendo a Fidel. Yo fui uno de los pocos que pude escaparme, y bajo la natural presión que sentíamos ya próximos a salir para Cuba, salimos en medio de una pequeña tormenta, de un poderoso norte que estuvo a punto de hacernos naufragar y conducirnos a la muerte a los 82 expedicionarios que ahí veníamos. Solo hubo un día de mar tranquilo por el sur de las islas de Gran Caimán. Tal era la tormenta que un marinero experimentado que trataba, desde la proa, esa noche tormentosa del desembarco, de ver si veía el faro de Cabo Cruz al suroeste de Cuba, una ola se lo llevó; perdimos casi una hora en su recuperación, hasta que nos lanzamos a la costa y desembarcamos en un pantano horroroso, y antes de salir de él ya estaba encima de nosotros la aviación del dictador Batista.
Yo les razonaba a los compañeros: me rompo la cabeza pensando qué solución puede tener lo de México, que no es casual que sea México, no porque los mexicanos propicien esa situación, sino ya lo dijo un expresidente mexicano en el siglo pasado: "¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos!" Es ahí donde está el problema, el problema fundamental, para donde se mandan las drogas, que nunca he leído en la prensa de una gran operación en Estados Unidos contra los traficantes, nunca he leído eso; solo películas de pequeñas bandas de traficantes. Y por el mismo lugar por donde entran las drogas, pasa el armamento para la venta, ese es el problema.
Yo hablé este tema con el presidente Calderón en la reunión de Sauipe, en Brasil, en el año 2008, donde ya se estaba gestando, esta organización magnífica que en estos días celebra su primera reunión, además de la reunión fundacional en Venezuela, y hablé profundamente de estos temas con el presidente Calderón, y hemos seguido, seguimos preocupados. Pero ese problema avanza como una marea terrible hacia el sur: problemas en Guatemala, problemas en los demás países de Centroamérica. Y solo puedo dar una opinión a los países a los que todavía no les ha llegado esa marea nefasta y trágica, porque es verdaderamente trágica, donde los drogadictos, como ustedes conocen, son capaces de matar hasta a un familiar para obtener dinero para comprar droga. Por eso nuestra población apoyó esa medida y nos resultó fácil capturar a cerca de 5 000, juzgados con todo lo que permitían las sanciones del Código Penal, y nos equivocamos en muy pocos casos, que fueron resueltos inmediatamente.
¿Por qué?, por la colaboración de la población, que era la más interesada en que ese problema no se extendiera. Y estos problemas -es la moraleja que podemos sacar de ello, y la sugerimos a los países que todavía no son víctimas de este flagelo- son de los tipos de problemas que hay que enfrentar cuando están naciendo y mejor, como les decía, cuando son nonatos. Por eso, en Cuba no hay drogas ni las habrá.
Perdonen este paréntesis que abrí sobre este tema.
Como ustedes ven, yo también improviso discursos hasta de dos y tres horas, pero no quiero hacer eso, lo hacía antes cuando era joven, pero prefiero ya, a esta altura, leer mis intervenciones. No critico que los demás los improvisen, el primer improvisador es mi Jefe, Fidel Castro, y el que pronuncia los discursos más largos en la ONU, tiene un récord que ni Chávez se lo ganó (Risas).
No podríamos renunciar a la protección de nuestros inmigrantes, víctimas del orden actual de la xenofobia, y de la discriminación que proliferan en el mundo industrializado.
Tenemos también la posibilidad real de constituirnos, sobre bases apropiadas y concretas, en una zona de paz, en la que complementemos nuestro tradicional rechazo a las armas nucleares de exterminio en masa y a las cada vez más avanzadas y letales que se desarrollan hoy, con la expresa y firme voluntad de resolver todas nuestras diferencias por la vía pacífica, de la negociación y el diálogo.
Concluyo con un emocionado homenaje a José Martí, hoy -como decía el compañero Maduro-, en el 160 aniversario de su natalicio. De su pensamiento aprendimos que, en tiempos difíciles como estos, "¡los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes".
Muchas gracias (Aplausos).
(*) De la cifra mencionada, 114 permanecen actualmente en privación de libertad

Tiempos de larga duración.

LATINOAMERICA




(AW)- En tiempos de crisis económicas, de cumbres y foros mundiales, como la recientemente realizada I Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), surge inexorable la necesidad de la conformación de fuertes regionalismos, pero también de identidades integradoras como fueron las luchas que marcaron historia desde las primeras colonizaciones. Theotonio dos Santos expresa a modo de ejemplo e impulso, la integración de los pueblos ancestrales que fueron divididos por el poder colonizador. "Pero se sabe también que 'la maldita abundancia fácil' del continente americano, a decir de un comprometido historiador argentino, fue la gran tentación para expoliar y dividir". Convencido de que la integración es de largo aliento, el autor concluye: "...por la participación de un Estado de base popular en la atención de las necesidades humanas".

whipala


por Theotonio dos Santos, profesor emérito de la Universidad Federal Fluminense, Presidente de la Cátedra UNESCO-ONU sobre Economía Global y Desarrollo Sostenible

Con este artículo pretendemos demostrar una tesis central: la integración suramericana -que se convirtió en el principal objetivo de la actual política externa brasileña- es más que una cuestión económica, la integración es un fenómeno de larga duración, expresión de un destino histórico. El continente americano, antes de la llegada truculenta de Cristóbal Colón, albergaba una población de cincuenta a setenta millones de habitantes que estaban relativamente integrados, sobre todo a través de las conquistas Aztecas en el sur de América del Norte y del avance del imperio Inca en la región Andina. Hoy sabemos también que la región amazónica comprendía cerca de cinco millones de habitantes y había una alta comunicación de estos imperios en su interior, entre ellos y entre los pueblos que no estaban incorporados a ellos.
La violenta colonización española y portuguesa (además de las incursiones de otros centros imperiales europeos) buscó administrar esta vastísima región articulándola demográfica, económica, social y culturalmente bajo una dirección única, a la vez que reorientó sus economías hacia el mercado mundial en expansión del siglo XV al XVIII bajo la égida del capitalismo comercial-manufacturero. En las regiones de menor densidad habitadas por poblaciones originarias, asistimos al fenómeno del comercio de esclavos, traídos de África en condiciones infrahumanas.
La lucha por la liberación de las Américas rompió esta dimensión continental. Las colonias inglesas consiguieron su liberación en el siglo XVIII, inspiradas en una ideología liberal y republicana que vino a revolucionar el mundo a finales del siglo, a través de la Revolución Francesa y su expansión por toda Europa y sus colonias, particularmente en el Caribe. La onda democrática por ella desencadenada llegó a la América española y portuguesa bajo la forma de la invasión napoleónica que condujo a la gesta independentista que cumple ahora 200 años. A pesar de iniciarse en los cabildos de las colonias españolas, ella recorrió toda la región con una concepción unitaria de la cual Bolívar fue el intérprete máximo. En Brasil con la llegada de la corte portuguesa en 1808 se mantuvo la unidad en torno al príncipe portugués que declaró la independencia.
No debemos olvidar las variadas rebeliones indígenas como la tentativa de Tupac Amaru de reconstruir el imperio Inca o las revueltas afro-americanas bajo la forma de los quilombos, cuya expresión más representativa fue la de Zumbi de los Palmares. No faltaron tampoco brotes de rebeldía contra la colonización o incluso propuestas independentistas lideradas por una ya poderosa oligarquía local (Tiradentes).
Dos proyectos
América Latina surgió unida, pero se dejó dividir por los intereses de las oligarquías exportadoras locales, de la expansión británica sobre el comercio de la región y en función de los intereses de Estados Unidos recién formados. El conjunto de estas fuerzas vino a fortalecer las articulaciones regionales orientadas hacia el comercio y apoyadas en el liberalismo económico.
La región se dividió así entre dos grandes doctrinas. De un lado, el bolivarismo buscó preservar la unidad continental en la búsqueda de la formación de una gran nación, por lo menos suramericana. Del otro lado, la doctrina Monroe buscó alejar la presencia británica y europea en general bajo la consigna de "América para los americanos".
De un lado, Bolívar fue derrotado, pero el bolivarismo continuó desarrollándose como expresión de esta historia secular y multidimensional (hoy día, los descubrimientos arqueológicos de la ciudad sagrada de Caral nos remiten a una civilización altamente desarrollada hace cinco mil años, cuya continuidad es realmente impresionante al ser preservada, aunque secretamente, por sus descendientes indígenas actuales).
Del otro lado, Estados Unidos no pudieron ser fieles a su pretensión pan-americana. Cumpliendo la previsión de Bolívar, según la cual los Estados Unidos estaban destinados a confrontar a América Latina, invadió México en la mitad del siglo XIX y se apropió de la mitad de su territorio; realizó varias intervenciones militares en Centroamérica y en el Caribe (la participación de Estados Unidos en la guerra de independencia de Puerto Rico y Cuba dio origen a la incorporación de Puerto Rico como una colonia y, al fracasar la ocupación de Cuba, al establecimiento de la base militar de Guantánamo, la mayor de sus miles de bases militares esparcidas por el mundo).
El mismo papel desempeñó la construcción del canal de Panamá que separó esta región de Colombia y tantas otras intervenciones brutales en la región que fueron desplazándose inclusive a América del Sur en la medida en que las ambiciones imperialistas de Estados Unidos se fueron ampliando. Fue así como Estados Unidos tuvo que renunciar en la práctica a su doctrina panamericana convirtiéndose en el monstruo que Martí, Hostos, Mella, Sandino y otros tantos pensadores latinoamericanos identificaron.
Nuestras oligarquías exportadoras o aquellas ligadas al capital internacional perciben a Estados Unidos como un aliado casi incondicional pero los pueblos de la región se sienten mucho más identificados con la visión bolivariana. Así también se sienten los nuevos empresarios, sobre todo industriales, inclinados al mercado interno de la región. Continúan actuando así las fuerzas que aspiran a una mayor integración de la región. Fueron ellas las que, en 1947, se unieron en torno a la idea de formar en las Naciones Unidas una Comisión Económica de América Latina (CEPAL), a la que se opuso inútilmente el gobierno estadounidense. La CEPAL no solamente sirvió de base para iniciativas diplomáticas sino que se convirtió en el centro de un pensamiento alternativo que se diferenciaba teórica y doctrinariamente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial. Fue bajo su inspiración que se creó la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) en 1960. Iniciativa a la que Estados Unidos responde con la creación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con la Alianza para el Progreso, la USAID y otras iniciativas diplomáticas y de seguridad (contra insurgencia).
A partir de este momento podemos contar una historia muy interesante de la resistencia latinoamericana más o menos radical. Varios estudios nos cuentan buena parte de esta historia al presentar de manera didáctica los antecedentes y las perspectivas de un esfuerzo integracionista regional que avanza a pasos agigantados a pesar de la tentativa sistemática de un pensamiento dependiente y subordinado que insiste en ignorar todos estos pasos que forman una interesantísima acumulación de experiencias que ganó una intensidad extremadamente rica estos últimos años, que en parte es consecuencia de la pérdida de hegemonía de Estados Unidos sobre la economía mundial. Es así que asistimos, inclusive, a una presencia constante de otras regiones antes totalmente ausentes de nuestra historia como la de China, que se está convirtiendo en el principal socio comercial e incluso inversor de casi todos países de la región.
Brasil y América Latina
La creciente incorporación de Brasil en este frente latinoamericano, tan despreciada históricamente por nuestra oligarquía, es un factor decisivo para viabilizar este proyecto histórico. Toda la región espera de Brasil que asuma un liderazgo histórico a favor de la integración regional. Una parte significativa de la población brasileña ya adhirió a esta idea y el gobierno Lula da Silva consiguió concretar esta meta histórica con la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), el apoyo al Banco del Sur y el asumir posiciones políticas siempre favorables a los intereses regionales.
El gobierno Dilma Rousseff viene dando continuidad a estos cambios, buscando darles mayor eficiencia y eficacia. La Constitución brasileña ya había consagrado nuestra definición estratégica por una relación privilegiada con América Latina, seguida de África. Caminamos así hacia una política de Estado a favor de la integración regional así como fortalecemos nuestra decisión histórica de ejercer un papel unificador de las dos orillas del Atlántico Sur.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil está buscando definir con mayor precisión lo que llama como las prioridades de nuestra política de integración. Él define la relación con la Argentina y, consecuentemente, con el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) como prioridad "A". Le sigue, como prioridad "B", la integración de América del Sur, que tiene como su máxima expresión a la UNASUR, en pleno proceso de institucionalización. Así también debería priorizar el Banco del Sur, pero éste viene sufriendo la oposición del capital financiero nacional e incluso de los bancos públicos de inversión del país que aspiran a financiar directamente las inversiones, sobre todo para infraestructura de la región. En tercer lugar, encontramos la integración de Latinoamérica y el Caribe en su conjunto, que encuentra en la CELAC su expresión máxima y que podría dar pasos significativos con el restablecimiento de la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en México, pues le será muy difícil abandonar, en esta coyuntura, la postura programática histórica de este partido a favor de la unidad latinoamericana. Se debe tomar en cuenta que los problemas emigratorios con los Estados Unidos y las dificultades registradas en las relaciones comerciales preferenciales con ese país y, finalmente, las dificultades surgidas de la demanda estadounidense de las drogas y la acción singular de la DEA en el "combate" al tráfico de drogas, todo esto lleva al PRI a la necesidad de rever su desvío derechista hacia el neoliberalismo que le desplazó del poder.
Se abre pues un contexto cada vez más favorable para la integración regional. Falta, sin embargo, que nuestras universidades y nuestra enseñanza en general tomen en serio su papel en la creación de una conciencia regional. De la gran prensa podemos esperar poco. Ella es propiedad de las más retrógradas oligarquías regionales, que se oponen radicalmente a la integración regional y al avance de ésta, a toda costa. La oligarquía tradicional y la oligarquía financiera, que tienen especial interés en la dispersión de los intereses regionales a favor de los centros de poder financiero mundial, se parecen muy claramente a las oligarquías regionales que, en las puertas de la independencia de la región, continuaban atrapadas en la sumisión a los imperios ibéricos. Estos sectores económicos están cada vez más ausentes de las necesidades de la población de sus países y tienden a perder liderazgo ante un enfrentamiento serio con ellos.
Es hora que las fuerzas progresistas de la región se unan para promover un nuevo estilo de desarrollo socioeconómico, ecológicamente sostenible, con profundo sentido social y humano. Para esto, además de los avances políticos y económicos, tienen que crear y articular una prensa escrita, hablada y virtual que cuide de los intereses de la región y de sus pueblos. El ejemplo de la Telesur ha demostrado la utilidad de esta propuesta, a pesar del poco apoyo que ha recibido de gobiernos como el brasileño.
Establecer un gran frente
Las tareas son cada vez más complejas, pero esto es una consecuencia de los avances que hemos tenido. Pues, mientras avanzamos moderadamente en la integración de las zonas de predominio de políticas de altas concesiones a nuestro pasado colonial y a la decadente ofensiva neoliberal, vemos que la propia CEPAL reconoce los resultados positivos alcanzados por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). La unión de los países de orientación socialista en la región, inspirados sobre todo en la cooperación y la solidaridad, presenta una ventaja derivada de la unidad política de estos países y del peso de sus políticas públicas en todos los campos.
Para espanto de los economicistas "realistas", apoyados en el individualismo posesivo del siglo XVIII, son los "idealistas" y románticos colectivistas los que presentan mejores resultados. Ellos no aprendieron nada de la victoria del Socialismo sobre el Nazismo en la Segunda Guerra Mundial, que afectó tan intensamente las políticas económicas de la posguerra, ni del Movimiento de Liberación Nacional anti-colonial y anti imperialista. Regresaron en los años 70 del siglo pasado con su carga reaccionaria a favor del "libre" mercado y del llamado "Estado mínimo" y con el canto de sirena del "equilibrio" de los fundamentos del mercado como el gran objetivo económico.
Tras reinar por 30 años entraron en una crisis definitiva: el legado de sus políticas fue un Estado deudor máximo, sumergido en una crisis fiscal colosal para defender la supervivencia de una esfera financiera especulativa que vive a costa de la transferencia de recursos públicos; nos entregaron un mundo de crisis económicas y de déficits comerciales, fiscales y de anarquía monetaria.
Si no dejamos que nos tomen las reservas financieras que acumulamos los últimos años y aplicamos nuestros recursos a la creación de un poderoso mercado regional, sustentado por políticas industriales que reestructuren nuestra participación en la división internacional del trabajo, al lado de las zonas emergentes en el mundo, estaremos listos para dar un salto civilizatorio que nos coloque al frente de la articulación de una nueva economía mundial. Esta afirmación tendría que complementarse con nuevos estudios sobre los cambios civilizatorios que se imponen en el mundo contemporáneo.
Ellos crearon, por lo tanto, las condiciones para establecer un gran frente, similar al que se creó a partir de 1935 contra el fascismo y por la participación de un Estado de base popular en la atención de las necesidades humanas. Las interacciones regionales son una parte esencial de este cambio político al esparcir por todo el mundo una nueva fase de desarrollo científico y tecnológico en la cual las nuevas naciones podrán ejercer un papel cada vez más activo. La promesa de los BRICS de convertirse en polos económicos cada vez más importantes se hace realidad cada día.
Y una América Latina unida podrá hacer mucho más. Si las oligarquías no están dispuestas a cumplir este papel, los sectores populares no dudarán un sólo instante en asumirlo. Esta es la tarea fundamental para transformar en realidad el sueño histórico de nuestros antepasados.

Degradación que no cesa.

CÁRCELES DE MÉXICO



Mxico

(AW) Tras el motín ocurrido el sábado pasado en el complejo penitenciario de
 Islas Marías, protagonizado  por unos 600 internos para protestar por el empeoramiento de las condiciones de trabajo, alimentación y esparcimiento, en el que resultaron heridos entre cinco y ocho mandos y custodios, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) inició ayer una investigación sobre las circunstancias de la rebelión y pidió al Órgano Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación la aplicación de medidas cautelares, a fin de garantizar el derecho a la vida, la integridad y la seguridad personalde los presos y de sus familiares, y evitar actos de represalia contra los amotinados. Asimismo, hizo un llamado a las autoridades para que tomen medidas orientadas a mejorar en forma urgente "las condiciones de internamiento y estancia de los internos".

Cabe recordar que en el sexenio pasado el ex titular de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, estableció en la zona de la isla María Madre conocida como Laguna del Toro un centro de máxima seguridad para albergar a reos de alta peligrosidad, lo que se tradujo en restricciones a las actividades de los reclusos por delitos menores,quienes tienen permitido llevar a sus familias a las Islas Marías.
Posteriormente, la Policía Federal, que tiene a su cargo la vigilanciade las colonias penales, redujo las actividades sociales y endureció las condiciones laborales de los internos. Con ello se afectó el funcionamiento del único centro de reclusión del país que podríaconsiderarse ejemplar por sus perspectivas de rehabilitación, las condiciones de vida de los presos y su articulación con programas y
actividades de readaptación, actividades productivas y proyectos ambientales.
La descomposición y el motín en uno de los penales más estables del país son ilustrativos de la crisis por la que atraviesa el sistema carcelario en general, agudizada por el crecimiento casi exponencial de la población carcelaria en los tres sexenios anteriores y, en particular, en el contexto de la "guerra contra la delincuencia organizada" emprendida por Felipe Calderón.
Resulta deplorable, por decir lo menos, que en las postrimerías de su gobierno el político michoacano haya exhibido como motivo de orgullo la construcción de 15 cárceles federales, habida cuenta de que ni la
proliferación de prisiones ni el incremento en la población de éstas se ha traducido en una disminución de los índices delictivos ni, peor aun, en una reducción de la impunidad en el país.
Hoy existe el triple de personas en prisión que en 1994, pero la inseguridad y la violencia, lejos de amainar, se han extendido y ahondado. Los penales siguen siendo escuelas del crimen y en ellos campean la corrupción y las violaciones regulares a los derechos humanos.
En tal circunstancia, el nuevo gobierno federal tiene la necesidad imperiosa de concebir y aplicar un modelo penitenciario mínimamente eficaz y digno que, sin atentar contra las garantías irrenunciables de
los reclusos, coadyuve a mejorar la seguridad de la ciudadanía. Porque, como permite constatarlo la frecuencia y gravedad de motines, fugas y muertes violentas en las prisiones del país, el problema de las
cárceles es una bomba de tiempo.
Fuente: Guillermo C. Cohen-DeGovia