domingo, 16 de septiembre de 2012

El PSOE combatirá el enfrentamiento y la ruptura de Cataluña con España.

*CATALUÑA*

    El líder socialista reprocha a Rajoy y a Mas haber "descosido con
    sus políticas" las relaciones


    El secretario general del PSOE ignora la petición del PSC de abrazar
    el discurso federalista **
    <http://elpais.com/politica/2012/09/14/actualidad/1347649105_858500.html>

16 SEP 2012 - <http://politica.elpais.com/tag/fecha/20120916>



  * Alfredo Pérez Rubalcaba
    <http://politica.elpais.com/tag/alfredo_perez_rubalcaba/a/>
  * Carme Chacón <http://politica.elpais.com/tag/carme_chacon/a/>
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El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba 
<http://deportes.elpais.com/tag/alfredo_perez_rubalcaba/a/>, ha 
advertido este mediodía al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy 
<http://politica.elpais.com/tag/mariano_rajoy/a/>, y al presidente de la 
Generalitat, Artur Mas, <http://elpais.com/tag/artur_mas/a/> que el PSOE 
combatirá tanto el enfrentamiento de Cataluña con el resto de España, 
como el deseo de secesión catalana. Por ese motivo, el líder socialista 
ha reclamando a ambos "que dejen las tijeras y cojan juntos aguja e hilo 
para coser lo que han descosido con sus políticas".

Rubalcaba ha asistido hoy por segundo año consecutivo a la Fiesta de la 
Rosa que anualmente organiza el Partir dels Socialistes (PSC) en la Gavà 
(Barcelona) y que reúne a miles de militantes y simpatizantes. Allí ha 
recordado el diagnóstico que hizo el año anterior sobre las relaciones 
de Cataluña con España y ha dicho que "las cosas están mucho peor que 
entonces", porque "quienes sembraban vientos contra Cataluña o España 
están a punto de recoger una fabulosa tempestad".

Refiriéndose directamente a Mas ha dicho: "Si lo que quiere es convivir, 
nos tiene a su lado, pero si lo que quieres es romper con el acuerdo 
amistoso" vigente, "nos tendrá enfrente". A renglón seguido Rubalcaba se 
ha dirigido a las recientes declaraciones de Rajoy y ha dicho que "en 
Cataluña no hay lío ni algarabía", sino "una insatisfacción y unos 
problemas que el tiempo agrava porque no se la respeta".

"Si Rajoy quiere el enfrentamiento de Cataluña con el resto de España 
como ha hecho, nos tendrá enfrente", ha remachado. El líder del PSOE ha 
ignorado por completo la petición que hizo el pasado domingo en el 
comité federal el líder de los socialistas catalanes Pere Navarro para 
que los socialistas españoles hagan suyo el discurso federalista. 
<http://politica.elpais.com/politica/2012/09/09/actualidad/1347198777_266898.html
Navarro ha insistido hoy en que "España será federal o no será" y ha 
rechazado tanto el "mesianismo independentista acomplejado" de Mas ni el 
"españolismo rancio" de Rajoy.


Frente a esa petición de abrazar el federalismo, Rubalcaba ha dicho que 
Cataluña dispone del mejor sistema de financiación del que ha disfrutado 
y lo alcanzó con el Gobierno del PSOE. "El peor lo firmó Mas", ha 
recordado. Rubalcaba también ha dicho que él firmó el Estatut de 
Cataluña y que Rajoy rubricó el recurso de inconstitucionalidad que dio 
pie a la sentencia que lo recortó.

Finalmente, ha mostrado su "respeto" por los ciudadanos catalanes que se 
sienten independentistas", pero ha apostillado que Cataluña "saldrá de 
la crisis con el resto de Cataluña y España o no saldrá".

Rubalcaba ha estado arropado por la cúpula del PSC y todos los antiguos 
cargos públicos, desde el exministro Celestino Corbacho al expresidente 
de la Generalitat José Montilla o Carme Chacón, que no ha tomado la 
palabra. La frialdad entre ambos, que en febrero rivalizaron para 
liderar el PSOE, ha sido absoluta, hasta el punto de que ni se han 
sentado juntos ni se han saludado en público. Chacón ha entrado y salido 
en solitario del recinto donde se celebraba el acto, pero en ambos casos 
ha recibido cálidos aplausos de la militancia cuando la han reconocido.


    CATALUÑA Y EUSKAL HERRIA


    Dos pueblos con objetivos y adversarios comunes, con fortalezas y
    estrategias propias

La Diada de 2012 ha supuesto un antes y un después no solo en el devenir 
histórico del pueblo catalán, también en la situación política del 
Estado español, en el debate sobre la viabilidad y la necesidad de la 
independencia en Euskal Herria y, en general, en la agenda de la Unión 
Europea. El clamor por la independencia fue tan masivo que no puede ser 
ni silenciado ni manipulado; debe ser escuchado y respetado. También 
desde Euskal Herria, donde se ha visto la capacidad de movilización de 
los catalanes con amplia simpatía y una dosis razonable de envidia, 
incluso en un momento histórico en el que el independentismo vasco tiene 
más fuerza que nunca.

Las fortalezas de los independentistas vascos y catalanes son distintas 
pero cada vez más parejas. Al igual que son naciones diferentes de la 
nación española, también son diferentes entre sí, por mucho que 
compartan adversarios, objetivos y un sentimiento de solidaridad mutuo. 
Por supuesto, deben colaborar y estrechar todos los lazos que las unen, 
que son muchos y no se han desarrollado como se debiera. Pero también 
deben desarrollarse de manera endógena y crear sus propias estrategias, 
adaptadas a las sociedades en las que deberán ganar.

En el caso catalán, al desprecio y la animadversión que sufren por parte 
de un sector importante de la sociedad española se le suma el coste 
económico y social de sostener a quien no te respeta. Ese hartazgo se ha 
articulado políticamente de manera más nítida que nunca. En el caso 
vasco dos proyectos de país se confrontan con fuerzas similares, por 
primera vez desde la muerte de Franco: por un lado, el de quienes 
quieren mantener el estado actual de las cosas, una autonomía una y mil 
veces incumplida, un sistema clientelar y un estado de excepción que 
reflejan claramente los más de seiscientos presos políticos, la 
constante amenaza seudojurídica y la militarización. Por otro lado, un 
proyecto renovado que propone un cambio estructural que va desde lo 
cultural a lo político, pasando por lo socioeconómico. Una alternativa 
en toda regla.

Por el contrario, la posición española no presenta actualmente 
fortalezas, tan solo la fuerza de lo establecido y su capacidad de 
imposición, que no es poco.

En la agenda de las instituciones europeas

Tras la masiva manifestación de Barcelona, la comunidad internacional y, 
en concreto, las instituciones europeas han podido comprobar que el 
fenómeno independentista crece dentro de sus fronteras. [Por ejemplo, la 
revista «Time» ha considerado la noticia una de las más relevantes y el 
mensaje de Twitter de la BBC World más reproducido esta semana ha sido 
el que informaba sobre la Diada; datos anecdóticos, quizás, pero 
significativos, más aún tratándose del mismo día en el que linchaban al 
embajador norteamericano en Libia]. Históricamente esa comunidad ha 
preferido no contemplar esta cuestión dentro de su agenda y gestionar 
las crisis según llegaban. Es evidente que en este momento esa política 
no es inteligente.

El proceso escocés sigue su curso, con las tensiones lógicas, pero 
dentro de los parámetros político-institucionales normales. El conflicto 
vasco ha entrado en vías de resolución, en parte gracias a la aportación 
de la propia comunidad internacional. La posición española de continuar 
como si ETA no hubiese declarado el cese definitivo de la lucha armada 
hace ya casi un año resulta cada vez más insostenible. Asimismo, el 
frente soberanista y de izquierda formado en torno a EH Bildu aspira a 
ganar las próximas elecciones y, en todo caso, sus resultados supondrán 
un cambio del mapa político vasco que, por definición, moverá el resto 
de posiciones. En el caso catalán, la sociedad ha superado por encima, 
por debajo y por los lados los diques ideológicos y estratégicos 
establecidos por el establishment barcelonés. La demanda social es 
clara: independencia. Para colmo, las propuestas de «pacto fiscal» en 
Catalunya y de «concierto político» en Euskal Herria resultan hoy por 
hoy inviables, no solo por falta de voluntad política por parte de 
Madrid, sino por imposibilidad fáctica. Europa debe ser consciente de 
ello. Y, si realmente busca la estabilidad, debe empezar a considerar 
seriamente quién es el que la distorsiona, si los pueblos que quieren 
poder decidir su futuro en paz y libertad o quienes se lo niegan.

Por todo ello, frente a quienes defienden que lo que realmente interesa 
a la población es la crisis y no cuestiones identitarias o soberanistas, 
tanto en Catalunya como en Euskal Herria cada vez son más las personas 
que consideran que ambas son las dos caras de la misma moneda. Y sobre 
todo, cada vez son más quienes están convencidos de la incapacidad 
intrínseca del Estado español para resolver ambos problemas. Por eso se 
están articulando mayorías sociales, políticamente conscientes y 
activas, que ven la independencia como única solución posible para 
construir sociedades más justas y más democráticas. En definitiva, cada 
vez más gente defiende activamente nuevos marcos políticos que sean 
respetuosos con las personas en todas esas dimensiones que les hacen 
personas y les convierten en ciudadanos de pleno derecho, no en donantes 
pasivos, en adornos culturales maltratados o en votantes de segunda 
categoría. Como toda lucha por la emancipación, no será fácil. Pero cada 
vez es más difícil detenerlas.

La histórica manifestación del martes ha marcado un nuevo suelo hacia la independencia catalana.

*CATALUÑA
CATALUNYA SE JUEGA SU FUTURO


    «O CiU declara la independencia o lo hará la izquierda»

Carles Castellanos

Vicepresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC)

Carles Castellanos es uno de los supervivientes históricos de la 
Esquerra Independentista de los Països Catalans. Fundador del Partit 
Socialista d'Alliberament Nacional (PSAN) a finales de los 60, su 
militancia le ha llevado en más de una ocasión a conocer el exilio y la 
cárcel. Traductor de oficio, hoy en día compagina su actividad en el 
Moviment de Defensa de la Terra (MDT) con la vicepresidencia de la 
Assemblea Nacional Catalana (ANC), aunque en esta entrevista responde a 
nivel estrictamente personal.

Beñat ZALDUA | BARCELONA

La resaca de la Diada del pasado 11 de setiembre sigue sacudiendo, tres 
días después, la arena política catalana y española. Entre los temas a 
debate, el camino que debe seguir la ANC -convocante de la marcha más 
multitudinaria de la historia de Catalunya-, en su objetivo de avanzar 
hacia la independencia, evitando, al mismo tiempo, convertirse en una 
herramienta fácilmente manipulable por CiU.

¿Comparte la impresión formulada por Lluis Llach cuando dice que estamos 
ante el inicio de una nueva época?

Sí, es verdad. Es un movimiento que viene de fondo, que interpreta los 
intereses de la población y que consigue que la gente se identifique con 
un objetivo político que es la independencia. Después de la Diada, este 
objetivo ha adquirido todavía más relevancia y ahora se tendrá que 
resolver políticamente, ponerlo encima de la mesa de las instituciones y 
estar atentos a sus movimientos. Dicen que ya han empezado a ir hacia la 
independencia. Nosotros no nos lo creeremos hasta que veamos que dan 
pasos concretos.

La hoja de ruta de la ANC finaliza en 2014, con las elecciones de las 
que debería salir una mayoría suficiente para proclamar la 
independencia. ¿La Diada y el previsible adelante electoral cambian el 
calendario?

La hoja de ruta se aprobó siendo conscientes todos de que era flexible y 
que se tiene que ir adaptando. Lo que sí que creo es que el proceso se 
debe llevar a cabo en el corto-medio plazo. Yo antes situaba el proceso 
en 10, 12 o 15 años, pero ahora será mucho más rápido.

Al día siguiente de la Diada empezó la lucha por ver quién capitalizaba 
la manifestación de Barcelona. ¿Qué les parecen estos movimientos y, 
sobre todo, los de Mas?

Son una señal de que no quieren perder impulso, por eso hablan ya de ir 
hacia la independencia. Lo que pasa es que la palabra no la dicen nunca. 
Ahora, no es demasiado de fiar. Ellos estarían de acuerdo con una 
independencia que pudiesen controlar. Ahora tienen una oportunidad, 
porque todavía están arriba del todo y no quieren perder el centro del 
control político, pero estaremos atentos para que no enreden a la gente.

¿Si no dan ese paso del que habla, se arriesgan a perder la centralidad 
política del país?

Claro, es eso. Lo han captado y la quieren mantener. Pero ahí está 
también nuestra lucha, en conseguir que los contenidos no dependan de 
Convergéncia. A ellos lo que les interesa es el modelo que hay ahora, 
pero eso no podrá ser, porque la gente no lo aceptará, por muy 
desinformada o despolitizada que esté. Esta ilusión por la independencia 
viene también porque todo el mundo intuye que la salida debe ser otra 
cosa, no la que hay ahora en el Estado español.

La ANC ha dejado clara su intención de no convertirse en un partido 
político. ¿Qué herramientas tiene para impedir ser manipulada por la 
clase política?

No queda otra que definir su espacio. Elaborar un discurso propio, que 
en principio ya se ha ido haciendo y no es el mismo que el de 
Convergència, que todavía no ha construido un discurso independentista. 
Aunque ya han avanzado algunas cosas, que son preocupantes, como la de 
que hay que empezar a crear estructuras de Estado. Eso quiere decir que 
nos tenemos que empezar a preparar porque las estructuras de Estado de 
un partido como CiU ya sabemos cuáles serán. Hay que tener en cuenta que 
la mayoría de la Assemblea no es de tendencia convergente, es más de 
este soberanismo espontáneo, y en el momento de las decisiones nos 
favorece a nosotros, que llevamos toda la vida en el independentismo. 
Yo, sin hacer nada de propaganda, salí escogido vicepresidente. Pero 
bueno, es muy difícil hacer política allí dentro, aunque hay que ir 
haciéndolo.

Desde de la izquierda, sobre todo de sectores de la Esquerra 
Independentista, acusan a la ANC de falta de discurso más allá de la 
independencia. ¿Para cuándo un debate sobre el modelo de Estado que se 
quiere lograr?

Bueno, eso está previsto desde el comienzo y el debate está en marcha, 
con una comisión que trata el tema. Dentro de la hoja de ruta, se ha 
previsto también elaborar unas bases constitucionales. A nivel práctico 
hay unos debates muy intensos, porque hay todo un sector que cree que la 
Assemblea se tiene que posicionar de manera regular junto a las 
movilizaciones populares y otro que no quiere que se diga nada más 
aparte de la independencia. Es una lucha constante.

¿Esta transversalidad hace perder discurso político?

Sí, está claro. Pero la gente también ve que hay que ir posicionándose y 
creo que lo hará hacia posiciones de centroizquier- da. Pero es que la 
Assemblea tampoco lo tiene que hacer todo, va abriendo camino pero llega 
hasta donde llega, no es un frente político ni un partido político. Los 
dos ejes claros son la independencia y la otra, que tiene mucha cuerda, 
la radicalización democrática.

¿Hay una renuncia a la territorialidad de los Països Catalans?

No. La formulación que hay es que la nación catalana son los Països 
Catalans. Pero se basa también en el hecho de que los procesos no son 
los mismos en todos los sitios. Lo que hay que hacer es articularlo, 
aunque haya quien no hará nada por hacerlo. Lo que sí hay que respetar 
es el tiempo que necesitan, por ejemplo en el País Valencià y las Illes, 
para hacer trabajo de masas.

Usted es militante histórico de la Esquerra Independentista, ¿Cuál cree 
que debe ser el papel de la EI en este proceso y qué debe hacer para 
cumplirlo?

Lo primero que tiene que hacer es organizarse en un organismo político 
de masas. Yo soy también del MDT y defendemos que esta organización de 
masas debe ser la CUP, pero tenemos muchas dificultades para hacerlo. La 
gente se mueve más por simbolismos que por hechos políticos.

Para acabar, aunque el camino sea todavía muy largo, ayer se empezó 
abrir una puerta hacia la independencia de Catalunya. ¿Cuáles son las 
claves para mantener esa puerta abierta y conseguir cruzarla?

Yo creo que el problema, y es mi opinión personal, no es tanto si 
conseguiremos la independencia o no, que sí que la conseguiremos, sino 
si la independencia la declarará Convergència o la declarará la 
izquierda. Tal cual están las cosas ahora, lo hará Convergència. Si la 
Esquerra Independentista no se espabila, no tendremos un Estado como el 
de ahora, porque la gente presionará para que cambie, pero costará mucho 
tener un Estado para avanzar hacia el socialismo. En cambio, si fuesen 
más protagonistas, podrían intervenir más.

Cataluña llamará a un referendo para consultar a su población sobre la independencia de España.

*CATALUÑA*

Viernes, 14 de Septiembre de 2012

mas_arturBarcelona.- El presidente de la comunidad autónoma española de 
Cataluña, Artur Mas, se pronunció hoy aquí por la celebración de un 
referendo para conocer si la mayoría de los catalanes quieren la 
separación de este país europeo.


En un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Forum en un 
hotel madrileño, el mandatario regional aseguró que su autonomía 
necesita un Estado propio.


Según su criterio, Cataluña ha fracasado en su esfuerzo de décadas por 
transformar el Estado español en un "Estado amable en el que Cataluña 
pudiera encajar bien".


El proceso para la transición ya está en marcha, como lo estuvo en 
España hace 30 años, y no se puede negar lo que es un clamor en la 
calle, precisó en referencia a la multitudinaria manifestación que el 
pasado martes reclamó en Barcelona la independencia catalana.


Bajo el lema Cataluña, nuevo Estado de Europa, un millón y medio de 
personas colapsaron las principales arterias de la ciudad Condal para 
exigir al gobierno conservador de Mariano Rajoy un pacto fiscal más 
justo para esa región del noreste español.


Aunque fue convocada por la plataforma independentista Asamblea Nacional 
Catalana, la marcha fue alentada desde el ejecutivo regional, dirigido 
por el partido Convergencia y Unión (CyU, derecha nacionalista catalana).


Si no se interpreta así la marcha (como un proceso de transición), se 
cometerá otro gravísimo error, advirtió Mas, quien propuso que si hay 
dudas, se consulte al pueblo catalán para conocer su posición 
mayoritaria, si se considera una nación.


El presidente de la Generalitat (Gobierno catalán) explicó que la 
velocidad de esa transformación dependerá del resultado del encuentro 
que mantendrá con Rajoy el venidero día 20.


Aseveró que su comunidad autónoma aporta mucho a este país y a cambio 
recibe una invasión competencial permanente o una financiación siempre 
por debajo de la población.


Con el argumento de que Cataluña aporta al Estado español 16 mil 
millones de euros más de los que recibe -cifra que otros analistas 
rebajan a 12 mil millones-, CyU demanda a Rajoy un nuevo pacto fiscal 
para la región más rica de España en términos de PIB per cápita.


Se ha producido un sentimiento de fatiga mutua, porque desde Cataluña 
"se ayuda todo lo que se puede, incluso más y no se la entiende", 
mientras que en España se tiene la sensación de que Cataluña "siempre 
pide y se queja", subrayó Mas.