lunes, 9 de septiembre de 2013

En una entrevista con la televisión pública estadounidense, el presidente sirio Bashar Al Assad negó nuevamente haber sido él el que dio la orden para atacar Damasco con armas químicas, hecho que dejo 1500 civiles muertos.

Al-Asad

Esta semana, el Congreso norteamericano debatirá sí ratifica la intervención estadounidense en Siria. En ese marco, el presidente Al Assad negó haber ordenado el ataque química contra civiles perpetrado a fines de agosto.
El mandatario sirio eligió hablar con PBS, la televisión pública estadounidense y, aunque la entrevista se emitirá mañana lunes, el periodista que la realizó, Charlie Rose, adelantó algunas de las ideas centrales, informó la agencia de noticias ANSA.
“Al Assad negó que tuviera algo que ver con ese ataque”, manifestó a la cadena norteamericana CBS el conocido entrevistador de PBS, minutos después de dialogar con el mandatario sirio.
Asimismo agregó que Al Assad “quería darle un mensaje al pueblo estadounidense de que no resultó en una buena experiencia que se involucren en guerras y conflictos” en Medio Oriente.
El 21 de agosto pasado, la oposición armada siria denunció que el gobierno de Al Assad había lanzado un ataque químico contra un barrio de las afueras de Damasco, en el que murieron más de 1.500 civiles. A partir de esa denuncia, Estados Unidos, Francia y Reino Unido piden responder a esa masacre con un ataque militar.
Sin embargo, el presidente sirio repitió que “no hay evidencia de que usé armas químicas contra mi propio pueblo” y además desafió al gobierno de Barack Obama a que “si de hecho tiene evidencia, debería mostrarla y defender su postura”.
A la tensa situación se le suma una nueva denuncia de la Coalición Nacional Siria (CNFROS), realizada en el día de ayer, según la cual el gobierno de Al Assad habría lanzado un ataque con un “gas extraño” contra zonas residenciales del barrio capitalino de Al Qabun.
Pese a que los investigadores de la ONU aún no determinaron quién lanzó ese devastador ataque, el gobierno sirio o las milicias opositoras, la Casa Blanca sostiene que tiene evidencias que fue ordenado por el propio presidente Al Assad y, por lo tanto, reclama un ataque militar contra el Estado sirio.

La presidente Cristina Fernández de Kirchner tras mantener varios encuentros bilaterales en el marco de la Cumbre del G-20 y de realizar la foto de cierre de la jornada, partió con destino a Buenos Aires.

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Si bien la edición 2013 del G20 reunido en esta ciudad del norte de Rusia abordó los temas de la agenda preestablecida relativos a la crisis financiera y el empleo, la cuestión de la situación en Siria donde a raíz del conflicto ya se cuentan en más de 110 mil los muertos, resultó el tema central de todas las deliberaciones.
“No se pueden evitar muertes con más muertes”, dijo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en un tramo de su mensaje al plenario del foro y esa idea pareció resumir no sólo la firme postura argentina, sino la de muchos otros países, entre ellos, la de dos de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Rusia y China que se negaron a avalar una intervención de EE.UU. en Siria bajo el pretexto del presunto ataque con armas químicas.
Tanto Xi Jimpin el líder chino, como Valdimir Putin mandamás del Kremlin, fueron imperturbables en sus posiciones al punto de que el presidente ruso prometió “ayuda a Siria” en caso de un ataque de la Casa Blanca y el presidente chino le dijo “personalmente” a Barack Obama que “un ataque militar no puede resolver el problema de raiz”.
La carta del papa Francisco recibida y leída por Putin al G20 en la que pidió “evitar una masacre” en Siria también fue utilizada por uno de los países europeos como Italia para fundamentar su “absoluto rechazo” al plan de Obama.
En tanto, el presidente de Estados Unidos en una conferencia de prensa al cierre de la cumbre, no solo ratificó la postura de su país, como era de esperar, sino que dijo:”Seguimos pensando que el gobierno de (Bashar) Al Asad usó esas armas, y es una tragedia. También es una amenaza para los países vecinos y para todo Medio Oriente porque pueden caer en manos de grupos insurgentes”.