El Wetripantu, los ciclos naturales y la administración de los recursos pesqueros
(AW) ¿No sería lógico pensar que la explotación de los recursos marinos vivos también debería respetar estos ciclos anuales? ¿Por qué el calendario de la administración y ordenamiento de los recursos pesqueros está basado en la fijación de cuotas de enero a diciembre; es decir, un criterio de administración política heredada de los colonizadores que funcionaban de acuerdo al calendario del Hemisferio Norte?.
Por: Eduardo Tarifeño
Departamento de Zoología,
Universidad de Concepción
Junio de 2014.
La semana pasada fue tema de noticias la celebración del “We Tripantu” que significa “nueva salida del Sol” por los pueblos originarios, fieles a sus cosmovisión que la vida en la Naturaleza ocurre en base a ciclos que se repiten anualmente, determinados por la traslación de la Tierra alrededor del Sol. En esta ceremonia, indistintamente que sea celebrada por mapuches, quechuas, aimaras o atacameños, los pueblos originarios agradecen a la Naturaleza o Madre Tierra, el inicio del nuevo ciclo de la vida e invocan que las cosechas sean abundantes y que la reproducción del ganado sea fecunda.
No hay dudas que estos ciclos naturales (invierno, primavera, verano y otoño) que vemos en la superficie terrestre, también ocurren en los océanos, especialmente en las zonas templadas de latitudes medias, donde los ciclos de abundancia de fitoplancton, de huevos, de larvas y de juveniles, se sincronizan armoniosamente por efectos de señales ambientales que aseguran que todos procesos biológicos ocurran en el momento que corresponde para lograr una mayor eficiencia en los costos energéticos. Así como los campesinos programan la preparación de la tierra, las siembras y las cosechas de acuerdo a estos ciclos naturales, en la acuicultura marina también se puede seguir la secuencia de recolección o captura de semillas o plántulas a fines del invierno o comienzo de primavera, siembras en primavera, crecimiento en verano y cosecha en otoño.
¿No sería lógico pensar que la explotación de los recursos marinos vivos también debería respetar esto ciclos anuales? ¿Por qué el calendario de la administración y ordenamiento de los recursos pesquero está basado en la fijación de cuotas de enero a diciembre; es decir, un criterio de administración política heredada de los colonizadores que funcionaban de acuerdo al calendario del Hemisferio Norte? A lo mejor, las evaluaciones de stock e indirectas tienen un sesgo importante al ejecutarse en períodos donde las abundancias de huevos y larvas y la composición de talla-edad de las poblaciones no están en su momento máximo de abundancia. Es más, es conocido que los ciclos naturales no ocurren todos los años exactamente en las mismas fechas de calendarios, por lo que los programas de muestreos y/ evaluaciones deberían considerar estas variables. ¿Qué pasaría si las cuotas de pesca extractivas fueran asignadas dentro de un calendario de julio-junio y no de enero-diciembre como lo indica la ley?
Al parecer, nuestra manera de observar la naturaleza está distorsionada por un “calendario de administración política” que es ajeno a nuestra realidad ambiental. Este sincretismo está claramente demostrado en la declaración del”Día Nacional de los Pueblos Indígenas” (¿por qué no “Pueblos Originarios”?) que establece por ley el 24 de Junio (día de San Juan) para dicha conmemoración, cuando en realidad debiera ser el 21 de junio, día cuando astronómicamente ocurre el solsticio de invierno, evento cósmico que marca el comienzo del renacer de la Naturaleza. Este día fue establecido por el Estado de Chile el 24 de junio de 1998, mediante Decreto Supremo N° 158 durante el Gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruz-Tagle. No hay que olvidar, que los colonizadores tenían por misión de fe, borrar toda huella de “paganismo” (así se interpretaba el We Tripantu) cambiando esta conmemoración autóctona de miles de años por el calendario católico y rendir homenaje a uno de sus principales santos. Ojalá que el futuro Ministerio de Asuntos Indígenas, propuesto recientemente por Gobierno de la Presidenta Bachelet, cambie esta gran aberración de interpretación histórico-antropológica.
Eduardo Tarifeño Silva, Biólogo Marino, Ph.D.
Departamento de Zoología, Universidad de Concepción
Ex Presidente “Corporación WALLMAPU” Pro recuperación Laguna Grande, San Pedro de la Paz, Región del Biobío.
Extractada de Ecoceanos.
Por: Eduardo Tarifeño
Departamento de Zoología,
Universidad de Concepción
Junio de 2014.
La semana pasada fue tema de noticias la celebración del “We Tripantu” que significa “nueva salida del Sol” por los pueblos originarios, fieles a sus cosmovisión que la vida en la Naturaleza ocurre en base a ciclos que se repiten anualmente, determinados por la traslación de la Tierra alrededor del Sol. En esta ceremonia, indistintamente que sea celebrada por mapuches, quechuas, aimaras o atacameños, los pueblos originarios agradecen a la Naturaleza o Madre Tierra, el inicio del nuevo ciclo de la vida e invocan que las cosechas sean abundantes y que la reproducción del ganado sea fecunda.
No hay dudas que estos ciclos naturales (invierno, primavera, verano y otoño) que vemos en la superficie terrestre, también ocurren en los océanos, especialmente en las zonas templadas de latitudes medias, donde los ciclos de abundancia de fitoplancton, de huevos, de larvas y de juveniles, se sincronizan armoniosamente por efectos de señales ambientales que aseguran que todos procesos biológicos ocurran en el momento que corresponde para lograr una mayor eficiencia en los costos energéticos. Así como los campesinos programan la preparación de la tierra, las siembras y las cosechas de acuerdo a estos ciclos naturales, en la acuicultura marina también se puede seguir la secuencia de recolección o captura de semillas o plántulas a fines del invierno o comienzo de primavera, siembras en primavera, crecimiento en verano y cosecha en otoño.
¿No sería lógico pensar que la explotación de los recursos marinos vivos también debería respetar esto ciclos anuales? ¿Por qué el calendario de la administración y ordenamiento de los recursos pesquero está basado en la fijación de cuotas de enero a diciembre; es decir, un criterio de administración política heredada de los colonizadores que funcionaban de acuerdo al calendario del Hemisferio Norte? A lo mejor, las evaluaciones de stock e indirectas tienen un sesgo importante al ejecutarse en períodos donde las abundancias de huevos y larvas y la composición de talla-edad de las poblaciones no están en su momento máximo de abundancia. Es más, es conocido que los ciclos naturales no ocurren todos los años exactamente en las mismas fechas de calendarios, por lo que los programas de muestreos y/ evaluaciones deberían considerar estas variables. ¿Qué pasaría si las cuotas de pesca extractivas fueran asignadas dentro de un calendario de julio-junio y no de enero-diciembre como lo indica la ley?
Al parecer, nuestra manera de observar la naturaleza está distorsionada por un “calendario de administración política” que es ajeno a nuestra realidad ambiental. Este sincretismo está claramente demostrado en la declaración del”Día Nacional de los Pueblos Indígenas” (¿por qué no “Pueblos Originarios”?) que establece por ley el 24 de Junio (día de San Juan) para dicha conmemoración, cuando en realidad debiera ser el 21 de junio, día cuando astronómicamente ocurre el solsticio de invierno, evento cósmico que marca el comienzo del renacer de la Naturaleza. Este día fue establecido por el Estado de Chile el 24 de junio de 1998, mediante Decreto Supremo N° 158 durante el Gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruz-Tagle. No hay que olvidar, que los colonizadores tenían por misión de fe, borrar toda huella de “paganismo” (así se interpretaba el We Tripantu) cambiando esta conmemoración autóctona de miles de años por el calendario católico y rendir homenaje a uno de sus principales santos. Ojalá que el futuro Ministerio de Asuntos Indígenas, propuesto recientemente por Gobierno de la Presidenta Bachelet, cambie esta gran aberración de interpretación histórico-antropológica.
Eduardo Tarifeño Silva, Biólogo Marino, Ph.D.
Departamento de Zoología, Universidad de Concepción
Ex Presidente “Corporación WALLMAPU” Pro recuperación Laguna Grande, San Pedro de la Paz, Región del Biobío.
Extractada de Ecoceanos.