VENEZUELA
16 Mar. 2014 - Las acciones violentas ejecutadas como parte de un plan golpista, se ubican solo en algunos municipios del país. El gobierno venezolano ha denunciado que alcaldes de extrema derecha han permitido las llamadas ?guarimbas? en los municipios que lideran.
Venezuela es un territorio de paz, y eso se comprueba en los sectores populares del país, donde prevalece la calma y el apoyo hacia la Revolución Bolivariana. Sin embargo, en municipios de clase media/alta liderados por la extrema derecha, se localizan grupos que por vías violentas buscan lograr lo que no han podido a través del voto popular.
Te mostramos los perfiles de los alcaldes derechistas que han permitido que la violencia se aloje en sus municipios.
Ramón Muchacho (municipio Chacao al este de Caracas).
Fue electo alcalde en los comicios municipales de diciembre 2013. Muchacho es dirigente del partido de extrema derecha Primero Justicia, que ha sido acusado en varias ocasiones por actos de corrupción.
Pese a que visiblemente se muestra en contra de las guarimbas, el alcalde de Chacao presenta un doble discurso, pues no ha tomado medidas en contra de las acciones violentas, que desde hace un mes se registran en ese municipio del este de Caracas. Al respecto, el dignatario Nicolás Maduro le ha hecho públicamente un llamado a la responsabilidad con los habitantes del municipio.
David Smolansky (municipio El Hatillo al este de Caracas).
El alcalde que es comunicador social de profesión se ha mostrado en contra de acatar la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que le exige hacer frente a las barricadas ?con la excusa de no enfrentarse a sus vecinos?.
Sin embargo, son los vecinos quienes han copado su cuenta de Twitter con exigencias relacionadas a la libertad de tránsito, pues las barricadas han generado el colapso del municipio. Smolansky se ha mostrado leal a su partido de extrema derecha, Voluntad Popular -liderado por el desestabilizador Leopoldo López- con el apoyo a las protestas violentas que suponen la tranca de calles y el encierro de los habitantes por temor a perder la vida.
Gerardo Blyde (municipio Baruta al este de Caracas).
El alcalde de Baruta, que ha sido militante de Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo (extrema derecha) no contó con el apoyo de estas toldas en las elecciones internas del partido inicialmente. Sin embargo, tras la ausencia del candidato electo por la mesa de la Unidad, debió postularse a los comicios municipales del pasado mes de diciembe.
Blyde vuelve a sentir la desaprobación del pueblo al no fijar posición sobre las barricadas, pues es deber de la autoridad municipal mantener el orden en la zona, que está parcialmente intransitable por la cantidad de basura que dejan los manifestantes. Asimismo, el alcalde se ha negado públicamente a impartir orden ante las acciones vandálicas que han generado incalculables destrozos en el lugar.
Carlos Ocariz (municipio Sucre al este de Caracas).
El alcalde de Sucre también es militante del partido Primero Justicia y en su historial tiene múltiples acusaciones de descuidar el municipio y de no recolectar la basura después de realizar sus actos políticos.
En Sucre se registraron los hechos violentos en Los Ruices que dejaron dos personas muertas e incalculables daños materiales en la zona. El Gobierno nacional determinó que los impactos de balas fueron perpetrados por francotiradores, lo que pone en jaque la eficacia del cuerpo de seguridad Polisucre.
Daniel Ceballos (alcalde de San Cristóbal, capital del estado Táchira)
El alcalde de San Cristóbal ha expresado públicamente que no se sentará a dialogar en las mesas de paz que ha instalado el gobierno venezolano. Ceballos es militante del partido Voluntad Popular, el cual está ligado al financiamiento extranjero, según ha indicado el Gobierno nacional.
En Táchira (occidente), estado fronterizo con Colombia, se ha registrado la presencia de paramilitares que actúan deliberadamente a favor de la extrema derecha con el objetivo de derrocar a Nicolás Maduro y se ha decomisado armamento que deja al descubierto el carácter violento de su protesta.
16 Mar. 2014 - Las acciones violentas ejecutadas como parte de un plan golpista, se ubican solo en algunos municipios del país. El gobierno venezolano ha denunciado que alcaldes de extrema derecha han permitido las llamadas ?guarimbas? en los municipios que lideran.
Venezuela es un territorio de paz, y eso se comprueba en los sectores populares del país, donde prevalece la calma y el apoyo hacia la Revolución Bolivariana. Sin embargo, en municipios de clase media/alta liderados por la extrema derecha, se localizan grupos que por vías violentas buscan lograr lo que no han podido a través del voto popular.
Te mostramos los perfiles de los alcaldes derechistas que han permitido que la violencia se aloje en sus municipios.
Ramón Muchacho (municipio Chacao al este de Caracas).
Fue electo alcalde en los comicios municipales de diciembre 2013. Muchacho es dirigente del partido de extrema derecha Primero Justicia, que ha sido acusado en varias ocasiones por actos de corrupción.
Pese a que visiblemente se muestra en contra de las guarimbas, el alcalde de Chacao presenta un doble discurso, pues no ha tomado medidas en contra de las acciones violentas, que desde hace un mes se registran en ese municipio del este de Caracas. Al respecto, el dignatario Nicolás Maduro le ha hecho públicamente un llamado a la responsabilidad con los habitantes del municipio.
David Smolansky (municipio El Hatillo al este de Caracas).
El alcalde que es comunicador social de profesión se ha mostrado en contra de acatar la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que le exige hacer frente a las barricadas ?con la excusa de no enfrentarse a sus vecinos?.
Sin embargo, son los vecinos quienes han copado su cuenta de Twitter con exigencias relacionadas a la libertad de tránsito, pues las barricadas han generado el colapso del municipio. Smolansky se ha mostrado leal a su partido de extrema derecha, Voluntad Popular -liderado por el desestabilizador Leopoldo López- con el apoyo a las protestas violentas que suponen la tranca de calles y el encierro de los habitantes por temor a perder la vida.
Gerardo Blyde (municipio Baruta al este de Caracas).
El alcalde de Baruta, que ha sido militante de Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo (extrema derecha) no contó con el apoyo de estas toldas en las elecciones internas del partido inicialmente. Sin embargo, tras la ausencia del candidato electo por la mesa de la Unidad, debió postularse a los comicios municipales del pasado mes de diciembe.
Blyde vuelve a sentir la desaprobación del pueblo al no fijar posición sobre las barricadas, pues es deber de la autoridad municipal mantener el orden en la zona, que está parcialmente intransitable por la cantidad de basura que dejan los manifestantes. Asimismo, el alcalde se ha negado públicamente a impartir orden ante las acciones vandálicas que han generado incalculables destrozos en el lugar.
Carlos Ocariz (municipio Sucre al este de Caracas).
El alcalde de Sucre también es militante del partido Primero Justicia y en su historial tiene múltiples acusaciones de descuidar el municipio y de no recolectar la basura después de realizar sus actos políticos.
En Sucre se registraron los hechos violentos en Los Ruices que dejaron dos personas muertas e incalculables daños materiales en la zona. El Gobierno nacional determinó que los impactos de balas fueron perpetrados por francotiradores, lo que pone en jaque la eficacia del cuerpo de seguridad Polisucre.
Daniel Ceballos (alcalde de San Cristóbal, capital del estado Táchira)
El alcalde de San Cristóbal ha expresado públicamente que no se sentará a dialogar en las mesas de paz que ha instalado el gobierno venezolano. Ceballos es militante del partido Voluntad Popular, el cual está ligado al financiamiento extranjero, según ha indicado el Gobierno nacional.
En Táchira (occidente), estado fronterizo con Colombia, se ha registrado la presencia de paramilitares que actúan deliberadamente a favor de la extrema derecha con el objetivo de derrocar a Nicolás Maduro y se ha decomisado armamento que deja al descubierto el carácter violento de su protesta.