Según el Índice de Percepción de la Corrupción que elabora la ONG Transparency International: ‘Chile y Uruguay aparecen como los países menos corruptos de América Latina mientras que Venezuela es el más corrupto’.
La lista de los 176 países estudiados la encabezan, Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda que obtienen unas notas de 90 puntos de los 100 puntos posibles.
En el continente americano, la lista la encabeza Canadá, que aparece en el puesto 9 con una nota de 84 puntos, seguido de Barbados, en el 15º, y Estados Unidos en el 19º.
Entre los latinoamericanos, Chile y Uruguay, son los menos corruptos y comparten el puesto 20 con una nota de 72 puntos de los 100, que refleja el máximo nivel de transparencia.
Después hay que llegar al puesto 48º para ver a otro latinoamericano, Costa Rica, con 54 puntos, seguida en el 58º por Cuba y en el 69º por Brasil.
La posición 83 la comparten El Salvador, Jamaica, Panamá y Perú, Colombia aparece en la posición 94, Argentina en la 102, Bolivia y México en la 105.
Guatemala está en el 113º, la República Dominicana en el 118, Nicaragua en el 130, Honduras 133, Paraguay 150. Venezuela cierra la lista en el puesto 165, que comparte con Haití, con una nota de 19 puntos, solo por delante de países como Afganistán, Corea del Norte, Somalia o Irak, entre los más corruptos del mundo.
La constatación más triste para Transparency es que dos tercios de los 176 países clasificados en el Índice de Percepción de la Corrupción 2012 obtienen una puntuación inferior a 50 puntos. Ello demuestra que las instituciones públicas ‘deben incrementar su transparencia y que los funcionarios en puestos de poder deben rendir cuentas de manera más rigurosa’, dice el informe.
Y es que “las sociedades continúan pagando el alto costo que supone la corrupción”, advierte Huguette Labelle, presidenta de Transparency International.
La experta recomienda que los gobiernos “incorporen acciones contra la corrupción en todas las decisiones públicas y adopten una postura más firme contra el abuso de poder”.
En particular, se deberían definir reglas más efectivas sobre los lobby y la financiación política, mayor transparencia en los procesos de contratación y gasto público, y mayor rendición de cuentas de organismos públicos a la población.
“La corrupción es el problema mundial del que más se habla”, advierte por su parte Cobus de Swardt, director ejecutivo de Transparency International.
Pero de Swardt apunta sobre todo a las principales economías del mundo que son las que deberían “dar ejemplo y asegurarse de que sus instituciones sean completamente transparentes y que sus líderes rindan cuentas por sus decisiones”.
“Se trata de una condición crucial, ya que estas instituciones son fundamentales para impedir que la corrupción se propague a nivel mundial”, aseguró de Swardt.
Transparency realiza esta lista, que se limita a reflejar la percepción de la corrupción, y no tanto el problema en sí, con datos recabados por 13 instituciones internacionales, entre ellas el Banco Mundial, los bancos asiático y africano de desarrollo o el Foro Económico Mundial.
Fuente:NA