martes, 30 de diciembre de 2014

Cambio climático.

Aunque las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan y el incremento de la temperatura del planeta no supere los 2ºC en este siglo, el costo de la adaptación al cambio climático de los países en desarrollo podría duplicar o triplicar las estimaciones anteriores –entre 70.000 y 100.000 millones de dólares anuales–, antes de 2050.

Así lo advierte un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) presentado hoy en Lima, en el marco de la 20ª Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático. El documento sobre la brecha de adaptación hace una evaluación preliminar de las distancias existentes en los ámbitos económico, tecnológico y de conocimiento y establece un marco de trabajo para definir y superar estas disparidades en el futuro.

El vicedirector ejecutivo del PNUMA, Ibrahim Thiaw, presentó el documento en Lima.

“La adaptación al cambio climático es una meta de todos. Todos los países del mundo tendrán que adaptarse al cambio climático. Sin embargo, sabemos que los países en desarrollo son más vulnerables y cuentan con menos capacidades para lidiar con el fenómeno, es por eso que el informe se concentra específicamente en ellos”, explicó.

El informe concluye que, a pesar de que la financiación para la adaptación proveniente de fuentes públicas alcanzó unos 26.000 millones de dólares en el periodo 2012-2013, después de 2020 surgirá una brecha significativa a menos que se provean fondos adicionales para tal fin.

Asimismo, apunta que si no se toman más medidas con miras a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el costo de la adaptación se elevará todavía más, pues será necesario implementar acciones más amplias y caras para proteger a las comunidades de las consecuencias cada vez más intensas del cambio climático, tales como las sequías, las inundaciones y elevación del nivel del mar.

Unasur.

La presidente Cristina Fernández afirmó ayer que la nueva sede del secretariado general de la Unasur, inaugurada hoy en Quito, Ecuador, “tiene como destinatarias a las generaciones de jóvenes que se incorporarán a la política”.

Señaló que el edificio “representa algo más que la Unasur: representa la historia sufriente de nuestros pueblos desde la misma emancipación, y esta segunda batalla que estamos dando en este siglo XXI que es la de la independencia económica y la reconstrucción cultural de nuestras naciones”.

Acompañada sus pares de la Unasur la mandataria argentina expresó su emotivo agradecimiento a la institución por haber decidido bautizar al edificio con el nombre de Néstor Kirchner, quien, afirmó, “vino desde el sur” y “ha terminado en el centro del mundo “, la ciudad Mitad del Mundo, ubicada 15 kilómetros al norte de la capital ecuatoriana, donde se encuentra el punto que divide a los dos hemisferios del planeta.

Al iniciar su discurso, Cristina sostuvo que en esta jornada “se entremezclan en mi profundas convicciones políticas, pero también recuerdos históricos y memorables”.

“Es cierto –dijo- que hoy estamos inaugurando un magnífico edificio” pero “antes que esta construcción –advirtió- hubo otra construcción, la de hombres y mujeres que, elegidos democráticamente por sus pueblos, decidieron comenzar un tipo de construcción diferente a la de las distintas organizaciones multilaterales reconocidas hasta entonces”.

Afirmó que “fue una construcción de día a día, año a año y golpe a golpe” y aclaró que “no estoy utilizando una palabra al azar: este edificio reconoce construcciones previas como la que llevamos a cabo en la Casa de la Moneda, cuando nos reunimos los distintos mandatarios de la Unasur para parar literalmente el golpe contra nuestro compañero Evo Morales en Bolivia”. “También –continuó- tiene construcciones previas, como cuando en Buenos Aires nos convocamos para defender el gobierno de Rafael Correa que querían derrocar por un golpe suave , no de las fuerzas armadas sino de las policiales”.

“Esta construcción –siguió- también reconoce la tarea que hicimos cuando detuvimos un enfrentamiento por la violación de la soberanía de Ecuador en Santo Domingo, acompañando a Rafael en sus justos reclamos”.