domingo, 16 de septiembre de 2012

La histórica manifestación del martes ha marcado un nuevo suelo hacia la independencia catalana.

*CATALUÑA
CATALUNYA SE JUEGA SU FUTURO


    «O CiU declara la independencia o lo hará la izquierda»

Carles Castellanos

Vicepresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC)

Carles Castellanos es uno de los supervivientes históricos de la 
Esquerra Independentista de los Països Catalans. Fundador del Partit 
Socialista d'Alliberament Nacional (PSAN) a finales de los 60, su 
militancia le ha llevado en más de una ocasión a conocer el exilio y la 
cárcel. Traductor de oficio, hoy en día compagina su actividad en el 
Moviment de Defensa de la Terra (MDT) con la vicepresidencia de la 
Assemblea Nacional Catalana (ANC), aunque en esta entrevista responde a 
nivel estrictamente personal.

Beñat ZALDUA | BARCELONA

La resaca de la Diada del pasado 11 de setiembre sigue sacudiendo, tres 
días después, la arena política catalana y española. Entre los temas a 
debate, el camino que debe seguir la ANC -convocante de la marcha más 
multitudinaria de la historia de Catalunya-, en su objetivo de avanzar 
hacia la independencia, evitando, al mismo tiempo, convertirse en una 
herramienta fácilmente manipulable por CiU.

¿Comparte la impresión formulada por Lluis Llach cuando dice que estamos 
ante el inicio de una nueva época?

Sí, es verdad. Es un movimiento que viene de fondo, que interpreta los 
intereses de la población y que consigue que la gente se identifique con 
un objetivo político que es la independencia. Después de la Diada, este 
objetivo ha adquirido todavía más relevancia y ahora se tendrá que 
resolver políticamente, ponerlo encima de la mesa de las instituciones y 
estar atentos a sus movimientos. Dicen que ya han empezado a ir hacia la 
independencia. Nosotros no nos lo creeremos hasta que veamos que dan 
pasos concretos.

La hoja de ruta de la ANC finaliza en 2014, con las elecciones de las 
que debería salir una mayoría suficiente para proclamar la 
independencia. ¿La Diada y el previsible adelante electoral cambian el 
calendario?

La hoja de ruta se aprobó siendo conscientes todos de que era flexible y 
que se tiene que ir adaptando. Lo que sí que creo es que el proceso se 
debe llevar a cabo en el corto-medio plazo. Yo antes situaba el proceso 
en 10, 12 o 15 años, pero ahora será mucho más rápido.

Al día siguiente de la Diada empezó la lucha por ver quién capitalizaba 
la manifestación de Barcelona. ¿Qué les parecen estos movimientos y, 
sobre todo, los de Mas?

Son una señal de que no quieren perder impulso, por eso hablan ya de ir 
hacia la independencia. Lo que pasa es que la palabra no la dicen nunca. 
Ahora, no es demasiado de fiar. Ellos estarían de acuerdo con una 
independencia que pudiesen controlar. Ahora tienen una oportunidad, 
porque todavía están arriba del todo y no quieren perder el centro del 
control político, pero estaremos atentos para que no enreden a la gente.

¿Si no dan ese paso del que habla, se arriesgan a perder la centralidad 
política del país?

Claro, es eso. Lo han captado y la quieren mantener. Pero ahí está 
también nuestra lucha, en conseguir que los contenidos no dependan de 
Convergéncia. A ellos lo que les interesa es el modelo que hay ahora, 
pero eso no podrá ser, porque la gente no lo aceptará, por muy 
desinformada o despolitizada que esté. Esta ilusión por la independencia 
viene también porque todo el mundo intuye que la salida debe ser otra 
cosa, no la que hay ahora en el Estado español.

La ANC ha dejado clara su intención de no convertirse en un partido 
político. ¿Qué herramientas tiene para impedir ser manipulada por la 
clase política?

No queda otra que definir su espacio. Elaborar un discurso propio, que 
en principio ya se ha ido haciendo y no es el mismo que el de 
Convergència, que todavía no ha construido un discurso independentista. 
Aunque ya han avanzado algunas cosas, que son preocupantes, como la de 
que hay que empezar a crear estructuras de Estado. Eso quiere decir que 
nos tenemos que empezar a preparar porque las estructuras de Estado de 
un partido como CiU ya sabemos cuáles serán. Hay que tener en cuenta que 
la mayoría de la Assemblea no es de tendencia convergente, es más de 
este soberanismo espontáneo, y en el momento de las decisiones nos 
favorece a nosotros, que llevamos toda la vida en el independentismo. 
Yo, sin hacer nada de propaganda, salí escogido vicepresidente. Pero 
bueno, es muy difícil hacer política allí dentro, aunque hay que ir 
haciéndolo.

Desde de la izquierda, sobre todo de sectores de la Esquerra 
Independentista, acusan a la ANC de falta de discurso más allá de la 
independencia. ¿Para cuándo un debate sobre el modelo de Estado que se 
quiere lograr?

Bueno, eso está previsto desde el comienzo y el debate está en marcha, 
con una comisión que trata el tema. Dentro de la hoja de ruta, se ha 
previsto también elaborar unas bases constitucionales. A nivel práctico 
hay unos debates muy intensos, porque hay todo un sector que cree que la 
Assemblea se tiene que posicionar de manera regular junto a las 
movilizaciones populares y otro que no quiere que se diga nada más 
aparte de la independencia. Es una lucha constante.

¿Esta transversalidad hace perder discurso político?

Sí, está claro. Pero la gente también ve que hay que ir posicionándose y 
creo que lo hará hacia posiciones de centroizquier- da. Pero es que la 
Assemblea tampoco lo tiene que hacer todo, va abriendo camino pero llega 
hasta donde llega, no es un frente político ni un partido político. Los 
dos ejes claros son la independencia y la otra, que tiene mucha cuerda, 
la radicalización democrática.

¿Hay una renuncia a la territorialidad de los Països Catalans?

No. La formulación que hay es que la nación catalana son los Països 
Catalans. Pero se basa también en el hecho de que los procesos no son 
los mismos en todos los sitios. Lo que hay que hacer es articularlo, 
aunque haya quien no hará nada por hacerlo. Lo que sí hay que respetar 
es el tiempo que necesitan, por ejemplo en el País Valencià y las Illes, 
para hacer trabajo de masas.

Usted es militante histórico de la Esquerra Independentista, ¿Cuál cree 
que debe ser el papel de la EI en este proceso y qué debe hacer para 
cumplirlo?

Lo primero que tiene que hacer es organizarse en un organismo político 
de masas. Yo soy también del MDT y defendemos que esta organización de 
masas debe ser la CUP, pero tenemos muchas dificultades para hacerlo. La 
gente se mueve más por simbolismos que por hechos políticos.

Para acabar, aunque el camino sea todavía muy largo, ayer se empezó 
abrir una puerta hacia la independencia de Catalunya. ¿Cuáles son las 
claves para mantener esa puerta abierta y conseguir cruzarla?

Yo creo que el problema, y es mi opinión personal, no es tanto si 
conseguiremos la independencia o no, que sí que la conseguiremos, sino 
si la independencia la declarará Convergència o la declarará la 
izquierda. Tal cual están las cosas ahora, lo hará Convergència. Si la 
Esquerra Independentista no se espabila, no tendremos un Estado como el 
de ahora, porque la gente presionará para que cambie, pero costará mucho 
tener un Estado para avanzar hacia el socialismo. En cambio, si fuesen 
más protagonistas, podrían intervenir más.

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