viernes, 30 de marzo de 2012

El PP llena Madrid de Policía frente a una huelga de piquetes.

ESTADO ESPAÑOL
La asfixiante presencia policial marcó la huelga general en la capital del Estado español. Los piquetes juveniles fueron las principales víctimas, aunque no las únicas. Cerca de 40 personas fueron detenidas en una jornada protagonizada también por los piquetes.


Alberto PRADILLA

«No había visto Policía a caballo desde finales de los años 70». Paco García, sindicalista de CCOO, expresaba su sorpresa ante el fuerte cordón impuesto por los agentes en las cocheras de Elipa, uno de los puntos de arranque del transporte público en Madrid. Eran las 04.00 y varias decenas de uniformados rodeaban al piquete, formado por medio millar de personas y obligado a permanecer lejos de la puerta de acceso. De ahí salen los servicios mínimos, pactados con las centrales, pero la asfixiante presencia policial no daba espacio más que para lanzar algunas consignas. Un pequeño grupo de manifestantes, todos ellos ajenos a los principales sindicatos, trataban de cerrar el paso al bus. La carretera, una línea recta en paralelo al cementerio de la Almudena, se convertía en el escenario de un juego del ratón y el gato que los uniformados cerraban a empujones y amenazas.

Escenas similares se repetían en Fuencarral, con dos personas detenidas, y Carabanchel, donde varios jóvenes eran agredidos y amenazados por los policías. El fuerte despliegue policial simbolizó ayer el pulso lanzado por el Gobierno español a las miles de personas que secundaron la protesta. Los piquetes, muy activos y que según CCOO y UGT, llegaron a sumar a 30.000 participantes, conformaron la otra cara de la moneda de una larga jornada. El mensaje estaba claro: dentro de las convocatorias sindicales no había tanto peligro. Fuera, los riesgos de sufrir una carga o ser detenido se multiplicaban.

«Nos separamos de los sindicatos mayoritarios y nos golpean», protestaba uno de los integrantes de un piquete juvenil que no quiso identificarse pero que venía de sufrir una fuerte carga policial en Lavapiés que se saldó con tres arrestados. Eran las 8 de la mañana. Aunque la jornada era larga. «Tienen orden de cargar y en muchas ocasiones es inevitable», consideraba Óscar, un miembro de UGT, interrogado ante las repetidas agresiones a jóvenes.



Aspecto que presentaba la Puerta del Sol, en Madrid

Helicóptero y patrullas

«La reforma laboral es perjudicial para la gran mayoría. No se puede perder todo sin salir a la calle». Guillermo Errejón, estudiante de Sociología, se expresaba así cuando únicamente pasaba un cuarto de hora de la medianoche. Para entonces, el piquete de la «juventud precaria», con unos 800 intengrantes, ya cortaba parte de la calle Atocha. «Mola, mola, mola, cerramos el McDonalds», coreaban mientras recordaban a quienes todavía se encontraban en el interior de la franquicia que tocaba estar en la calle. Desde ese momento, el sonido del helicóptero policial se convirtió en compañía inseparable. También decenas de patrullas dispersadas por toda la ciudad.

Aunque no todos los jóvenes secundaron las protestas. «Yo solo salgo a la calle el día que gana la selección española», señalaba ufano un postadolescente que esperaba en la cola de una discoteca ubicada en la Gran Vía. El piquete, enarbolando banderas y haciendo sonar sus bocinas, había rodeado a la quincena de clientes que aguardaban tras un cordón de seguridad privada. Un pequeño rifirrafe y, en menos de cinco segundos, un fuerte cordón de antidisturbios, apoyados por agentes municipales, forzaba al grupo a acelerar el paso hacia Cibeles. Eran las o2.00 y ya se había producido la primera carga. Aproximadamente media hora antes, en la plaza de Santa Ana (apenas a cinco minutos de la puerta del Sol), unidades antidisturbios golpeaban a un grupo de unas 300 personas que trataban de convencer a los hosteleros de que cerrar era la mejor opción. Al menos una persona fue detenida. El barrio de Lavapiés también registró cargas.

Con cámaras, menos golpes

Tras el piquete madrugador y los cierres de cocheras, los grupos se dispersaron por el centro. Allí, los ánimos de los agentes comenzaron a subir de tono. Y casi provocan una tragedia. Testigos indicaron que un vehículo policial que circulaba a gran velocidad por Lavapiés, y que perseguía a un piquete por colocar una barricada, terminó estampándose contra otro coche y arrollando a varios viandantes. El resultado: seis heridos. Eran las 8 de la mañana.

A partir de las 11.00, los piquetes iniciaron su momento mediático, concentrados en torno a Sol e inciando el camino hacia Cibeles, donde se cerraron las marchas matutinas. Para entonces, las cámaras ejercían de barrera sicológica para los desmanes policiales.

Por la tarde, miles de personas colapsaron Madrid en la marcha de CCOO y UGT, así como en otras manifestaciones llamadas por otros sindicatos.


La jornada de huelga general culmina con manifestaciones masivas en toda España
170.000 manifestantes en Madrid 
UGT y CC OO piden una negociación y el Gobierno dice que "la senda reformista es imparable"
Industria y Transportes, los sectores más afectados por los paros
176 detenidos en incidentes aislados y 116 heridos, según el Ministerio del Interior

Imagen de la manifestación en la Puerta del Sol de Madrid. / BERNARDO PÈREZ
La jornada de huelga general ha culminado con manifestaciones multitudinarias en toda España. Tras una mañana de declaraciones cruzadas y estimaciones de seguimiento, cientos de miles de personas han secundado las protestas. Las principales marchas, en Madrid y Barcelona, han congregado a 170.000 personas y 275.000 personas respectivamente, según los cálculos de EL PAÍS. Mientras, el Gobierno ha destacado que las marchas han transcurrido con "normalidad" como el resto de la jornada de huelga, que ha tenido un "impacto muy moderado", según ha valorado la directora general de Política Interior, Cristina Díaz, en una comparecencia a última hora de la tarde. La tranquilidad se ha roto, sin embargo, en Barcelona, donde se han registrando fuertes choques entre policías y manifestantes en la cola de la protesta.


En total, los principales sindicatos han convocado protestas en más de un centenar de localidades. Junto con Madrid y Barcelona, miles de personas han salido esta tarde también a las calles de ciudades como Valencia, Bilbao, Alicante o Palma. La marcha de Madrid, con origen en la plaza de Neptuno, ha podido llegar a la puerta del Sol tras una sentencia judicial favorable a la petición de los convocantes. En la cabecera iban los líderes de UGT, Cándido Méndez, y CC OO, Ignacio Fernández Toxo, quienes han hecho un llamamiento a los trabajadores a seguir movilizados hasta que el Ejecutivo acepte modificar la reforma laboral. "El Gobierno ha de pagar las consecuencias" de la nueva ley, ha proclamado Toxo.

En Andalucía, donde las manifestaciones se adelantaron a las horas centrales del día en las principales ciudades, las marchas ya presagiaban la gran afluencia de gente que luego se ha vivido en otras puntos. La principal marcha, en Sevilla, ha tenido que adelantar una hora la salida de su cabecera por el gran número de personas que congregadas en Puerta de Carmona, donde arrancaba. En Galicia, donde también se han celebrado las manifestaciones en torno al mediodía, estas han sido de nuevo masivas.






Las movilizaciones, como casi siempre, han finalizado con la habitual guerra de cifras. El Gobierno ha calculado en 800.000 los manifestantes en toda España, mientras que los sindicatos han estimado en 900.000 los manifestantes de Madrid (sin cifras oficiales al término de la misma), en 800.000 los de Barcelona (diez veces menos según la Guàrdia Urbana) y en 250.000 los de Valencia (35.000 según la policía local). EL PAÍS ha realizado sus propios cálculos en estas tres marchas, las más multitudinarias, con resultados de 170.000 asistentes en la capital, 275.000 en Barcelona y 98.000 en Valencia.
Los sindicatos piden negociación

Ante el "éxito de convocatoria" que consideran que ha tenido la huelga general contra la reforma laboral, CC OO y UGT han tendido ya esta mañana una mano al Gobierno de Mariano Rajoy para negociar una salida a la nueva ley. Sin embargo, han advertido al Ejecutivo de que tiene hasta el próximo 1 de mayo -poco más de un mes- para hacer un gesto o recrudecerán la protesta social. También han avisado de que, en el mismo sentido, examinarán con lupa los Presupuestos Generales, cuyo anteproyecto será aprobado previsiblemente mañana por el Consejo de Ministros.

Pero el Gobierno no ha tardado ni media hora en responder al envite, por boca de la ministra de Empleo, Fátima Báñez. "La senda reformista es imparable", ha afirmado la ministra, quien ha insistido varias veces en que la ley "no se va a cambiar", porque ya recibió el respaldo de cuatro fuerzas políticas (197 diputados) en el Congreso, que es "donde reside la soberanía nacional y es la casa de la palabra, el diálogo y la negociación".








Las centrales han cifrado el seguimiento del paro general en una media ponderada del 77% (el 97% de los trabajadores de la industria, los transportes y la construcción y el 57% en la Administración pública). En cifras, 10.400.000 personas, según ha dicho el líder de CC OO al término de la manifestación en la capital. Tanto Méndez como Toxo han defendido que el paro general ha tenido más incidencia que en las dos últimas convocatorias, en 2002 y 2010. También han anunciado que llevarán la reforma laboral al Defensor del Pueblo y a la Oficina Internacional del Trabajo y que se dirigirán a los grupos parlamentarios del Congreso para que agilicen la tramitación de una Iniciativa Legislativa Popular. Ambos líderes sindicales han subrayado los pocos altercados registrados y la enorme presencia policial. "La paranoia del Gobierno ha derivado en una ocupación de las calles de ciudades como Madrid", se ha quejado Toxo. "[El Ejecutivo] ha intentado, no sé si consciente o inconsciente, convertir la huelga en un conflicto de orden público. Pero no lo ha logrado".

Con todo, los incidentes más importantes se han registrado en Barcelona, donde grupos de violentos han incendiado contenedores en el centro y han lanzado vallas y piedras desde horas antes del arranque de la manifestación, a las seis de la tarde. El consejero de Interior catalán, Felip Puig, ya había advertido esta mañana de que se podrían registrar altercados por parte de "pequeños grupos muy violentos" y había pedido a los manifestantes que aislaran a esos grupos.

Más seguimiento en Industria y Transporte

Los mensajes de los sindicatos

El límite. "Sabemos que España está al límite. Pero también lo sabemos que es porque así lo provoca la política del Gobierno. Y si la política continúa así, es probable que España vaya a estar más al límite, algo que no se puede permitir en ningún caso", asegura Méndez.
La participación. ?Según el último dato disponible, la participación en la huelga oscila entre un 97% de los trabajadores en industrua y construcción, y un 57% en las administraciones públicas. El dato ponderado promedio es el 77%".
Un compromiso. Méndez: "Hay que buscar un compromiso con el Gobierno para remar unidos en la misma dirección?.
Bruselas. El líder de CC OO ha negado que sea la Unión Europea la que impone a España las políticas de recorte, sino que el Gobierno tiene margen de maniobra. ?No cabe la excusa de Bruselas?
Las consecuencias. Toxo ha avisado al Gobierno de las consecuencias de continuar con su política: "El diálogo puede convertir esta huelga en una oportunidad. Si es así, se puede reconvertir la situación. S no habrá un conflicto social creciente, que se hará bien patente el próximo 1 de mayo".
La esperanza. Toxo se ha referido del nuevo escenario que se abre tras la huelga. "El Gobierno tiene mañana una magnífica ocasión para cambiar de rumbo, en diálogo con las organizaciones sociales. El Gobierno habla mucho del diálogo social, pero no lo cumple".
Los sectores de la industria y el transporte han sido los más afectados por la octava huelga general de la democracia, la primera que sufre el Gobierno de Mariano Rajoy. Las fábricas de automoción y metalurgia han quedado prácticamente paradas y el transporte solo ha cumplido los servicios mínimos -establecidos en torno al 30%-, aunque, según los sindicatos, los 28 puertos de interés general han quedado completamente parados. Por comunidades, las de mayor actividad industrial y las más vinculadas al sector portuario han sido precisamente las que mayor incidencia de la huelga han registrado. La patronal CEOE ha considerado en un comunicado que el seguimiento era "desigual" y ha valorado la mayor incidencia del paro en la industria, en las grandes ciudades y en el norte del país.

El comercio ha sido más tímido al sumarse a la huelga, pero tanto en el centro de la capital como en Barcelona se veía tiendas con las persianas medio subidas por la mañana, aunque los grandes almacenes lograban abrir sus puertas a primera hora. Lo que sí ha faltado es la clientela, pese a que el Gobierno ha asegurado que la actividad comercial no ha registrado variaciones respecto a otros días. Una de las anécdotas es la práctica paralización del polígono Cobo Calleja, el más grande de España y situado en Fuenlabrada (Madrid), cuyos propietarios son sobre todo de origen asiático.

El día también arrancaba con pocas complicaciones en los desplazamientos por carretera de primera hora. Según indicaba el Ministerio del Interior a las ocho de la mañana, ni las entradas a Madrid ni las de Barcelona sufrían los habituales atascos. La directora general de Política Interior, que ha ejercido de portavoz durante toda la jornada,afirmaba que el metro y los autobuses de la capital y Barcelona circulaban sin problemas por encima de los servicios mínimos. En el suburbano, los trenes circulaban en hora punta con una afluencia no inferior a los 20 minutos y en el interior no viajaba la aglomeración de viajeros habitual de las primeras horas del día. Ya por la tarde, Díaz ha asegurado que el impacto de los paros ha sido "muy moderado" y ha asegurado que han secundado la huelga un 16,71% de los funcionarios de la administración general del Estado. En las administraciones autonómicas, ha añadido, el seguimiento ha sido del 19,42%, y en administraciones locales de un 15,24%.

Otro de los factores que permite valorar la incidencia de la huelga es la demanda de electricidad, que está revelando notables caídas del consumo esta madrugada, según los datos de Red Eléctrica de España.A las cinco de la mañana, la demanda era de 19.682 megavatios, una caída del 13,5% frente a los 22.746 previstos. A las 7.50, la demanda era de 23.992 megavatios, un 21% menos de lo previsto. A las dos de la tarde, el descenso se moderaba (ya no pesa tanto la industria en el total) y la bajada era del 14,15%. Por la tarde, ha señalado Interior, la caída era del 16,3% a las 18.30.

En el balance de detenidos, Cristina Díaz, ha señalado esta tarde que eran 176 en toda España, de los cuales 42 arrestos correspondían a los Mossos d?Esquadra y 4 a la Ertzaintza. Posteriores datos ofrecidos por la Generalitat han elevado a medio centenar los detenidos en Cataluña. El Ministerio de Interior también ha señalado que las protestas dejan 116 heridos, de los cuales 70 son agentes de policía y 46 son ciudadanos.




Incidentes aislados en la madrugada


Entre estos últimos se encuentra una sindicalista ha resultado herida leve con un arma blanca en la cara en Torrelavega (Cantabria). El autor de la agresión, un hostelero de la localidad, ha sido detenido. Y es que en la madrugada se han vivido algunos momentos de tensión con incidentes aislados. En Murcia, un coche patrulla de la policía ha recibido el impacto de un cóctel molotov pero no se han registrado heridos.

Pero los principales problemas de la madrugada se producían en la apertura de los mercados de abastos. Los mercados centrales de Bilbao y Santander han estado paralizados durante las primeras horas de la jornada, informa Europa Press. En Mercamadrid, el mayor centro de abastos de España, la situación ha vuelto a la normalidad sobre las tres de la madrugada tras algunos incidentes.

La policía ha facilitado la entrada de una veintena de camiones de mercancías a Mercamadrid, donde el seguimiento ha sido "masivo y sin incidentes", después de que algunos piquetes informativos impidieran el acceso. Los agentes también han permitido la apertura de Mercavalencia, un mercado en el que solo han entrado unos tres o cuatro camiones frente al medio millar que accede en una noche normal. En Mercabarna la actividad ha estado "prácticamente" parada.Algunos internautas compartían en Twitter imágenes de barricadas incendiadas con neumáticos en las inmediaciones de este gran mercado de Barcelona a primeras horas del día.


La huelga en Barcelona: «Entrenamiento para los violentos»


Beñat ZALDUA | BARCELONA

«La huelga será un campo de entrenamiento para los violentos». Así de claro lo tenía el conseller de Interior de la Generalitat de Catalunya, Felip Puig, a las ocho de la mañana de ayer. Y en efecto, las decenas de detenidos y heridos a lo largo de la jornada -una cantidad todavía incierta a la hora del cierre de esta edición- dan fe de cómo aprovecharon la jornada de entrenamiento los Mossos d'Esquadra, que pudieron realizar prácticas con todo su arsenal antidisturbios, desde las porras a los gases lacrimógenos, pasando por las ya clásicas pelotas de goma.

A las 18.00 estaba convocada la manifestación unitaria a lo largo del Paseo de Gràcia. Mientras los sindicatos mayoritarios y el arco parlamentario progresista congregaban a miles de huelguistas en lo alto del paseo -900.000 personas según los organizadores, 80.000 según la Guardia Urbana-, los Mossos se encargaron de que la manifestación convocada en la plaza Catalunya por sindicatos alternativos, asambleas de barrio y asociaciones de base no pudiese ni siquiera comenzar.

Tras varias escaramuzas, los mossos cargaron al lado del Corte Inglés de la plaza cuando apenas se había formado la cabecera de la manifestación; acto seguido, comenzó a arder la primera barricada entre manifestantes y Policía, que no dudó en hacer uso de gases lacrimógenos y pelotas de goma, disparándolas a la altura de la cabeza, como demuestra la contusión ocular sufrida por un joven debido al impacto de una pelota en un ojo. A partir de ahí comenzó el juego del gato y el ratón por las calles del centro y del Eixample, disturbios que todavía duraban bien entrada la noche.

Pero la actuación de la Policía catalana había comenzado bastante antes, sin necesidad de provocación aparente. Es el caso de Badalona, donde el portavoz de las Candidatures d'Unitat Popular (CUP), Marc Sallas, fue detenido junto a dos compañeros después de participar en un piquete informativo. Mientras tanto, en Sabadell, fueron tres periodistas de Vilaweb los que sufrieron la agresión de los Mossos, pese a enseñar constantemente su acreditación. No le será fácil a Puig hablar de normalidad después de una jornada que dejó, solo durante la mañana, una treintena de detenciones en todo el Principat.

Cifras para todos los gustos

Además de en la calle, la batalla también se dio, como viene siendo habitual, en el terreno de las cifras de seguimiento de la huelga. Para los sindicatos, el parón tuvo un seguimiento de un 82%, mientras que el Govern limitó la cifra de huelguistas a un 23% de trabajadores en la Industria y a un 15% en el sector Servicios.

Cifras para todos los gustos que no consiguieron ocultar una movilización masiva -tanto en Barcelona como en otros núcleos de los Països Catalans- que paralizó centros neurálgicos de la actividad económica como Mercabarna, la planta de Seat en Martorell, el puerto de Barcelona o el aeropuerto del Prat, en el que tan solo pudieron efectuarse un 20% de las operaciones previstas. El consumo eléctrico, otro de los termómetros manipulables para conocer el impacto de la huelga, bajó un 25% respecto al nivel de la semana anterior.

La jornada fue larga e intensa desde primera hora de la noche del miércoles. Los piquetes informativos recorrieron los barrios de la ciudad para confluir, a partir del mediodía, en el Paseo de Gràcia, donde se hizo visible que el malestar va mucho más allá de la reforma laboral actual.

Grupos de manifestantes concentraron su rabia ante la Bolsa de Barcelona y ante sucursales de Banco Santander y BBVA, que quedaron destrozadas. También se quemaron varias barricadas, con lo que Puig vio cumplidos sus augurios y dio rienda suelta, por primera vez en el día, a los Mossos d'Esquadra, que dispersaron a golpe de porra y pelota de goma a todo el que se le ocurriese asomar la cabeza por la zona, incluidos periodistas y viandantes.

Tras una tregua tácita, la actividad volvió a la calle por la tarde con la contundencia ya comentada y con unos disturbios que darán mucho qué hablar.

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