“Aquí estamos al frente de él, como nunca hubiéramos querido estar”, dijo notablemente conmovido el vicepresidente Nicolás Maduro, que esta tarde asumirá formalmente la Presidencia de Venezuela. "Con el dolor más inmenso que pueda caber en nuestra humanidad. Aquí estamos, Comandante. Ayer una señora nos habló y sentimos la justa dimensión de lo que había sucedido".
"Esa señora nos dijo: ‘Tengan fuerza, porque su alma y espíritu era tan fuerte que su cuerpo no lo aguantaba’. Y ahora su alma y espíritu anda por este universo, expandiendo y llenándonos de bendiciones y amor, recogiendo todas la bendiciones de todas las religiones y pueblos”, exclamó ante la mirada de los 32 jefes de Estado presentes en el funeral de Hugo Chávez.
Y continuó su alocución: "En las oraciones, dicen que es tiempo de perdón. Y tú nos enseñaste el amor más infinito que lleva al perdón. No ha habido líder más injuriado y atacado vilmente que nuestro presidente. Jamás en 200 años se mintió tanto sobre un hombre. Ni aquí ni en el mundo”.
“Pero no pudieron ni las mentiras ni el odio, porque aquí esta nuestro comandante. No pudieron porque tenía desde adentro su escudo de pureza, de amor de Cristo, de hijo verdadero de Cristo. Y aquí está: invicto, puro, verdadero. No pudieron contigo. No podrán con nosotros jamás”.
“Si se quiere construir el legado que deja Chávez, lo primero que hay que reconocer es que nos hizo descubrir la historia verdadera de nuestra Patria. Levantó las banderas de Bolívar, las encarnó. Y nos enseñó el amor y el perdón, a amar nuestra historia”, explicó.
Luego, tras un breve repaso por las más trágicas historias de los próceres bolivarianos, Maduro declaró en la Academia Militar de Caracas: “Por eso decimos desde nuestro corazón, Comandante, nosotros en su nombre perdonamos a los que lo injuriaron. De todas las culpas que trataron de echar sobre usted”.
“Esto nos lo enseño nuestro maestro: Cipriano Castro enfermó y salió en un viaje en 1908. Y el barco no terminaba de salir cuando el vicepresidente en funciones lo traicionó y se impuso”, contó el vicepresidente Nicolás Maduro sobre una historia que Chávez le habría contado a Fidel Castro, quien en su momento le contestó que era un cuento muy triste.
Pero agregó que Fidel le dijo: "Ten la seguridad de que ni tu ni yo moriremos así. Cuando nos tengamos que ir, nos iremos con nuestros pueblos victoriosos de pie, con la adoración de los justos”.
“Se cumplió la palabra de Fidel. Aquí está usted, Comandante. Con sus hombres de pie, leales hasta más allá de la muerte. Y usted presidente en funciones, aquí en su Patria bajo el mando de su mando único. Hemos roto el maleficio de la traición de la patria y romperemos el maleficio de la derrota y la regresión”, advirtió.
Finalmente, Maduro se refirió a las horas finales de Hugo Chávez: "Nos dijo: 'Yo creo que tengo que escribir unas palabras finales como testamento' y nos dio una orden. 'El testamento de Hugo Chávez. Ayúdenme con algunas ideas para sentarme a escribirlas ahora'".
"Esa orden no la cumplí. No pudimos. Era imposible. Esa orden ya la había cumplido. Su obra, el pueblo de Venezuela, es su testamento. Los pobres, los desamparados, nosotros: los nietos de los esclavos somos su testamento vivo. Nosotros somos su testamento vivo”, concluyó el vicepresidente en su discurso ante el féretro del mandatario que durante 14 años se mantuvo en el poder de Venezuela.
"Esa señora nos dijo: ‘Tengan fuerza, porque su alma y espíritu era tan fuerte que su cuerpo no lo aguantaba’. Y ahora su alma y espíritu anda por este universo, expandiendo y llenándonos de bendiciones y amor, recogiendo todas la bendiciones de todas las religiones y pueblos”, exclamó ante la mirada de los 32 jefes de Estado presentes en el funeral de Hugo Chávez.
Y continuó su alocución: "En las oraciones, dicen que es tiempo de perdón. Y tú nos enseñaste el amor más infinito que lleva al perdón. No ha habido líder más injuriado y atacado vilmente que nuestro presidente. Jamás en 200 años se mintió tanto sobre un hombre. Ni aquí ni en el mundo”.
“Pero no pudieron ni las mentiras ni el odio, porque aquí esta nuestro comandante. No pudieron porque tenía desde adentro su escudo de pureza, de amor de Cristo, de hijo verdadero de Cristo. Y aquí está: invicto, puro, verdadero. No pudieron contigo. No podrán con nosotros jamás”.
“Si se quiere construir el legado que deja Chávez, lo primero que hay que reconocer es que nos hizo descubrir la historia verdadera de nuestra Patria. Levantó las banderas de Bolívar, las encarnó. Y nos enseñó el amor y el perdón, a amar nuestra historia”, explicó.
Luego, tras un breve repaso por las más trágicas historias de los próceres bolivarianos, Maduro declaró en la Academia Militar de Caracas: “Por eso decimos desde nuestro corazón, Comandante, nosotros en su nombre perdonamos a los que lo injuriaron. De todas las culpas que trataron de echar sobre usted”.
“Esto nos lo enseño nuestro maestro: Cipriano Castro enfermó y salió en un viaje en 1908. Y el barco no terminaba de salir cuando el vicepresidente en funciones lo traicionó y se impuso”, contó el vicepresidente Nicolás Maduro sobre una historia que Chávez le habría contado a Fidel Castro, quien en su momento le contestó que era un cuento muy triste.
Pero agregó que Fidel le dijo: "Ten la seguridad de que ni tu ni yo moriremos así. Cuando nos tengamos que ir, nos iremos con nuestros pueblos victoriosos de pie, con la adoración de los justos”.
“Se cumplió la palabra de Fidel. Aquí está usted, Comandante. Con sus hombres de pie, leales hasta más allá de la muerte. Y usted presidente en funciones, aquí en su Patria bajo el mando de su mando único. Hemos roto el maleficio de la traición de la patria y romperemos el maleficio de la derrota y la regresión”, advirtió.
Finalmente, Maduro se refirió a las horas finales de Hugo Chávez: "Nos dijo: 'Yo creo que tengo que escribir unas palabras finales como testamento' y nos dio una orden. 'El testamento de Hugo Chávez. Ayúdenme con algunas ideas para sentarme a escribirlas ahora'".
"Esa orden no la cumplí. No pudimos. Era imposible. Esa orden ya la había cumplido. Su obra, el pueblo de Venezuela, es su testamento. Los pobres, los desamparados, nosotros: los nietos de los esclavos somos su testamento vivo. Nosotros somos su testamento vivo”, concluyó el vicepresidente en su discurso ante el féretro del mandatario que durante 14 años se mantuvo en el poder de Venezuela.
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