viernes, 1 de junio de 2012

EL ESCÁNDALO DE LA UNIVERSIDAD DE GEORGETOWN.


LA EDUCACIÓN CATÓLICA ANTE EL ESCÁNDALO DE LA UNIVERSIDAD DE GEORGETOWN.
Padre Shenan J. Boquet
Presidente de Human Life International

“La educación es parte integral de la misión de la Iglesia de proclamar la Buena Nueva. En primer lugar y principalmente, cada institución educativa católica es un lugar para encontrarse con el Dios vivo, que en Jesucristo nos revela la verdad y su amor transformador” [1].
Con estas palabras el Santo Padre retira las capas de la demagogia que han empañado la misión primordial de la educación católica en EEUU, y que han justificado a menudo la adopción de tales controversiales y escandalosas decisiones y políticas. La identidad de una universidad o escuela católica, dice el Santo Padre, no es simplemente una cuestión del número de estudiantes católicos. Se trata de una cuestión de convicción. ¿Creemos realmente que sólo en el misterio de la Palabra hecha Carne el misterio del hombre verdaderamente se clarifica? ¿Los responsables de la educación católica (sacerdotes, religiosos y laicos) han determinado vivir y promover la fe transmitida a nosotros desde los Apóstoles? ¿Creen ellos realmente en la verdad revelada a nosotros en Jesucristo y confiada a su Iglesia? ¿Se han comprometido con autenticidad y fidelidad con la transmisión de este don de la fe a las generaciones futuras?
Cuando consideramos el ejemplo y los sacrificios de las generaciones anteriores que sentaron las bases para los sistemas educativos que tenemos hoy en EEUU, ¿no deberíamos sentirnos responsables ante ellos? En su discurso del 2008, el Santo Padre se refiere claramente a aquellos que, como Santa Katherine Drexel, Santa Elizabeth Ann Seaton y numerosos hermanas y hermanos, que ayudaron a establecer la educación católica en EEUU. El Papa pone de relieve el deseo de estos educadores que forjaron los sistemas de becas y la educación basada en la verdad y la dignidad de la persona humana,  a pesar de enormes obstáculos, confusión moral, discordia social y dificultades personales. Su legado no se originó en el vacío, sino más bien en una cultura muy rica, dedicada a la plena integración y formación de la persona humana - inteligencia, voluntad, mente y corazón - todas ellas dirigidas a Dios.
Recientemente, el Santo Padre expresó nuevamente la importancia de enseñar la auténtica doctrina católica dentro de la educación católica, en su discurso a los Obispos de EEUU en su visita ad limina unas pocas semanas atrás. Hablando de la importancia de la formación doctrinal para la Nueva Evangelización y el impacto global que esta enseñanza puede tener en la sociedad, el Papa Benedicto XVI hizo hincapié en que la separación de la educación de los estudiantes de la identidad católica auténtica sólo sostiene los dilemas actuales de la cultura americana y su decadencia moral:
“En referencia a la confusión creada por los casos de disidencia aparente entre algunos representantes de las Instituciones Católicas y el liderazgo pastoral de la Iglesia: la discordia daña a la Iglesia como testimonio y como la experiencia ha demostrado, puede ser explotada para comprometer su autoridad y su libertad” [2].
Las instituciones educativas católicas tienen un papel vital en la formación de los jóvenes en la fe. El resultado de una educación católica sólida y vibrante ancla a la persona en la verdad, de tal manera que inyecta vigor a la cultura de la vida. Ofrecer algo contrario es socavar la base misma de la persona humana tal como se revela en Jesucristo y fortalecer en los estudiantes la falsa sensación de autosuficiencia y individualismo en la que constantemente han sido "formados" por la cultura secular. Debemos promover y cultivar la educación católica auténtica en nuestros programas parroquiales de catequesis, nuestras escuelas parroquiales e instituciones de enseñanza superior. Es nuestra obligación moral ayudar a las generaciones futuras con una verdadera comprensión y expresión viva de la fe católica.
Muchos católicos y no católicos se horrorizaron por la decisión de la Universidad de Notre Dame en el 2008 de honrar al Presidente Barack Obama con un doctorado honoris causa y permitirle dirigirse a los graduados de esta institución, que antes había sido firmemente católica. Si hubiera aceptado una invitación para un debate sobre las muchas cuestiones en las que él se opone a la Iglesia, en lugar de simplemente entregar un premio tan prestigioso, muchos hubieran apreciado la honestidad del presidente acerca de las diferencias reales que nos separan y un intercambio real de ideas. Pero eso no es lo que sucedió. No hubo intercambio de ideas, sino simplemente (aunque no de manera evidente) hubo un discurso de campaña deshonesta sobre la necesidad de encontrar un terreno común, y una promesa (luego rota) de respetar la libertad religiosa.
Lamentablemente, las decisiones de algunos colegios y universidades católicas es la de continuar la confusión y el escándalo. Como ha señalado la Sociedad Cardenal Newman, once colegios y universidades católicas programaron para este año del 2012 a un igual número de escandalosos panelistas para dirigirles la palabra a los estudiantes durante la ceremonia de graduación [3]. Un caso concreto es el de Georgetown, la más antigua Universidad Católica Jesuita de EEUU, que el 18 de mayo honró a Kathleen Sebelius, Secretaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos, dándole una plataforma para hablar durante una de sus ceremonias de graduación. ¿Por qué una prominente Universidad Católica ofrece una oportunidad para que una persona virulentamente proaborto y contraria a la libertad religiosa de los católicos pueda dirigirse a sus estudiantes e invitados?
¿Es este el ejemplo de catolicismo auténtico que nuestro Santo Padre pide para la Nueva Evangelización? ¿Creemos realmente que alguien como Kathleen Sebelius, con su expediente radical proaborto y su flagrante oposición a los Obispos sobre el tema de la libertad religiosa representa genuinamente las enseñanzas de la Iglesia y la capacidad de ofrecer palabras de sabiduría en una institución católica?
¡Los escándalos deben cesar! ¡La auténtica educación católica debe ser protegida y cultivada!
No hay una solución fácil para estos escándalos. En las comunidades de todo el país, debemos mantener administradores responsables de estas instituciones católicas. Los padres, estudiantes y fieles católicos que apoyan estas escuelas (desde la educación primaria hasta colegios y universidades) deben asegurarse de que la fe esté protegida y sea enseñada correctamente. Los animo a orar por estas instituciones, pero también a tomar medidas y a ponerse en contacto con ellos directamente.
 
PD: Si usted y sus hijos necesitan ayuda para elegir una universidad católica en EEUU, la Sociedad Cardenal Newman ofrece una excelente guía para ayudar en:http://www.thenewmanguide.com/?utm_source=5.18.12%3A+Spirit+and+Life%3A+New+Evangelization+and+Catholic+Education+&utm_campaign=SL_5_18_12&utm_medium=archive.   

Notas:
[1]. Papa Benedicto XVI, Universidad Católica de América en Washington, DC, Jueves, 17 de abril de 2008.
[2]. 5 de mayo de 2012, XIII Región, Obispos de EEUU.

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