Fernando Lugo asumió el gobierno de Paraguay expresando la esperanza popular contra décadas de postergación y represión contra los sectores populares. Lejos de apoyarse en quienes lo llevaron al gobierno, inmediatamente se alió a sectores colorados que, agazapados ante la derrota electoral, supieron camuflarse para envolver a Lugo.
Las políticas urgentes para revertir la situación de tenencia de la tierra, la explotación laboral y la represión no fueron llevadas a cabo y el aparato colorado permaneció intacto y echando mano como siempre del estado para acometer la reproducción de su propio poder.
Lugo gobernó para los agronegocios, para los terratenientes, haciéndose el distraído ante la invasión yanki desde la base Mariscal Estigarribia que penetra en policías, jueces y FFAA.
Lugo despreció el apoyo del pueblo y quedó entrampado frente a los enemigos históricos del Paraguay que hoy intentan derrocarlo.
El golpe en Paraguay no es tanto contra Lugo quien podría seguir gobernando a favor de los poderosos, sino contra el pueblo paraguayo a quien se quiere aplastar hasta la sumisión más despiadada.
Ya lo ensayaron en Honduras, ahora lo ensayan en Paraguay.
No a los golpes institucionales!
No a la política yanki en Nuestra América.
Con UNASUR contra el golpismo.
No al golpe contra el pueblo paraguayo
No hay comentarios:
Publicar un comentario