Murat vive al lado del Ocean Club, lugar de donde desapareció la niña. Birch asegura: «Estoy plenamente convencido de que Maddie está allí enterrada, en una zona de paso de cimento que allí fue construido después de la desaparición de la niña, en la esquina nordeste de la casa, siguiendo una línea de árboles».
Birch se encuentra obsesionado con el caso de Maddie y asegura que ya ha invertido más de 50 mil euros en la investigación. Dijo que invadió la propiedad de Murat en varias ocasiones y que hizo un examen exhaustivo de los terrenos con una máquina geo-radar. La misma tiene la capacidad de dar información sobre las alteraciones en el suelo como así también detectar objetos enterrados a varios metros de profundidad.
Birch envió toda esta información a la policía portuguesa y al Scontland Yard, quienes ya intercambiaron impresiones. La prensa local asegura que el caso podría abrirse con estos datos.
Murat aseguró por su parte, que todo esto se trata de una verdadera locura. “Es una locura y una estupidez, no tiene sentido”, dijo el empresario a un diario portugués. Murat fue considerado sospechoso por la desaparición de Maddie y de hecho se realizaron excavaciones en su propiedad sin ningún resultado.
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