domingo, 22 de julio de 2012

Una brigada experta en desarmar explosivos pudo desactivar todas las trampas que James Holmes, el presunto responsable de la masacre de Denver que dejó 12 muertos y 50 heridos, había dejado en su departamento para que todo agente que entre a la vivienda resultara herido o muerto.



El jefe policial de Aurora, Dan Oates, dijo que cualquier persona que hubiese entrado al departamento hubiese muerto. “Estamos furiosos”, dijo el uniformado en tanto que precisó que había dispositivos como cables conectados a la puerta de modo tal que quien la abriera resultara gravemente herido.
El trabajo de los agentes para desactivar todos los explosivos fue un cuidadoso proceso que duró al menos 24 horas, para lo que también tuvieron que utilizar un robot controlado a distancia.
Holmes compró todas las armas y explosivos de manera legal y muchas de ellas fueron adquiridas a través de internet.
Oates dijo que el ambiente era “extremadamente peligroso” y que todo el material del departamento servirá de evidencia contra el acusado.

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