“Que el Niño Jesús bendiga a los numerosos fieles que lo celebran en Latinoamérica. Que haga crecer sus virtudes humanas y cristianas, sostenga a cuantos se han visto obligados a emigrar lejos de su familia y de su tierra”, dijo.
El pontífice pidió en particular por los gobernantes. “Que fortalezca a los gobernantes en su compromiso por el desarrollo y en la lucha contra la criminalidad”, declaró el sumo pontífice.
Asimismo, por segundo año consecutivo Benedicto XVI instó a buscar una “solución política” a la crisis que atraviesa Siria y abogó por un “cese del derramamiento de sangre”.
Ante miles de fieles en la Basílica de San Pedro, el Papa impartió la tradicional bendición urbi et orbi (a la ciudad de Roma y a todo el mundo) y afirmó que Siria está “profundamente herida por un conflicto que no respeta ni siquiera a los enfermos y se cobra víctimas inocentes”.
El Pontífice abogó especialmente por el fin de la violencia en Siria, “donde ya se ha derramado tanta sangre”. “Una vez más hago un llamamiento para que cese el derramamiento de sangre, se faciliten las ayudas a los refugiados y a los desplazados y, a través del diálogo, se alcance una solución política al conflicto”, expresó.
Benedicto XVI también hizo votos para que en Egipto los ciudadanos construyan juntos sociedades basadas en la justicia, el respeto de la libertad y la dignidad de cada persona.
En su repaso por el mundo, el Obispo de Roma expresó el deseo de que la paz brote en Tierra Santa y pidió a Dios que conceda a israelíes y palestinos “la valentía de poner fin a tantos años de luchas y divisiones y emprender con decisión la vía de la negociación”.
El Pontífice hizo además votos para que llegue la bendición a los fieles alrededor del mundo. “Que haga crecer sus virtudes humanas y cristianas, sostenga a cuantos se han visto obligados a emigrar lejos de su familia y de su tierra. Que fortalezca a los gobernantes en su compromiso por el desarrollo y en la lucha contra la criminalidad”, señaló.
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