La razón es que “no se siente culpable”.
El presidente de Ecuador había comparado el martes en una visita oficial a la Argentina los números de muertos en el atentado a la AMIA con los fallecidos por las intervenciones de la OTAN en Libia.
Si bien reconoció que “es una historia dolorosa” para el país, los cuestionamientos llegaron y Correa no respondió. Tampoco volvió para atrás y no se disculpo.
Según publicó el diario Perfil, Correa le dijo al embajador ecuatoriano en Buenos Aires, Wellington Sandoval, que no considera que deba disculparse porque no injurió “a nadie”.
A su vez, Sandoval señaló que el mandatario de Ecuador desconocía la “magnitud” y los “detalles” del caso por lo que no dimensionó lo que iban a generar sus declaraciones.
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