jueves, 14 de marzo de 2013

El arzobispo de Buenos Aires fue ungido papa con el nombre de Francisco I

EL SANTO DE LAS AAA

Se acabó el suspenso. Las dudas que recorrieron el mundo han sido saciadas. El debate fue, como se suponía, poco fructífero. Lo cierto es que no había mucho margen a la especulación. La elección del papa, que mantuvo en vilo a los cada vez más escasos fieles de la iglesia católica, se debatió entre candidatos conservadores o ultraconservadores.
Y el conclave optó. Y optó ante todo por una salida política. Aquellos que afirmaban que la Iglesia se encuentra lejana de los problemas terrenales, han debido haber visto en claro su error.
Jorge Mario Bergoglio, encuentra una Iglesia debilitada por multitudinarios casos de pedofilia (solo 35.000 fueron denunciados en Irlanda), de corrupción casi crónica en el IOR (el banco del Vaticano), inmersa en la lucha por el poder que denunció el Vatileaks. Una Iglesia que retrocede en toda Europa, pero que siente que con él hay para  hacer una apuesta. Reaccionaria, pero una apuesta en fin.
Se ha insistido sobre lo rápido de la elección, como si esta pudiese ser apresurada tomando en cuenta los intereses en juego. La Iglesia ha caracterizado que necesitaba un papa latinoamericano, en un contexto de un corrimiento gradual pero constante, de los pueblos de la región a la izquierda. Esta America latina que es unos de los mayores polos de concentración de católicos en el mundo. Esta América Latina que se debate, tras décadas de sufrimiento y de derrota, en intentos graduales de emancipación y de lucha contra la miseria. Así también como esta iglesia, que como con Juan Pablo II en la ciudad mexicana de Puebla en 1979, no va a tolerar que los latinoamericanos se le descarríen.

Un papa de pasado oscuro

Jorge Mario Bergoglio, nacido en Buenos Aires en 1936 y ordenado sacerdote en 1969, tiene varios agujeros negros en su pasado. Sus vinculaciones y participación en la Guardia de Hierro de la derecha peronista en la década del ´70, el nombramiento del almirante Emilio Massera como doctor honoris causa de la USAL (Universidad del Salvador) en 1977. Este jesuita que no agotó sus vínculos con el Almirante Cero (Massera) ahí, sino que fue acusado de entregar los nombres de dos sacerdotes tercermundistas, Orlando Yorio y Francisco Jalics que desarrollaban su actividad pastoral en el bajo Flores. El sacerdote Yorio, que estuvo cautivo en la ESMA, durante el juicio a las juntas en 1985, declaró: ?Bergoglio nunca nos avisó del peligro que corríamos. Estoy seguro de que él mismo les suministró el listado con nuestros nombres a los marinos?.
Jorge Mario Bergoglio, que el miércoles 13 de marzo del 2013 fue ungido papa con el nombre de Francisco I, se opuso tenaz a la reciente ley sobre el matrimonio igualitario ante la cual llamó a una ?guerra de Dios? contra la iniciativa, por no hablar de la furibunda negativa contra cualquier forma de aborto. 

FUENTE: SEMANARIO NEGRO Y BLANCO

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