Aunque, los bomberos de la ciudad temen que el balance sea de “entre 60 y 70 muertos”.
Los servicios de rescate están inspeccionando casa por casa en busca de supervivientes y víctimas en toda la zona afectada por el desastre. De momento se desconocen las causas de la explosión cuya onda expansiva afectó a un complejo de apartamentos, una residencia de ancianos y un colegio, ubicados cercanos a la fábrica.
Hasta al momento se confirmó el fallecimiento de seis bomberos, dos médicos de emergencias y un agente de Policía, así como la desaparición de siete enfermeras de la residencia y de un agente municipal, declaró el director del sistema de emergencias de West, George Smith.
Smith había declarado previamente que: “los bomberos temen que el número de víctimas aumente hasta los 60 o 70 muertos”, según la CNN. Muchas viviendas quedaron destruidas y se prevé el hallazgo de cadáveres entre sus restos, según el responsable de emergencias.
“Fue como una bomba nuclear”, declaró el alcalde de West, Tommy Muska, citado por la CNN. Según el observatorio sismológico de Estados Unidos (USGS), la explosión generó un temblor de magnitud 2,1 en la escala de Richter.
El portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, D.L. Wilson, informó, citado por el diario ‘Waco Tribune Herald’, de que la mitad de la población de West (2.800 habitantes) fue evacuada, incluidas las 133 personas que estaban en una residencia de ancianos situada junto a la fábrica de fertilizantes.
También señalaron que entre 50 y 75 edificios sufrieron daños y, en concreto, que un complejo residencial con 50 viviendas ubicado cerca de la fábrica de fertilizantes “quedó como un esqueleto”. El colegio resultó también afectado y toda su estructura va a ser revisada.
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