En un mensaje enviado esta semana, el Papa expresó que “se sentía profundamente apenado por el trágico temporal que dejó 51 muertos” y alentó a las instituciones civiles y eclesiásticas, así como a las personas de buena voluntad, a “prestar con caridad y espíritu de solidaridad cristiana la necesaria ayuda a cuantos han perdido sus hogares o sus bienes personales”.
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