La muerte de Virgilio Camacho, un ejecutivo de ArcelorMittal, muestra cómo las multinacionales “pueden verse enredadas en la caótica situación de seguridad” en algunas regiones de México, especialmente en Michoacán, pues aunque antes se concentraban en el tráfico de drogas “los cárteles se han expandido a otras actividades, incluyendo algunas que compiten con empresas legítimas”, plantea el diario.
La muerte de Camacho -ocurrida en abril de 2013 en Lázaro Cárdenas- se revive ahora en un momento delicado para el gobierno de Peña Nieto, quien emprendió una serie de ambiciosas reformas en un intento por estimular la debilitada economía mexicana y atraer a inversionistas extranjeros, expone el diario neoyorquino.
Una vocera de ArcelorMittal dijo que Camacho “fue víctima de un crimen terrible” y añadió que la investigación del gobierno aún sigue en curso. También destaca que esa investigación ha tensado las relaciones entre el gobierno federal y la más importante siderúrgica a nivel mundial.
Con operaciones en más de 60 países, ArcelorMittal es la mayor siderúrgica del mundo, generando 6% de toda la producción mundial de acero. Sus principales operaciones en México están en Michoacán, donde emplea a unas 6 mil personas. En total ha invertido unos 2 mil 400 millones en México y su planta es el mayor consumidor corporativo de gas y electricidad del país.
“Los líderes empresariales de la región dicen que, en los últimos años, las minas ilegales han proliferado a lo largo de la costa, aprovechando el apetito chino por los minerales. Los Templarios envían mineral de hierro a China de Lázaro Cárdenas y a cambio reciben químicos en el puerto que les permite dominar el comercio mexicano de metanfetaminas, según las autoridades”, describe un despacho de los periodistas Santiago Pérez y José de Córboba.
Fernando Ramos, un importante agente de aduanas que tiene desde hace años una oficina en el puerto, dijo a The Wall Street Journal que el cártel genera hasta 2 millones de dólares por buque cargado de minerales extraídos ilegalmente, lo que equivale a unos 72 millones de dólares al año.
Los fiscales, recuerda el periódico financiero, dijeron que la operación estaba dirigida por La Familia, el grupo que dio origen a los Templarios, y que el cártel generaba cerca de 40 millones de dólares con el contrabando de más de 1.1 millones de toneladas de mineral de hierro a China. “La embajada china en la Ciudad de México no quiso comentar al respecto”, aclara.
En un intento por acabar con la minería ilegal, Camacho y ArcelorMittal negociaron durante casi un año un acuerdo para pagar una tarifa a propietarios de tierras y transportistas para suministrar hematita, un mineral rico en hierro. A fines de 2010, ArcelorMittal acordó pagar entre 16 y 18 dólares por tonelada de hematita, según personas relacionadas con ese acuerdo.
“Pero el convenio no logró desincentivar la minería ilegal, ya que los comerciantes chinos ofrecían entre 65 y 85 dólares por tonelada. Al menos una decena de líderes comunitarios que negociaron con la empresa fueron identificados por la inteligencia mexicana como miembros del crimen organizado, según un ex funcionario público”, dice el diario.
“En un comunicado publicado poco después del asesinato de Camacho, ArcelorMittal pidió a las autoridades que encontraran al culpable y se comprometió a cooperar con la investigación. Sin embargo, hay tensión en la relación. A fines de noviembre, miles de personas y cientos de camiones bloquearon la entrada de la planta de ArcelorMittal en Lázaro Cárdenas para exigir la reactivación de los contratos mineros”, plantea WSJ.
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