internacional
Durante una conferencia de prensa en la capital, Juba, al término de su visita a Sudán del Sur, Pillay aludió al asesinato de cientos de personas en Bentiu y al asalto en represalia al campamento de la ONU donde se albergan miles de desplazados en Bor, que causó medio centenar de muertos. La intervención de los cascos azules de La Misión de la ONU en ese país, la UNMISS, evitó que perecieran muchas personas más.
“Desafortunadamente, lo que he visto y oído en esta misión ha reforzado la percepción de que, en vez de aprovechar la oportunidad de conducir su joven país, devastado por la guerra, hacia la estabilidad y prosperidad, los líderes sursudaneses se han embarcado en una lucha de poder que ha colocado a su pueblo al borde de la catástrofe”, apuntó Pillay.
El viaje de la Alta Comisionada, que estuvo acompañada por el asesor especial de la ONU para la Prevención del Genocidio, Adama Dieng, respondió a la preocupación del Secretario General de Naciones Unidas por la grave situación en ese país.
Pillay señaló que el discurso de odio y los asesinatos por venganza han aumentado en los últimos cuatro meses, y agregó que es preocupante que ni los líderes nacionales ni la comunidad internacional aborden la situación con la premura que merece dado su alto grado de peligrosidad.
La violencia en Sudán del Sur se exacerbó luego de que en diciembre pasado el presidente Salva Kir, acusara de intento de golpe de Estado al ex vicepresidente Riek Machar.
Los enfrentamientos surgidos desde entonces han generado el desplazamiento de más de un millón de personas cuya precaria situación humanitaria se deteriora cada día más.
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