El Intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, participó de la presentación de las obras de estabilización estructural de la Basílica del Salvador, en la comuna de Santiago, proyecto que constituye el primer paso para recuperar el histórico patrimonio nacional que ha se encuentra profundamente deteriorado tras los terremotos de 1985 y 2010.
En compañía del ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga; la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá; y al Arzobispo de Santiago, Cardenal Ricardo Ezzati, el intendente metropolitano recorrió parte del edificio y observó en el lugar el estado en que se encuentra el monumento, y los trabajos iniciales de estabilización que se hacen en el lugar.
Al respecto, el Intendente Orrego señaló que “habla bien de un país que esté dispuesto a invertir recursos concretos en la conservación y en la protección de sus patrimonios. Los países no solo viven de lo material, también viven del arte, de la cultura, del espíritu. Este no es solo un patrimonio de la Iglesia sino que un patrimonio de la ciudad de Santiago y de Chile”.
La autoridad metropolitana se mostró complacida de que se iniciara esta recuperación, pese a que “las necesidades de una ciudad como Santiago son gigantescas, por lo que hay que ser capaces de administrar recursos escasos”. El ministro Undurraga, por su parte, indicó que “nos vamos a demorar entre 15 y 18 meses en tener instalados acá en el interior los andamios de fierro que van a sostener la basílica”, y agregó que “en marzo haremos la licitación, en junio iniciaremos las obras, y a fines de 2017 estará lista esta obra que va a permitir que no se siga deteriorando la basílica”.
Carolina Tohá, alcaldesa de Santiago, dijo que “esta es una iglesia que desde el terremoto de 1985 ha sufrido una degradación paulatina. Hemos sufrido la amenaza a este patrimonio y la inseguridad para los vecinos el barrio. Hoy se ha abierto un camino, que parte por las obras de limpieza, por el refuerzo estructural, pero también por la voluntad de todos los organismos de hacer después la reconstrucción, la puesta en valor, para que este patrimonio vuelva a ser vivido y disfrutado”. Finalmente, el arzobispo Ricardo Ezzati señaló que “este es un momento histórico que marca un anhelo muy profundo, no solamente de la Iglesia Católica, sino de toda la ciudad de Santiago… Una obra de esta naturaleza no es una obra que la Iglesia Católica pueda emprender por sí sola, por su elevado costo, pero gracias a Dios y a la inteligencia de los gobernantes se han dispuesto medios y fondos para conservar obras de arte cultural como las que ustedes están contemplando”.
La Basílica del Salvador es un templo de arquitectura neogótica con semblanzas románicas y germánicas, encargado en 1871 al ingeniero alemán Teodoro Burchard para reemplazar a la Iglesia de la Compañía, destruida por un incendio en 1863. La obra fue finalmente terminada en 1932 por del arquitecto chileno Josué Smith Solar. Tiene tres naves paralelas de la misma altura -rasgo arquitectónico único en el país-, y cuenta con dimensiones de 98 m. de largo por 37 m. de ancho, y una altura interior de 30 m., y con capacidad para 5 mil personas (sólo comparable a la Catedral).
Tras los terremotos de 1985 y 2010, edificio quedó con inminente riesgo de colapso y pérdida del valor patrimonial. Se creó entonces la Fundación Basílica del Salvador, conformada por privados y la comunidad, quien se hizo cargo de la limpieza de escombros al interior del recinto y comenzó a generar el proyecto de recuperación. La inversión total en esta etapa de estabilización es de 2 mil millones de pesos.
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