El Comité de Descolonización de Naciones Unidas trató este jueves la cuestión de las Islas Malvinas y aprobó por unanimidad una resolución en la que se llama a las partes al diálogo y a reanudar las negociaciones para encontrar una solución definitiva a la controversia.
El proyecto fue presentado por Chile, con el apoyo mayoritario de las naciones latinoamericanas. Los patrocinadores del documento resaltaron que el mantenimiento de situaciones coloniales en pleno siglo XXI es un “anacronismo” que debe terminar, entre ellos la cuestión de esas islas del Atlántico Sur.
La ministra de Relaciones Exteriores de Argentina, Susana Malcorra, acudió a la sesión en la que subrayó la firme convicción del nuevo Gobierno de entablar negociaciones con el Reino Unido para resolver la disputa.
“Este es un tema histórico y central en la política exterior de mi país y nuestra Constitución nacional reafirma la legítima e imprescriptible soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Establece que la recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”, afirmó la Canciller.
Malcorra recalcó que el tema trasciende a los Gobiernos y constituye una política de Estado en la Argentina en la que coinciden todos los grupos políticos del país.
La diplomática insistió en que el argumento de Gran Bretaña de que se trata de un caso de autodeterminación y no de colonialismo no se aplica a ese litigio, ya que los habitantes no son reconocidos como un pueblo con el derecho a la libre determinación, según resoluciones de Naciones Unidas.
“Cuando el Reino Unido ocupó las islas por la fuerza en 1833, expulsó de ellas a las autoridades y a la población del Estado que se encontraba en legítimo ejercicio de su soberanía, procediendo luego a llevar sus propios colonos y controlar férreamente la política migratoria a través de la cual se decide hasta hoy la composición poblacional del territorio”, especificó la ministra. A la reunión no asistieron representantes del Gobierno británico. v No obstante, Michael Summers, miembro del Parlamento de las Malvinas (Falkland), hizo referencia a la administración económica autosuficiente que tienen esos territorios desde 1990 para probar la posición de que no son una colonia británica.
“El Reino Unido no duda de la soberanía de las Islas Falkland, ni tampoco los isleños y ha estado en desacuerdo de forma consistente a través de varios Gobiernos de que no discutirá la cuestión de soberanía a menos que los isleños lo deseen. Claramente hasta el momento no es nuestro deseo y esta sigue siendo nuestra posición”, dijo el parlamentario.
Los isleños se pronunciaron a favor de seguir siendo británicos en un referéndum en 2013 que aún no ha sido reconocido por la comunidad internacional.
Un programa de exploración de hidrocarburos más de 100 millas al norte de las islas tiene el potencial de generar 500 millones de barriles de petróleo, afirmó el representante de esos territorios e invitó a empresas argentinas y de otros países de la región a expresar interés en esas actividades.
Las Malvinas son uno de los 17 territorios pendientes de descolonización, según el Comité de la ONU para esos asuntos. Naciones Unidas
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