El paro de los policías había generado una ola de violencia e inseguridad a poco del carnaval.
Las autoridades confirmaron que fueron satisfechas las dos principales demandas de los huelguistas: un alza salarial de 6,5 por ciento para los agentes y que no haya represalias laborales.
La tranquilidad reinaba en las calles de Río de Janeiro a primeras horas del domingo a pesar de la medida de fuerza laboral que comenzó el viernes.
Según las autoridades, sólo un escaso número de los 58.000 agentes han acatado la huelga
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