lunes, 6 de febrero de 2012

La mujer de Dominique Strauss Kahn, Anne Sinclair, habló luego de las acusaciones que se hicieron en contra de su marido por el escándalo sexual en el que este había estado involucrado.


 Y expresó “fue violento sentirse espiada, escudriñada, acosada”. 
El año pasado, Strauss Kahn era director del Fondo Monetario Internacional (FMI) cuando fue detenido en Nueva York por intento de violación. Una de las empleadas del hotel en donde estaba parando por su visita a los Estados Unidos lo había denunciado, aunque unos meses después los cargos fueron retirados. El escándalo sin embargo le costó su puesto en el FMI y su carrera a la presidencia de Francia por el Partido Socialista.
Las declaraciones de su mujer fueron realizadas al diario El País de España, en donde dijo “entiendo bien que debían informar porque mi marido es un personaje público, pero algunos rompieron todos los diques y contaron muchas novelas. Medios teóricamente serios se convirtieron en tabloides metiéndose en mi vida personal, incluso en mi alma, diciendo lo que yo pensaba sin saberlo. Nadie salvo yo y mi familia debe saber lo que tengo en mente”.
Por otra parte, aclaro “soy tan feminista como las que lo proclaman. He contribuido a hacer que las mujeres puedan ejercer un oficio de hombres. Me batí y me sigo batiendo por la igualdad de salarios y responsabilidades, y creo ser tan feminista como la que más. En lo que concierne a mi vida privada, sólo nos importa a mi marido y a mi familia, y a nadie más. Yo no me permitiría juzgar la vida de nadie, y reivindico mi derecho a manejar la mía como quiero y sin que nadie se entrometa” en defensa de aquellas organizaciones que la acusaban de defender a su marido en el escándalo sexual y victimizarlo.
Sobre el episodio del cual se acusaba a Strauss Kahn, aseguró que “fue violento sentirse espiada, escudriñada, acosada. No poder salir sin que vengan detrás los paparazzi, tener las cámaras apostadas en las ventanas de tu habitación. Creo que se han traspasado algunos límites y es urgente restablecer las fronteras entre la vida pública y la vida privada”.
“Pero imagino que entiende que el caso fuera noticia…”, repreguntó el periodista de El País. “Sí, lo entiendo muy bien. Pero una cosa es controlar a los personajes que tienen poder y otra meterse de una forma obscena en tu interior, mirar detrás de las cortinas” concluyó.

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