SIRIA
Pepe Arrastia / Rebelión
Tariq Ali en una entrevista aparecida en el último número de Viento Sur "La mayoría del pueblo sirio quiere que el clan Assad se vaya", aboga por la inmediata salida de Assad.
Este gran intelectual y revolucionario, al que admiro, coincide, con matizaciones y diferencias, con la principal exigencia de las potencias y fuerzas que combaten política, mediática, económica y militarmente al Gobierno sirio
La inmediata salida de Bashar al Assad.
Tariq Alí, no apoya políticamente a los Hermanos Musulmanes y no cree que sea del interés de Siria tener un gobierno islamista, moderado o extremista, pero al aceptar la exigencia de la OTAN y del CCG liderados por Saudíes y Qataríes, de que Assad abandone el poder, abriría el camino tanto a la intervención extranjera como a la posibilidad de que los Hermanos Musulmanes, como en Túnez y Egipto, llegasen al Gobierno.
Eso, sin evitar el riesgo de una conflagración a nivel internacional, más bien incrementándolo.
Porque si ahora Assad se fuera, sería tomado por el CNS y el ELS como un signo de debilidad y como una victoria propia, seguirían sin aceptar el Gobierno que se formara, más débil que el actual, y arreciarían sus ataques armados.
La salida de Assad sería mostrada mundialmente a bombo y platillo como la prueba fehaciente de que la ?resistencia? armada contra el régimen estaba y seguiría estando justificada.
¿Qué salida le quedaría entonces a Siria (así como a Rusia, China, Irán, Hezbolá) para impedir la guerra civil con la intervención aún más descarada que ahora de fuerzas extranjeras?
¿Cuál sería el resultado de que para frenar el conflicto armado se planteasen una elecciones precipitadas, que en ese clima habría muchas posibilidades de ser ganadas por los Hermanos Musulmanes y en tal caso más pro-occidentales que nunca?
Las medidas de talante democrático promulgadas por el gobierno, así como dejar en libertad a todos los detenidos sin delitos de sangre, no sirvieron para calmar a la ?oposición?, sino que continuaron y aumentaron las acciones violentas, así como la cada vez menos solapada intervención militar extranjera con gran protagonismo por parte del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo, o como lo llama Pepe Escobar ?Club de la Contrarrevolución del Golfo?).
Sabemos que un clima bélico no es el marco idóneo para llevar a cabo reformas democráticas, sin embargo éstas son las únicas capaces de asegurar la paz en Siria.
Aunque sean llevadas a cabo estando todavía Bashar al Assad en el poder.
Las reformas emprendidas desde el Gobierno, votadas mayoritariamente en el reciente referéndum, respaldan y fortalecen a la oposición interna contraria a la acción armada y al intervencionismo extranjero como el Comité Nacional de Coordinación para el Cambio Democrático (CNCCD), algo muy importante que se omite en la entrevista a Tariq Ali.
Con un 89,4% a favor, el pueblo sirio apoyó el proyecto de reforma de la Constitución del país en el referéndumcelebrado el domingo 26 de febrero (?astucia cínica? lo llamó Hilary Clinton).
Según la cifra oficial, un 60% de los ciudadanos con derecho a votar acudió a las urnas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, comentando los resultados del referéndum aseguró que había sido un importante paso hacia el curso de las reformas destinadas a convertir el país en un moderno Estado democrático y ampliar los derechos y libertades de sus ciudadanos.
Calificó las cifras como una señal de que el pueblo sirio apoya las reformas.
Acentuó, además, que éstas prueban que la influencia de los grupos opositores que habían exhortado a boicotear la votación es limitada y no les da el derecho monopolizado de actuar en nombre de todo el pueblo sirio.
Uno de los cambios principales del proyecto de la nueva Constitución siria se refiere al multipartidismo.
El artículo 8 de la Carta Magna suspende la primacía del partido Baaz, liderado por el actual mandatario Bashar al Assad, y equipara los derechos de todos los partidos políticos. Al mismo tiempo, la nueva legislación prohíbe la creación de partidos basándose en la etnia o religión, regional o tribal.
Ese es el camino, para que unas elecciones en un clima no violento, aunque las ganase el Baaz, permitan que pacíficamente Assad y su corrupta camarilla familiar salgan del poder, evitando así la constitución de un gobierno islamista en Siria.
Contrariamente a lo que difunden los grandes medios, ni Rusia ni China han dado carta blanca a Assad.
Le presionan para que modere la sofocación de la insurrección y acometa las reformas.
Así lo recogía el pasado 22 de febrero un periódico libanés muy bien informado como Al-Akhbar, que señalaba como "las autoridades sirias, bajo presión de Rusia, se han abstenido de utilizar la aviación y otras armas de guerra en la represión actual."
A Rusia, China y sobre todo a Irán lo que les interesa es la estabilidad en Siria y tenerla como aliada, y esa estabilidad en el futuro próximo se garantizaría mejor sin Assad que con él.
Mejor, en una Siria con unas adecuadas condiciones democráticas que implicasen mejoras políticas y sociales para el pueblo sirio.
Por el contrario, lo que lógicamente al Occidente atlantistas, a los sionistas de Israel y a las monarquías del Golfo les interesa no es esa estabilidad ni esas mejoras democráticas y sociales sino que Assad abandone el poder precisamente ahora y a ser posible precipitadamente.
Lo cual no supondría una tregua en las acciones armadas, sino todo lo contrario.
¿Por qué justamente ahora?
Porque la actividad terrorista del ELS, es cada vez más difícil de ocultar por los grandes medios, y poco a poco se va conociendo otra realidad de Siria que esos medios ocultan o tergiversan (*).
Igualmente, el derrocamiento de Assad por medios militares sin una abierta intervención extranjera es cada vez menos plausible.
Ayer, 1 de marzo, el bastión del ELS en el barrio Bab Amor de Homs acabó siendo conquistado por las tropas gubernamentales.
Todo apunta a que un derrocamiento de Assad mediante la fuerza sin una intervención militar extranjera de gran envergadura es imposible, por eso las prisas en requerir la salida de Assad antes que la situación en Siria se estabilice y las reformas democráticas se pongan en marcha.
Presionado o no, lo cierto es que esas reformas ya se han puesto en marcha con Assad en el poder.
Recordemos que para todos esos países el objetivo es derribar el régimen de un país aliado de Irán en la perspectiva de preparar una ofensiva contra ese país. Una estabilidad política en Siria obtenida mediante reformas democráticas que NO conllevasen el rompimiento de esa alianza, es el peor de los panoramas para ellos.
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(*) Ver el informe del 11/02/2012 "Siria, una libanización prefabricada" del CIRET-AVT (Centro Internacional de Investigación sobre el Terrorismo-Ayuda a las Víctimas del Terrorismo) y CF2R (Centro Francés para la Investigación sobre la Información), que ofrece datos de una investigación sobre el terreno.
Pepe Arrastia / Rebelión
Tariq Ali en una entrevista aparecida en el último número de Viento Sur "La mayoría del pueblo sirio quiere que el clan Assad se vaya", aboga por la inmediata salida de Assad.
Este gran intelectual y revolucionario, al que admiro, coincide, con matizaciones y diferencias, con la principal exigencia de las potencias y fuerzas que combaten política, mediática, económica y militarmente al Gobierno sirio
La inmediata salida de Bashar al Assad.
Tariq Alí, no apoya políticamente a los Hermanos Musulmanes y no cree que sea del interés de Siria tener un gobierno islamista, moderado o extremista, pero al aceptar la exigencia de la OTAN y del CCG liderados por Saudíes y Qataríes, de que Assad abandone el poder, abriría el camino tanto a la intervención extranjera como a la posibilidad de que los Hermanos Musulmanes, como en Túnez y Egipto, llegasen al Gobierno.
Eso, sin evitar el riesgo de una conflagración a nivel internacional, más bien incrementándolo.
Porque si ahora Assad se fuera, sería tomado por el CNS y el ELS como un signo de debilidad y como una victoria propia, seguirían sin aceptar el Gobierno que se formara, más débil que el actual, y arreciarían sus ataques armados.
La salida de Assad sería mostrada mundialmente a bombo y platillo como la prueba fehaciente de que la ?resistencia? armada contra el régimen estaba y seguiría estando justificada.
¿Qué salida le quedaría entonces a Siria (así como a Rusia, China, Irán, Hezbolá) para impedir la guerra civil con la intervención aún más descarada que ahora de fuerzas extranjeras?
¿Cuál sería el resultado de que para frenar el conflicto armado se planteasen una elecciones precipitadas, que en ese clima habría muchas posibilidades de ser ganadas por los Hermanos Musulmanes y en tal caso más pro-occidentales que nunca?
Las medidas de talante democrático promulgadas por el gobierno, así como dejar en libertad a todos los detenidos sin delitos de sangre, no sirvieron para calmar a la ?oposición?, sino que continuaron y aumentaron las acciones violentas, así como la cada vez menos solapada intervención militar extranjera con gran protagonismo por parte del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo, o como lo llama Pepe Escobar ?Club de la Contrarrevolución del Golfo?).
Sabemos que un clima bélico no es el marco idóneo para llevar a cabo reformas democráticas, sin embargo éstas son las únicas capaces de asegurar la paz en Siria.
Aunque sean llevadas a cabo estando todavía Bashar al Assad en el poder.
Las reformas emprendidas desde el Gobierno, votadas mayoritariamente en el reciente referéndum, respaldan y fortalecen a la oposición interna contraria a la acción armada y al intervencionismo extranjero como el Comité Nacional de Coordinación para el Cambio Democrático (CNCCD), algo muy importante que se omite en la entrevista a Tariq Ali.
Con un 89,4% a favor, el pueblo sirio apoyó el proyecto de reforma de la Constitución del país en el referéndumcelebrado el domingo 26 de febrero (?astucia cínica? lo llamó Hilary Clinton).
Según la cifra oficial, un 60% de los ciudadanos con derecho a votar acudió a las urnas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, comentando los resultados del referéndum aseguró que había sido un importante paso hacia el curso de las reformas destinadas a convertir el país en un moderno Estado democrático y ampliar los derechos y libertades de sus ciudadanos.
Calificó las cifras como una señal de que el pueblo sirio apoya las reformas.
Acentuó, además, que éstas prueban que la influencia de los grupos opositores que habían exhortado a boicotear la votación es limitada y no les da el derecho monopolizado de actuar en nombre de todo el pueblo sirio.
Uno de los cambios principales del proyecto de la nueva Constitución siria se refiere al multipartidismo.
El artículo 8 de la Carta Magna suspende la primacía del partido Baaz, liderado por el actual mandatario Bashar al Assad, y equipara los derechos de todos los partidos políticos. Al mismo tiempo, la nueva legislación prohíbe la creación de partidos basándose en la etnia o religión, regional o tribal.
Ese es el camino, para que unas elecciones en un clima no violento, aunque las ganase el Baaz, permitan que pacíficamente Assad y su corrupta camarilla familiar salgan del poder, evitando así la constitución de un gobierno islamista en Siria.
Contrariamente a lo que difunden los grandes medios, ni Rusia ni China han dado carta blanca a Assad.
Le presionan para que modere la sofocación de la insurrección y acometa las reformas.
Así lo recogía el pasado 22 de febrero un periódico libanés muy bien informado como Al-Akhbar, que señalaba como "las autoridades sirias, bajo presión de Rusia, se han abstenido de utilizar la aviación y otras armas de guerra en la represión actual."
A Rusia, China y sobre todo a Irán lo que les interesa es la estabilidad en Siria y tenerla como aliada, y esa estabilidad en el futuro próximo se garantizaría mejor sin Assad que con él.
Mejor, en una Siria con unas adecuadas condiciones democráticas que implicasen mejoras políticas y sociales para el pueblo sirio.
Por el contrario, lo que lógicamente al Occidente atlantistas, a los sionistas de Israel y a las monarquías del Golfo les interesa no es esa estabilidad ni esas mejoras democráticas y sociales sino que Assad abandone el poder precisamente ahora y a ser posible precipitadamente.
Lo cual no supondría una tregua en las acciones armadas, sino todo lo contrario.
¿Por qué justamente ahora?
Porque la actividad terrorista del ELS, es cada vez más difícil de ocultar por los grandes medios, y poco a poco se va conociendo otra realidad de Siria que esos medios ocultan o tergiversan (*).
Igualmente, el derrocamiento de Assad por medios militares sin una abierta intervención extranjera es cada vez menos plausible.
Ayer, 1 de marzo, el bastión del ELS en el barrio Bab Amor de Homs acabó siendo conquistado por las tropas gubernamentales.
Todo apunta a que un derrocamiento de Assad mediante la fuerza sin una intervención militar extranjera de gran envergadura es imposible, por eso las prisas en requerir la salida de Assad antes que la situación en Siria se estabilice y las reformas democráticas se pongan en marcha.
Presionado o no, lo cierto es que esas reformas ya se han puesto en marcha con Assad en el poder.
Recordemos que para todos esos países el objetivo es derribar el régimen de un país aliado de Irán en la perspectiva de preparar una ofensiva contra ese país. Una estabilidad política en Siria obtenida mediante reformas democráticas que NO conllevasen el rompimiento de esa alianza, es el peor de los panoramas para ellos.
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(*) Ver el informe del 11/02/2012 "Siria, una libanización prefabricada" del CIRET-AVT (Centro Internacional de Investigación sobre el Terrorismo-Ayuda a las Víctimas del Terrorismo) y CF2R (Centro Francés para la Investigación sobre la Información), que ofrece datos de una investigación sobre el terreno.
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