ECUADOR |
(AW) Desde el 8 de marzo, cientos de miles de originarios caminan pacíficamente por Ecuador con la consigna "Por el Agua, la Vida y la Dignidad de los Pueblos". Exigen al presidente Rafael Correa la derogación de leyes que abren las puertas a las industrias extractivas y el respeto a la Consulta que tienen los Pueblos Originarios. Convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), la marcha es apoyada por estudiantes, trabajadores, docentes, organizaciones sociales e intelectuales de diversos países. Por Kvrvf Nawel.
Por ANRed - L ( redaccion@anred.org)
Rostros alegres y al color de la tierra. Manos ásperas, añejas y vigorosas. Corazones que laten y hacen andar esas piernas que con cada salida del sol se multiplican. Y es que éste miércoles se cumplen 13 días consecutivos desde que los Pueblos Originarios de Ecuador tomaron las calles del país y comenzaron a marchar en defensa del agua, que es lo mismo que decir en defensa de la vida.
Convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), la marcha es apoyada por estudiantes, trabajadores, docentes, organizaciones sociales e intelectuales de diversos países. Con el lema ¡el Agua no se vende, el Agua se defiende!, los originarios decidieron comenzar la marcha el 8 de marzo por conmemorarse un día donde las mujeres fueron quienes marcaron el camino.
La "Marcha por el Agua, la Vida y la Dignidad de los Pueblos" no nació de un día para otro, se viene gestando hace algunos años. Cuando Rafael Correa asumió la presidencia de Ecuador gritaba a los cuatro vientos "¡Revolución ciudadana! ¡Estado Plurinacional!". Convocó a los gremios, organizaciones, sindicatos y a los Pueblos Indígenas a ser parte de la "tierra prometida". En los inicios del gobierno de Correa, la CONAIE confió y apoyó la anhelada "revolución ciudadana". Pero en poco tiempo los dichos del presidente se alejaron radicalmente de los hechos. El atropello a los acuerdos y la discriminación institucional hacia las organizaciones indígenas de parte del gobierno nacional fueron las causas principales para que la CONAIE dejara de confiar en la mentirosa "revolución".
En cuatro años de mandato, el gobierno "progresista" de Rafael Correa no ha tomado una sola medida que signifique tocar los intereses de las corporaciones locales y de las empresas multinacionales. Lejos de modificar las leyes permisivas que reglamentan las concesiones a las empresas extractivas, se incrementó como nunca antes la entrada de mineras y petroleras. Por supuesto que dichas empresas no se instalan en los barrios elitistas de Quito, porque, para explorar, explotar y destruir, el primer puesto se lo llevan los territorios indígenas. Y como es regla de cada gobierno, el "desarrollo" se impone reprimiendo a quien se oponga.
La CONAIE rechaza tajantemente la política minera a gran escala adoptada por Rafael Correa donde las empresas internacionales son las primeras beneficiadas. Hace pocos días, el gobierno ecuatoriano le puso la firma a un contrato con la empresa minera china Ecuacorriente para explotar cobre en la provincia de Zamora Chinchipe. El gobierno especula que el proyecto chino dejará al país unos 5.400 millones de dólares y 900 millones serian destinados a programas para beneficiar a las comunidades que podrían ser afectadas. ¡Vaya forma de gobernar!, generar la enfermedad y luego la cura.
Camino por la Vida
Instrumentos antiguos que convocan a las energías de los volcanes, de los ríos y mares. Cantos ancestrales que invitan a los espíritus de los antepasados para que protejan el camino. Los rituales de ofrenda a la tierra dan inicio a las columnas de la marcha con cientos de miles de hijos de la tierra que se suman en cada provincia con destino a Quito.
Las principales exigencias de la CONAIE se centran en ponerle freno a la frontera petrolera y rechazar la minería a gran escala, que se traduce en derogar la ley minera que da luz verde a las empresas para avanzar sobre territorio indígena, incluso en gran parte de la selva virgen ecuatoriana. La organización indígena denuncia que el modelo de Correa genera desplazamientos de las comunidades originarias y destrucción de la naturaleza con consecuencias irreparables para el agua y la vida.
La Ley de Aguas para el Buen Vivir y la Ley de Tierras y Territorios son otras de las exigencias que la CONAIE considera relevantes para la vida de los Pueblos Indígenas. Y en el mismo tenor, los Pueblos Originarios reclaman que el ejecutivo nacional respete el derecho a la consulta previa, libre e informada, dispuesto en el Convenio 169 de la OIT y en la Declaración de la ONU sobre Pueblos Indígenas.
Lejos de generar respuestas favorables a los Pueblos Indígenas, Correa afirmó que la marcha pretende desestabilizar su gobierno y en un acto de desesperación acusó a los originarios de terroristas. Por eso llamó a sus partidarios a defender su gobierno y con el aparato estatal organizó una marcha oficialista con el objetivo de demostrar "quien es el que manda".
Algo que se está convirtiendo en moda en toda Latinoamérica es que los gobiernos abiertamente neoliberales, de "izquierda" o "progresistas", coinciden en una actitud: la satanización del movimiento indígena, al que califican de "indios buenos" o "indios malos" según el grado de aceptación o rechazo a sus políticas.
Sin embargo, en Ecuador, los Pueblos Indígenas demuestran su vigencia y buscan el sol cada mañana. Caminan por tierras de históricas luchas de resistencias contra el yugo de los invasores europeos. Ecuador es símbolo de la resistencia indígena continental. La CONAIE ha tumbado a los gobiernos de Abdalá Bucaram (1997) y Jamil Mahuad (2000), y eso Correa lo sabe. Sin embargo, el presidente de la CONAIE, Humberto Cholango, expresó que la marcha busca que el gobierno de respuestas y respete los derechos indígenas.
Caminan los pasos de sus ancestros. Guiados por los espíritus de los volcanes y protegidos por el cóndor que sobrevuela. Mujeres, hombres, niños, jóvenes y ancianos indígenas de Ecuador caminan con la frente en alto gritando al gobierno que el Agua y la Vida no se negocian. Avanzan desde todos los rincones del país en una resistencia plurinacional que llegará a Quito el 22 de marzo. En estos momentos retumban los pasos de miles de cuerpos originarios que caminan luchando por la vida de sus nietos, por vos, por él y por ella, y también por mí vida.
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