El funcionario de mayor rango del Departamento Occidental, Nicolás Eyzaguirre, afirmó que la toma del control estatal del 51% de acciones de YPF era “decisión de un país soberano” y que, al considerarlo “un asunto bilateral”, el Fondo se mantenía al margen, al ser “una organización multilateral”, según publicó Télam.
Ahora, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, pidió que el asunto se arregle de “manera amistosa apostando al diálogo”, lo que marca un claro cambio en el tono del discurso, ya que antes había amenazado con fuertes represalias contra Argentina, apelando a diferentes actores trasnacionales, para lograr una “legalidad internacional”.
Esos actores claves para España eran el FMI y el G20. El segundo también fue un baldazo de agua fría para los europeos, ya que el ministro de Economía argentino, Hernán Lorenzino, evitó que el tema quedara reflejado en el comunicado del foro, desarticulando los intentos de España.
Ante este nuevo escenario, el canciller español declaró: “No discutimos el derecho de Argentina a apostar por la soberanía energética, aunque en mi opinión es un error en el siglo XXI. Lo que sí discutimos es que pueda uno expropiar sin pagar, que se pueda uno apropiar de una empresa sin pagar a los accionistas”.
“España está considerando todas las medidas que puedan hacer volver a Argentina a la mesa de negociación. Se trataría de encontrar un arreglo negociado”, agregó el funcionario.
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