El socialista se impuso con al menos 52% de los votos.
Sarkozy reconoció la derrota y le deseó suerte a su rival, quien rompe la brecha de 17 años sin un presidente de izquierda en Francia.
El marido de Carla Bruni, un conservador autodenominado radical, se había comprometido a reformar Francia como Margaret Thatcher lo hizo en Gran Bretaña en la década de 1980, pero se convirtió en presidente de solo un periodo que logró relativamente poco.
Sarkozy agradeció a sus seguidores y dijo que hizo todo lo posible para ganar un segundo mandato, a pesar de la ira generalizada en el manejo de la economía.
El mandatario dijo: “Asumo la responsabilidad… por la derrota.”
La elección se dirimía entre dos proyectos opuestos que marcarán un rumbo particular, no solo para el país, sino también para la región, inmersa en una crisis que no logra ser superada.
La ex pareja Hollande y la madre de sus cuatro hijos, Ségolène Royal, dijo que tiene un “sentimiento de profunda alegría ver a millones y millones de franceses renovar el vínculo a la izquierda”.
Hollande, del Partido Socialista que pasó 11 años como Primer Secretario, tiene una solución muy diferente para la crisis del euro respecto de los países vecinos.
El nuevo presidente se ha comprometido a defender el pacto fiscal, forjado por la canciller alemana, Angela Merkel, apoyándose en el gasto para estimular el crecimiento, en lugar de la austeridad.
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