El hecho recuerda a aquella ciudadana argentina que en la quinta de Olivos increpó por el año 2001, al entonces vocero del ex presidente Fernando De la Rúa, Juan Carlos Baylac, en pleno corralito bancario.
En el caso español, la situación es la misma: una mujer que ha trabajado toda su vida y ha logrado ahorrar algo de dinero, confiando todo ese esfuerzo en los bancos.
El banco en esta oportunidad es Bankia, una entidad que desde el 2011 a la fecha ha perdido al menos un 50% en el valor de sus acciones.
“Llevo trabajando desde los 13 años y como me lo quiten, mato a alguien”, dijo la mujer con una voz entrecortada por la angustia.
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