La medida se debió a la necesidad de cubrir el dinero que dejará de ingresar en el 2012 por un crecimiento menor al esperado.
La reforma fiscal, que consiste en un incremento del 7%, implicaría ingresos por 7.200 millones de euros, que alcanzarían para cubrir el déficit de entre 6.000 y 10.000 millones de euros.
Hollande prometió que la suba de impuestos recaiga en las grandes empresas, el sector financiero y los bancos, así como en los sectores de salarios más elevados.
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